El propósito primordial es compartir los mensajes recibidos a fin de formar una opinión o corriente generalizada sobre los acontecimientos y su aplicación a nuestro medio de acuerdo a las circunstancias y situaciones concretas. Compartir el tesoro....
jueves, 26 de febrero de 2015
LO BUENO Y LO MALO SUMAN TRES
TRES COSAS hay que gobernar: el genio, la lengua y la conducta.
TRES hay que amar: el valor, la mansedumbre y el afecto.
TRES hay que odiar: la crueldad, la arrogancia y la ingratitud.
TRES hay que gozar: la franqueza, la libertad y la belleza.
TRES hay que desear: la salud, los amigos y un espíritu noble.
TRES hay que evitar: la ociosidad, la locuacidad y los chismes de mal género.
TRES por los que luchar: Dios, la Patria y el hogar.
TRES que admirar: potencia intelectual, dignidad y gracia.
TRES que meditar: la vida, la muerte y la eternidad.
miércoles, 25 de febrero de 2015
NO LO VEN REVOLUCIONARIOS NI CONTRARREVOLUCIONARIOS / Fulton SHEEN
(ESPECIAL PARA LA PRENSA EN LIMA)
Cuando las
personas buenas pasan por la experiencia de la maldad llegan finalmente a
comprender la plenitud de la bondad y de la verdad. Las enfermedades
prolongadas sirven para apreciar mejor el valor de la salud y vivir en abyecta
pobreza ofrece comprensión mejor de la
frugalidad y la prosperidad. La negrura de un Viernes llamado Santo es el
preludio de la luz de un domingo llamado de Resurrección. Los corazones
aprenden a conocer el vacío de la maldad y la grandeza de la bondad no sólo por
medio de enseñanza formal sino viviendo ambas. Quizás ningún escritor moderno
entendiera esto tan bien como Dostoievski. Junto con otros veinte jóvenes fue
condenado a morir veinte minutos fusilado en la mañana del 22 de diciembre de
1849. A todos ellos les habían quitado las ropas y durante veinte minutos se
pasmaron de frío en temperaturas bajo cero esperando la ejecución después de
leer el oficial a cargo una orden que decía: “Condenados a ser pasados por las
armas”. Entonces se presentó un jinete galopando a través de la plaza agitando
un pañuelo con el anuncio de que el zar les había conmutado las sentencias por
periodos de prisión en la Siberia. Pasando por la amenaza de muerte y por el
infierno de las cadenas siberianas. Dostoievski llegó a comprender lo sacrosanto
de la vida que, de otra suerte, no habría podido nunca entender.
Pero el paso de la maldad a la bondad no es
automático, sino sólo a condición de conocer y actuar contra el engaño del mal.
La ruta que va de la Ciudad del Mal a la Ciudad del Bien se enriquece sólo en
la proporción en que denunciamos el mal y renunciamos a la maldad como se haría
con un cáncer en el cuerpo. El mal, en sí y de por sí, no enriquece en la misma
forma en que las llamadas drogas siquedélicas no contribuyen a aguzar el intelecto.
Magdalena tuvo que volver las espaldas a la prostitución antes de alcanzar la
restitución espiritual al verter óleo sobre los pies del Señor. Conocer el mal
es conocer el no ser, las frustraciones y las negaciones. Sólo la denuncia
implacable, la desorbitación de los ojos que escandalizan y el corte de las
manos que roban pueden hacerse aproximaciones a la bondad.
Aplíquese esto al estado espiritual del
mundo. La juventud que se rebela contra la inmoralidad pública, como las
guerras y la injusticia social, al tiempo que practica los desafueros en
privado, no está en la ruta que conduce hacia el Rey mucho menos que sus
mayores que abogan por moralidad pública mientras practican inmoralidades
privadas. Ninguno de ellos es capaz de producir una buena sociedad. La mentira
de de todas las revoluciones --políticas, sociales, económicas—está en que
denuncian males externos mientras permiten que florezcan interiormente.
Pero no son sólo los revolucionarios los
culpables a este respeto; son también los contrarevolucionarios. Denunciando a
los otros parece uno situarse del lado de la bondad. Cada uno de ellos mantiene
limpio el exterior de la copa mientras dejan los corazones inalterados.
La actitud tanto de revolucionarios como de
contrarrevolucionarios carece de profundidad. Aplican talco a la urticaria o
lavan a los leopardos para quitarles las manchas. En lo referente a
revoluciones no hay nada absolutamente radical; dejan siempre los odios en el
alma del hombre. Lo que estamos presenciando hoy es una gran fiesta de máscaras
en que lo único que ha cambiado es el disfraz de los revolucionarios. El hecho
mismo de que las barbas, los pantalones de mecánico y las excrecencias hirsutas
están asociados con el radicalismo es prueba de hasta dónde se identifican con
la revolución las cosas externas. Lo mismo puede decirse de los cascos
plásticos y los uniformes de la otra parte.
El mal sólo puede conquistarse desde adentro
y espiritualmente. De aquí que el Señor recomendara sacar la viga del ojo que
protesta antes de preocuparnos por la pajita en el ojo del vecino. Según
declina la religión del autoexamen también declina la posibilidad de liderazgo
contra el mal. La religión ha fracasado hoy conspícuamente en esto porque su
propósito principal fue una el cultivo de la vida interior como condición para
reformar a los otros. En un tiempo todas las palabras de cuatro letras eran
feas y sucias; hoy hay una sola sucia y fea entre los religionistas: CRUZ.
Pocos son los maestros que recuerdan a la juventud que han de ser justos
primero por dentro antes de poder serlo por fuera.
El liderazgo en el futuro no saldría de las
protestas masivas porque éstas siempre ven el mal en los rostros de los
vecinos. Ni la quema de edificios universitarios ni el trato a balazos de los
pocos estudiantes que rodean a los incendioristas destruirán jamás el manantial
interior de donde brota el mal. Como escribió Berdaiev: “El mal no puede ser
vencido por el estado que por sí pertenece al mundo natural, que existe porque
el mal existe y es con frecuencia fuente del mal”.
Así, el problema se reduce a esto: ¿Cómo
podremos alcanzar liderazgos cuando la religión abdica su misión de desarraigar
el mal de los corazones y se une al bien a los que encuentran el mal a la
izquierda o bien a quienes lo encuentran en la derecha? El mal está en el
centro; en lo íntimo de nuestro ser; en nuestros corazones. Mientras las
iglesias no regresen a la Cruz, al adiestramiento de la voluntad, a la
resurrección de la disciplina, a la indagación del corazón de quien protesta,
el mundo tendrá un aborto en vez de un renacimiento.
martes, 24 de febrero de 2015
LO QUE DIJO SCHUBERT y SE DIJO DE ÉL
LO QUE DIJO SCHUBERT
He acabado siendo un músico frustrado, algo que temía desde mi adolescencia.
Aquí en Zseliz estoy muy bien. Vivo y compongo como un Dios, como si ello fuera natural. Ahora me salen las mejores obras porque estoy despreocupado. Gracias a Dios vivo al fin, y ya era hora.
LO QUE SE HA DICHO DE SCHUBERT
"Schubert crea los acordes para traducir las ideas y los sentimientos más sutiles. En su música aparecen todos los matices de la vida y en ella se dan el pensamiento y la acción".
Robert Schumann
"Yo establecería una línea directa entre Carl Philipp Enmanuel, Mozart y Schubert".
Paul Budara-Skoda
lunes, 23 de febrero de 2015
HOMBRES DE CIENCIA: Jan Baptista VAN HELMONT
Aunque no existe tal cosa, la “piedra
filosofal” fue factor importante en los albores de la ciencia química. Se
trataba de una substancia imaginaria (a veces una piedra; otras un líquido) que
se consideraba tener el poder de transformar metales corrientes en oro.
La piedra fue objeto de búsqueda incesante
por los alquimistas, esos científicos supersticiosos precursores que fueron los
primeros químicos. Uno de los últimos hombres de talento en creer en la piedra filosofal
fue Jan Van Helmont (1577-1644),
fisiólogo, médico y químico flamenco.
Van Helmont fue, en consecuencia, hombre de
contradicciones. De una parte era científico del pasado que creía en
supersticiones y leyendas; de la otra, científico del futuro, observador
cuidadoso y experimentador acucioso.
Se le ha dado cucho crédito por haber
eliminado un obstáculo grave para el avance de la química: la incomprensión de
la naturaleza de los gases.
Fue Van Helmont quien creó la palabra “gas”,
adaptación de la palabra “caos”. En la mitología griega, caos era una condición
informe que precedía al cosmos, el estado organizado del universo.
Según el gran químico, el gas no era más que
otra forma del agua. Para Van Helmont todo lo existente era una u otra forma
del agua. Creía que el agua era el constituyente final de la materia, que según
él era indestructible.
En un experimento famoso, Van Helmont plantó
un sauce joven en una maceta con tierra. Regó el árbol que siguió creciendo.
Después de cinco años pesó el árbol y la maceta y comprobó que pesaban 65 kilos
más que cuando sembró el árbol.
Estimó esto como prueba de que la materia
era básicamente agua, que había sido la única cosa que se había echado en la
maceta.
Aunque Van Helmont tuvo numerosas ideas
absurdas y equivocadas, fue él quien hizo que en el siglo XVII se enfocara la
atención científica en el problema de los gases. Fue también uno de los
primeros en utilizar la química en relación con la medicina. Uno de sus
tratamientos, por ejemplo, era dosificar ácidos con materias alcalinas.
Van Helmont inició su carrera como médico,
pero llegó a disgustarse tanto con la práctica de la medicina en su tiempo que
abandonó la profesión. Sus críticas de la medicina eran irracionales: decía que
los médicos debilitaban a sus pacientes, sangrándolos, purgándolos y
haciéndoles sudar cuando debían hacer cuanto les fuera posible por
fortalecerlos si querían en verdad devolverles la salud.
domingo, 22 de febrero de 2015
VERSOS DE "PALABRA UNGIDA" : Pedro CASALDÁLIGA
PROPÓSITO
Por fin echaré a andar...
Solo, por donde sea,
por donde quiera Dios y su momento
y mi sinceridad.
Ya me estaba cansando
de pasarme la vida tristemente.
/Aire, cielo, aire, mar, cielo, mar, aire!
Solo, o con vosotros, /Con los hombres!
// Pero fuera de mí !!
LA ORACIÓN DE LA IMPACIENCIA
Como se espera una cita que nunca ha faltado,
te esperaré. De rodillas, sentado,
paseándome a lo largo de la impaciencia del río...
Por todo el tiempo que Tu amor lo quiera.
Te esperaré, Dios mío,
como tu Paz espera!
Más allá del martirio de los hombres,
la corona de Dios y Su palabra
más allá de las fútiles
palabras de los hombres, decisiva.
/ Más allá, la corona
viva de su palabra!
Eres el mar.
Son tuyas las playas,
pero ninguna es la tuya...
/Oh corazón, glorioso
cosmopolita sin hogar ni patria!
sábado, 21 de febrero de 2015
EL BIEN COMÚN FUE ENVIADO AL LIMBO / Leonardo BOFF
Las actuales
discusiones políticas en Brasil en medio de una amenazadora crisis hídrica y
energética se pierden en los intereses particulares de cada partido. Hay un
intento articulado por los grupos dominantes, detrás de los cuales se esconden
grandes corporaciones nacionales y multinacionales, los medios corporativos y,
seguramente, la actuación de los servicios de seguridad del imperio
norteamericano, de desestabilizar el nuevo gobierno de Dilma Rousseff. No se
trata solamente de una crítica feroz a las políticas oficiales, hay en acción
algo más profundo: el deseo de desmontar y, si es posible, liquidar el PT que
representa los intereses de las poblaciones que históricamente siempre han sido
marginalizadas. A las élites conservadoras les cuesta mucho aceptar el nuevo
sujeto histórico –el pueblo organizado y su expresión partidaria– pues se
sienten amenazadas en sus privilegios. Como son claramente egoístas y nunca han
pensado en el bien común, se empeñan en sacar de la escena a esa fuerza social y
política que podrá cambiar irreversiblemente el destino de Brasil.
Estamos
olvidando que la esencia de la política es la búsqueda común del bien común. Uno
de los efectos más avasalladores del capitalismo globalizado y de su ideología,
el neoliberalismo, es la demolición de la noción de bien común o de bienestar
social. Sabemos que las sociedades civilizadas se construyen sobre tres pilares
fundamentales: la participación (ciudadanía), la cooperación societaria y el
respeto a los derechos humanos. Juntas crean el bien común. Pero el bien común
ha sido enviado al limbo de la preocupación política. En su lugar, han entrado
las nociones de rentabilidad, flexibilización, adaptación y competitividad. La
libertad del ciudadano es sustituida por la libertad de las fuerzas del mercado,
el bien común por el bien particular, y la cooperación por la competición.
La participación, la cooperación y los derechos aseguraban la existencia de cada persona con dignidad. Negados esos valores, la existencia de cada uno no está ya socialmente garantizada ni sus derechos asegurados. Como consecuencia, cada uno se siente impelido a garantizar lo suyo: su empleo, su salario, su auto, su familia. Impera el individualismo, el mayor enemigo de la convivencia social. Nadie es animado, por tanto, a construir algo en común. La única cosa en común que queda es la guerra de todos contra todos con vistas a la supervivencia individual.
En este contexto, ¿quién va a implementar el bien común del del planeta Tierra? En un reciente artículo de la revista Science (15/01/2015) 18 científicos enumeran los nueve límites planetarios (Planetary Bounderies), cuatro de los cuales ya ha sido sobrepasados (clima, integridad de la biosfera, uso del suelo, flujos biogeoquímicos (fósforo y nitrógeno). Los otros están en avanzado grado de erosión. Sobrepasar solo esos cuatro puede hacer a la Tierra menos hospitalaria para millones de personas y para la biodiversidad. ¿Qué organismo mundial se está enfrentando a esta situación que destruye el bien común planetario?
¿Quién cuidará del interés general de más de siete mil millones de personas? El neoliberalismo es sordo, ciego y mudo a esta cuestión fundamental como lo viene repitiendo como un ritornello el Papa Francisco. Sería contradictorio suscitar el tema del bien común, pues el neoliberalismo defiende concepciones políticas y sociales directamente opuestas al bien común. Su propósito básico es: el mercado tiene que ganar y la sociedad debe perder, pues es el mercado quien va a regular y resolver todo. Siendo así, ¿por qué vamos a construir cosas en común? Se ha deslegitimado el bienestar social.
Ocurre, sin embargo, que el creciente empobrecimiento mundial resulta de las lógicas excluyentes y predadoras de la actual globalización competitiva, liberalizadora, desreguladora y privatizadora. Cuanto más se privatiza más se legitima el interés particular en detrimento del interés general. Como ha mostrado Thomas Piketty en su libro, El Capitalismo en el siglo XXI, cuanto más se privatiza, más crecen las desigualdades. Es el triunfo del killer capitalism. ¿Cuánto de perversidad social y de barbarie aguanta el espíritu? Grecia ha evidenciado que no aguanta más. Se niega a aceptar el diktat de los mercados, en su caso hegemonizados por la Alemania de Merkel y por la Francia de Hollande.
Resumiendo: ¿qué es el bien común? En el plano infra-estructural es el acceso justo de todos a la alimentación, la salud, la vivienda, la energía, la seguridad y la cultura. En el plano humanístico es el reconocimiento, el respeto y la convivencia pacífica. Por haber sido desmantelado por la globalización competitiva, el bien común deber ser ahora reconstruido. Para eso, es importante dar supremacía a la cooperación y no a la competición. Sin ese cambio, difícilmente se mantendrá la comunidad humana unida y con un buen futuro.
Ahora bien, esa reconstrucción constituye el núcleo del proyecto político del PT y de sus afines ideológicos. Entró por la puerta correcta: Fome Zero (Hambre Cero) transformada después en varias políticas públicas de cuño popular. Intentó poner un fundamento seguro: el nuevo pacto social a partir de los valores de la cooperación y la buena voluntad de todos. Pero el efecto ha sido débil, dada nuestra tradición individualista y patrimonialista. Pero en el fondo permanece esta convicción humanística de base: no hay futuro a largo plazo para una sociedad fundada sobre la falta de justicia, de igualdad, de fraternidad, de respeto a los derechos básicos, de cuidado de los bienes naturales y de cooperación. Ella niega el anhelo más originario del ser humano desde que apareció en la evolución, hace millones de años. Lo queramos o no, incluso admitiendo errores y corrupción, lo mejor del PT articuló y articula ese anhelo ancestral. Por eso puede recuperarse y renovar y alimentar su fuerza de convocatoria. Si no es el PT serán otros actores en otros tiempos los que lo harán.
La cooperación se refuerza con cooperación que debemos ofrecer incondicionalmente.
-Leonardo BOFF / 20-febrero-15
La participación, la cooperación y los derechos aseguraban la existencia de cada persona con dignidad. Negados esos valores, la existencia de cada uno no está ya socialmente garantizada ni sus derechos asegurados. Como consecuencia, cada uno se siente impelido a garantizar lo suyo: su empleo, su salario, su auto, su familia. Impera el individualismo, el mayor enemigo de la convivencia social. Nadie es animado, por tanto, a construir algo en común. La única cosa en común que queda es la guerra de todos contra todos con vistas a la supervivencia individual.
En este contexto, ¿quién va a implementar el bien común del del planeta Tierra? En un reciente artículo de la revista Science (15/01/2015) 18 científicos enumeran los nueve límites planetarios (Planetary Bounderies), cuatro de los cuales ya ha sido sobrepasados (clima, integridad de la biosfera, uso del suelo, flujos biogeoquímicos (fósforo y nitrógeno). Los otros están en avanzado grado de erosión. Sobrepasar solo esos cuatro puede hacer a la Tierra menos hospitalaria para millones de personas y para la biodiversidad. ¿Qué organismo mundial se está enfrentando a esta situación que destruye el bien común planetario?
¿Quién cuidará del interés general de más de siete mil millones de personas? El neoliberalismo es sordo, ciego y mudo a esta cuestión fundamental como lo viene repitiendo como un ritornello el Papa Francisco. Sería contradictorio suscitar el tema del bien común, pues el neoliberalismo defiende concepciones políticas y sociales directamente opuestas al bien común. Su propósito básico es: el mercado tiene que ganar y la sociedad debe perder, pues es el mercado quien va a regular y resolver todo. Siendo así, ¿por qué vamos a construir cosas en común? Se ha deslegitimado el bienestar social.
Ocurre, sin embargo, que el creciente empobrecimiento mundial resulta de las lógicas excluyentes y predadoras de la actual globalización competitiva, liberalizadora, desreguladora y privatizadora. Cuanto más se privatiza más se legitima el interés particular en detrimento del interés general. Como ha mostrado Thomas Piketty en su libro, El Capitalismo en el siglo XXI, cuanto más se privatiza, más crecen las desigualdades. Es el triunfo del killer capitalism. ¿Cuánto de perversidad social y de barbarie aguanta el espíritu? Grecia ha evidenciado que no aguanta más. Se niega a aceptar el diktat de los mercados, en su caso hegemonizados por la Alemania de Merkel y por la Francia de Hollande.
Resumiendo: ¿qué es el bien común? En el plano infra-estructural es el acceso justo de todos a la alimentación, la salud, la vivienda, la energía, la seguridad y la cultura. En el plano humanístico es el reconocimiento, el respeto y la convivencia pacífica. Por haber sido desmantelado por la globalización competitiva, el bien común deber ser ahora reconstruido. Para eso, es importante dar supremacía a la cooperación y no a la competición. Sin ese cambio, difícilmente se mantendrá la comunidad humana unida y con un buen futuro.
Ahora bien, esa reconstrucción constituye el núcleo del proyecto político del PT y de sus afines ideológicos. Entró por la puerta correcta: Fome Zero (Hambre Cero) transformada después en varias políticas públicas de cuño popular. Intentó poner un fundamento seguro: el nuevo pacto social a partir de los valores de la cooperación y la buena voluntad de todos. Pero el efecto ha sido débil, dada nuestra tradición individualista y patrimonialista. Pero en el fondo permanece esta convicción humanística de base: no hay futuro a largo plazo para una sociedad fundada sobre la falta de justicia, de igualdad, de fraternidad, de respeto a los derechos básicos, de cuidado de los bienes naturales y de cooperación. Ella niega el anhelo más originario del ser humano desde que apareció en la evolución, hace millones de años. Lo queramos o no, incluso admitiendo errores y corrupción, lo mejor del PT articuló y articula ese anhelo ancestral. Por eso puede recuperarse y renovar y alimentar su fuerza de convocatoria. Si no es el PT serán otros actores en otros tiempos los que lo harán.
La cooperación se refuerza con cooperación que debemos ofrecer incondicionalmente.
-Leonardo BOFF / 20-febrero-15
viernes, 20 de febrero de 2015
EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA
DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"
PARA ANTES DE COMER
Padre Celestial,
recibe estos alimentos
y conságralos.
No permitas que los manche
la impureza de la voracidad.
El sustento viene de Ti
y es para construir Tu templo.
Espiritualízalo.
De Espíritu a Espíritu va.
Somos los pétalos
en que Te manifiestas;
pero Tú eres la Flor, su vida,
belleza y encanto.
Haz permeables
nuestras almas
a la fragancia
de Tu presencia.
P. Yogananda
VENTANA AL MUNDO:
QUITO
jueves, 19 de febrero de 2015
LOS CLÁSICOS Y LA FILOSOFÍA
- Las arrugas sólo deben indicar dónde han estado las sonrisas.
Mark Twain
- La cortesía es el más exquisito perfume de la vida... todos la
podemos dar, aún aquellos que nada poseen en el mundo.
Amado Nervo
- Odiar a alguien, es como quemar la propia casa para
librarse de una rata.
H. E. Fosdick
miércoles, 18 de febrero de 2015
VIOLENCIA / Fulton SHEEN
(ESPECIAL PARA LA PRENSA EN LIMA)
Debido a la violencia rampante en el mundo
moderno, casi trememos acudir en ayuda de un semejante como, por ejemplo,
detenernos en el camino para dar una mano a un automovilista en dificultades.
Muchos médicos que hoy tienen seguros por valor de medio millón de dólares han
expresado temor de asistir a heridos en las carreteras, no sea que corran el
riesgo de que se les demande por tratamiento erróneo.
El horror de esta situación se comprende
cuando se lee uno de los pasajes más conturbadores del libro de Boris Pasternak
“Doctor Zhivago”: una conversación dentro de las ruinas de una villa rusa
arrasada. “Por sobre el borde del parapeto asomó una cabeza vacilante e
hirsuta; luego unos hombres y unos brazos. Alguien que trepaba hacia las
piedras del camino con un cubo de agua en las manos. Al ver al Doctor, se
detuvo, visible aún de la cintura para arriba. ¿Querría un sorbo de agua? Si
usted no me hace daño, yo no le haré daño a usted”.
He ahí el problema de la comunidad, el
semejante, la humanidad. ¿No será una simple oferta de asistencia el temor de
ser lastimados? ¿No nos hará sentir solitarios la misma oferta de asistencia?
Al desaparecer Cristo de la faz del mundo,
el hombre se convierte en lobo para sus propios semejantes. Queda la comunidad
destruida. La verdadera comunidad existe cuando cada uno reconoce lo que Dios
ha hecho por él. Pero ¿y si el otro no reconoce a Cristo? ¿Qué hacer? Debemos
amarle en el nombre de Cristo. En esto está el sentido de “ama a tus enemigos”.
Jamás podremos considerar como hermanos a
nuestros semejantes a menos que reconozcamos a Dios como Nuestro Padre. El
verdadero cristiano ve en la Encarnación de Nuestro Señor proyectada sobre cada
necesidad humana: “Estuve preso y me visitaste”, “tuve hambre y me diste de comer”.
Tóquese a cualquier ser humano del mundo y se tocará a una persona por la cual
murió Cristo aún cuando la persona no lo sepa.
Ha de ser evidente que compartir el
bienestar económico no nos hace hermanos pero convertirnos en hermanos nos hace
compartir nuestro bienestar económico. Los primeros cristianos no fueron una
sola cosa por haber mancomunado sus riquezas; mancomunaros sus riquezas porque
eran cristianos.
La verdadera inspiración de confraternidad
no es ley sino amor. Las leyes son negativas: “No harás…”. El amor es positivo:
“Ama a Dios y ama a tu semejante”. Las leyes dictan moderación; el amor es
generoso. El día del Juicio Final, cuando venga Él a juzgarnos a todos según
nuestras obras, será la caridad hacia Dios y hacia nuestros semejantes lo que
determinará nuestra salvación. Hasta la consumación del tiempo, Cristo pasará
por el mundo oculto tras la facha del necesitado, del pobre y del oprimido.
Todas las explicaciones modernas que se dan
para la existencia del mal y de la violencia distan mucho de acercarse a la
realidad. Los biólogos nos dicen que el mal se debe a un descenso en el proceso
de la evolución pero, si el progreso es inevitable, ¿por qué aumentan la violencia
y las guerras? Los sociólogos arguyen que el mal y la violencia se deben a los
“Ismos”; nazismo, comunismo, etc. Pero, ¿cómo el mundo habría podido adoptar
sistemas malévolos si las mentes no fueran terreno abonado para su desarrollo?
Como el mal y la violencia son universales, ¿No habrán de deberse a la quiebra
de una ley moral universal? ¿No está el mundo en desajuste por la misma razón
en que lo estamos nosotros, es decir, por no haber hecho lo que ha debido
hacerse? Una vez que las personas comiencen a darse cuenta de que el mundo está
en el estado en que está por haberse quebrantado la ley moral de Dios, se
habrán dado los primeros pasos en la correcta dirección. Las discordias y los
odios que hoy existen en el mundo sólo pueden ser abolidos por el amor de Dios.
martes, 17 de febrero de 2015
LOS 100 MEJORES CANTANTES DEL SIGLO
MIRELLA FRENI
Soprano lírico-spinto italiana, n. 1935
Probablemente la mejor Mimí (Boheme) y Violeta (Traviata) de los tiempos actuales, la gran soprano de Módena Mirella Freni compartió, casualmente, la misma nodriza que Pavarotti, y las madres de ambos trabajaban en la misma fábrica de cigarrillos.
Es una artista de encanto incomparable y arte vocal fascinante.
lunes, 16 de febrero de 2015
HOMBRES DE CIENCIA: Gerhard KREMER (MERCATOR)
Para los
niños, los mapas resultan cosa interesante en virtud de ciertos juegos como,
por ejemplo, “la búsqueda del tesoro”. No resultan de menor atractivo para los
adultos.
La historia del desarrollo de la cartografía
es compleja e interesante y el nombre de
MERCATOR es uno de los más destacados en su composición.
Mercator fue
el cartógrafo responsable de que Rusia, Siberia y Groelandia aparezcan tan
grandes en los mapas mundiales. Son grandes pero no tanto como las
representaban los viejos textos escolares de geografía.
Distintas naciones europeas han intervenido
individualmente, en el desarrollo de los mapas. En tiempos relativamente
recientes, cartógrafo alemanes y austriacos, emplearon por primera vez,
diferentes tonalidades de un mismo color para indicar elevaciones en mapas
topográficas.
Fueron, no obstante, cartógrafos ingleses
quienes por primera vez, utilizaron el sistema que hoy conocemos: el de
tonalidades desde verde pálido hasta carmelita rojizo para indicar elevaciones
de terrenos sobre el nivel del mar y azul claro a violeta obscuro para indicar
distintas profundidades de los mares.
Los cartógrafos franceses fueron los
primeros en usar líneas de sombra, rasgos de pluma que vemos y que indican
declives y distintos grados de verticalidad o pendiente.
Se cree que Anaximandro, que vivió unos 600
años de Jesucristo, fue el primero en trazar un mapa del mundo, pero el gran
astrónomo y geógrafo Tolomeo, que vivió durante el periodo culminante de la
civilización alejandrina, fue el primero en introducir los métodos que
utilizamos.
Eso fue hace siglos y los mapas de Tolomeo
permanecieron olvidados durante gran parte del tiempo transcurrido desde
entonces.
El verdadero nombre de Mercator era Gerhard Kremer, alemán nacido en 1512 y
muerto en 1594.
Es principalmente conocido por su famoso
mapa marítimo de 1569, que diseñó para ayudar a los navegantes en sus viajes
oceánicos y para llegar fácilmente a los destinos indicados en cada viaje. Es
todavía el mejor mapa para tal propósito específico, porque una línea recta
trazada en él, indica el verdadero rumbo a seguir entre dos lugares.
Sin embargo, como las líneas de longitud
están trazadas en sentido recto en lugar de curvo para reunirse en los polos,
las zonas de la tierra en el lejano norte y en el sur, aparecen violentamente
erráticas en forma y tamaño.
Tolomeo, con anterioridad de siglos, había
trazado meridianos en líneas rectas; es decir, las líneas del centro o del
medio de sus mapas pero había señalado los paralelos curvos, mostrando que
sabía muy bien que la tierra era un globo.
Pero la “proyección” de Mercator es la que
aún nos viene a la mente cuando nos hacemos una representación imaginativa de
Rusia y de Groenlandia.
domingo, 15 de febrero de 2015
MEMORIA VIVA / Jesús MAULEÓN
MEMORIA VIVA / MEMORIA DE LOS NOMBRES
Algunas veces
se cae en mi memoria envejecida
un nombre conocido,
el título de un libro o una fecha.
Pero hasta ahora nunca
se me olvidó tu nombre.
Te llamas Dios. Dios con cuatro letras.
Al nombrarte y quererte,
se pone a amar mi juventud entera.
De siempre a siempre
Tú eres eterno y mi memoria viva.
(De "Apasionado adiós", Madrid, Vitruvio 2013)
sábado, 14 de febrero de 2015
EL FUNDAMENTALISMO DE OCCIDENTE Y DEL EXTREMO OCCIDENTE / Leonardo BOFF
El
fundamentalismo islámico es predominante. Pero hay también una ola de
fundamentalismo, especialmente en Francia y Alemania, donde aparecen con fuerza
la xenofobia, la islamofobia, y el antisemitismo. Los varios atentados de
al-Qaeda y de otros grupos yihadistas alimentan ese sentimiento que deshumaniza
a todos: a las víctimas y a los que causan las víctimas. Podemos comprender los
contextos globales que subyacen a la violencia terrorista, pero jamás, por
ningún motivo, aprobarlas por su carácter criminal.
Históricamente el fundamentalismo, que ya pre-existía, ganó cuerpo en el protestantismo norteamericano entre 1890 y 1915 cuando un grupo de pastores publicó una colección de 12 fascículos teológicos con el título Fundamentals: a testimony of the Thruth (Fundamentos: un testimonio de la verdad). En él se afirmaba el carácter absoluto de las verdades de fe, contra la secularización, fuera de las cuales solo podría haber error. Ese fundamentalismo perdura todavía hoy en muchas denominaciones cristianas y en sectores del catolicismo conservador al estilo Lefebvre.
Diría con cierta exageración, pero tampoco tanta, que el fundamentalismo es una de las enfermedades crónicas de Occidente y también del Extremo Occidente y una de las más deletéreas. Está tan arraigada que se ha vuelto inconsciente pero fue bien expresada por el político más hilarante y grosero de Europa, Silvio Berlusconi, que declaró que la civilización occidental era la mejor del mundo y, por eso, debía ser impuesta a todos. Cito dos tipos de fundamentalismo: uno religioso y otro político.
El cristianismo de versión romano-católica fue durante siglos la ideología hegemónica de la sociedad occidental, del orbis catholicus. En esta lógica se ve el absolutismo de dos Papas, como una expresión clara de fundamentalismo.
El Papa Alejandro VI (l492-1503) por la bula Inter Caetera destinada a los reyes de España determinaba: «Por la autoridad de Dios todopoderoso a nos concedida en San Pedro, así como el vicariato de Jesucristo, os donamos, concedemos y entregamos con todos sus dominios, ciudades fortalezas, lugares y villas, las islas y las tierras firmes halladas y por hallar». Esto fue tomado en serio y legitimó la colonización española con la destrucción de etnias, culturas y religiones ancestrales.
El Papa Nicolás V (1447-1455) en la bula Romanus Pontifex dirigida a los reyes de Portugal es aún más arrogante: «Concedo plena y libre facultad para invadir, conquistar, combatir, vencer y someter a sarracenos y paganos en cualquier parte que estuvieren y reducir a servidumbre perpetua las personas de los mismos». También esa facultad fue ejercida en el sentido de «dilatar la fe y el imperio» incluso a costa del exterminio de nuestros indígenas (eran 6 millones) y de la devastación de nuestras selvas.
Esa versión religiosa alcanzó una traducción secular en los colonizadores que practicaban tal terror sobre los pueblos.
Lamentablemente esta versión absolutista fue resucitada por un controvertido documento del entonces cardenal Joseph Ratzinger, Dominus Jesus (2001), donde reafirma la idea medieval de que fuera de la Iglesia no hay salvación. Los demás están en situación de peligro ante la salvación eterna.
La versión religiosa anterior ganó expresión política por el Destino Manifiesto de Estados Unidos. Esta expresión fue acuñada en 1845 por el periodista John O ‘Sullivan para justificar el expansionismo norteamericano, como en la anexión de parte de México. En 1900 el senador por Indiana, Albert Beveridge explicaba: «Dios designó al pueblo norteamericano como nación elegida para dar inicio a la regeneración del mundo». Otros presidentes, especialmente George W. Bush, se remitieron a esa pretenciosa exclusividad. Ella justificó guerras de conquista especialmente en Oriente Medio. Parece que en Barak Obama no está totalmente ausente.
En resumen concentrado: los dos Occidentes se imaginan los mejores del mundo: la mejor religión, la mejor forma de gobierno, la mejor tecnociencia, la mejor cosmovisión. Esto es fundamentalismo que significa hacer de su verdad la única e imponerla a los demás. Esa arrogancia está presente en el consciente y en el subconsciente de los occidentales. Gracias a Dios, creamos también un antídoto: la autocrítica sobre los males que ese fundamentalismo ha traído para la humanidad. Pero no es compartido por la colectividad.
Viene a la medida la frase del gran poeta español Antonio Machado: «No tu verdad. La verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela». Si la buscamos juntos, mediante el diálogo y la cordialidad, entonces desaparece cada vez más mi verdad para dar lugar a la Verdad comulgada por todos. Y así se puede, quien sabe, limitar el fundamentalismo en el mundo en los dos Occidentes.
- Leonardo BOFF/ 13-febrero-15
viernes, 13 de febrero de 2015
EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA
DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"
POR TODOS LOS NECESITADOS
Te rogamos, Señor,
que seas nuestra ayuda
y protección.
Salva a los atribulados,
compádecete de los humildes,
levanta a los caídos,
muéstrate a los necesitados,
cura a los enfermos,
vuelve a los extraviados
de tu pueblo,
alimenta a los hambrientos,
redime a nuestros cautivos,
da salud a los débiles,
consuela a los pusilánimes;
conozcan todas las naciones
que Tú eres el solo Dios,
y Jesucristo tu siervo,
y nosotros tu pueblo
y ovejas de tu rebaño.
Tú has manifestado
la ordenación perpetua
del mundo por medio
de las fuerzas que obran en él.
Oración Universal de San Clemente.
VENTANA AL MUNDO:
PERTH AUSTRALIA
jueves, 12 de febrero de 2015
PENSAMIENTOS
. La mujer que se casa puede decirse que firma en blanco.
. En el infortunio, un turco se resigna, un ruso se subleva, un
inglés se mata, un francés espera, un español se ríe.
. Envidiar a uno es confesarse inferior a él.
. La amistad es un dúo en que uno canta y el otro no hace más
que abrir la boca.
miércoles, 11 de febrero de 2015
'RICOS Y POBRES' : Fulton SHEEN
‘RICOS’ Y
‘POBRES’
(ESPECIAL PARA LA PRENSA EN LIMA)
¿Existe algo en el mundo que deje de ser
nuestro en el mismo instante de demostrar que es nuestro? Si presentamos un
título de propiedad, los tribunales reconocerán que la propiedad es nuestra.
Mas, de qué cosa nos desposeemos cuando reconocemos su posesión? Nuestra
culpabilidad. En tanto la escondamos, actuemos como si no fuera nuestra,
culpemos a Edipo, Electra o la leche en mal estado, seguirá siendo parte de
nosotros. Sí, en verdad, negamos haber hecho alguna vez algo malo o si desoímos
la voz de la conciencia, con ello sólo conseguiremos esconder unos cuantos
esqueletos en el armario de la subconsciencia. Ocultar el áspid bajo la camisa,
como lo hizo el muchacho de la vieja leyenda, conduce a provocar una mordida
venenosa que se habría podido evitar con arrojar el áspid lejos de sí.
Nada forma tanto parte de nosotros como
aquello que queremos ocultar. Incontables son las conciencias que se echan en
sofás para que se les absuelva su culpabilidad con explicaciones. Las
racionalizaciones y justificaciones son entierros, no borrón y cuenta nueva. No
todas, pero muchas de las sicosis y neurosis son manifestaciones superficiales
de la renuencia a decirse pecador. Lady Macbeth se lavaba las manos cada cuarto
de hora cuando lo que debió lavarse fue su corazón. Repudiaba la culpabilidad
del crimen, mas este continuaba manifestándose, no sólo rasgando su conciencia
sino dando lugar a un desequilibrio mental. En el terreno de la economía lo que
se repudia deja de ser nuestro; pero en el terreno de la moralidad lo que se
repudia se convierte en doblemente nuestro. Se hace pegajoso, sucio y se
adhiere a nosotros como esos polvos que usa la policía para atrapar ladrones;
cuando se lavan se tornan color púrpura.
Cuando hay confesión de culpa, todo sufre
alteración en el orden ético. Cuando lleva uno al Señor una talega rellena de
pecados y le dice: “Esto es mío; perdóname, hasta la talega desaparece. Lo que
llevo como propio deja de ser mío; una posesión que se convierte en cosa
desposeída. El perdón divino es destrucción del título de propiedad y
cancelación de la hipoteca; deuda que se paga y se olvida. Cuando cierta
prostituta se arrodilló a los pies del Señor, derramando lágrimas como las
primeras gotas caldeadas de una lluvia de verano, escuchó de los Divinos Labios
que su deuda quedaba cancelada. Pero el anfitrión que, sentado a su mesa, vio los pecados de ella y
no los propios, echó sobre su conciencia carga doble. El fariseo que se fue a
orar a las puertas del templo, exaltó sus virtudes; el colector de impuestos en
la parte posterior examinó sus faltas. El primero regresó a su casa con mayor
pesadez en el alma por su acto de adulación; el segundo, más feliz, por su acto
de autocondenación.
En este último caso, ¿no son el
reconocimiento de la culpabilidad y el perdón de la misma dos caras del mismo
amor? Del lado de la conciencia, amor doliente que clama por el Amor herido;
del lado Divino, Amor que absorbe la culpa, pero a un precio exorbitante pagado
con monedas del Calvario, y la hace no existente. “Quedan perdonados tus
pecados” es un eco; un eco de la súplica; “Ten piedad de mí, Señor, que soy
pecador”.
Muchos son los que cantan en el baño tal vez
alegres por el disfrute de la purificación física; pero no hay canción más
plena de gozo que la que se entona a raíz de una absolución y de un perdón. Las
barras carcelarias que uno mismo forja, son derribadas por el Otro que se da
por entero al encarcelado.
Se nota hoy una nueva actitud en los
millones que se creen inmaculadamente concebidos y que creen vivir
inmaculadamente. La actitud pasada consistía en buscar racionalización para
quien negara la existencia del pecado o culpabilidad.
La nueva actitud no anda a la caza de jerga
científica para desratizar las crías de víboras internas; mira hacia dentro.
Las expresiones que hoy se escuchan más corrientemente son “Tengo limpia la
conciencia”, “No he hecho nada malo”, “Subjetivamente tengo razón”, “Jamás me
he reprochado de algo que haya hecho”. Esto resulta más barato que lo anterior
puesto que no hace falta pagar honorarios a “racionalizadores: y es tan
efectivo puesto que pone al criminal en
el banquillo y entrona al “ego” como dictador: “Lo que digo que está bien, está
bien”. Resulta interesante notar que tales “subjetivistas” y egoístas son los
que con mayor celeridad recurren a las drogas o al alcohol para consolar sus
almas solitarias. ¿No han de ser felices por derecho propio los “puros”, los
“honestos”, los “buenos” y los “santos”? Si sus conciencias son tan impolutas,
¿cómo es que buscan refugio en sus subconsciencias? Si no han asaltado un
banco, ¿por qué huyen de la policía?
Así, el mundo está dividido entre los ricos
y los pobres. Los “ricos” son los que tienen grandes posesiones: “posesiones”
que les agobian: su culpabilidad. Los “pobres” son los que han sido desposeídos
de sus pecados, haciéndoles frente y haciéndoselos perdonar. Aún sigue siendo
cierto aquello de “bienaventurados los pobres de espíritu…”
martes, 10 de febrero de 2015
HOMBRES DE CIENCIA: García Da ORTA
La evolución
política y económica de los estados y naciones ha dependido a veces de
acontecimientos y cosas aparentemente improbables; por ejemplo, nuez moscada,
canela y pimienta.
El control del tráfico de estas especies
condujo directamente al establecimiento de los sistemas coloniales portugués y
holandés en el Sudeste de Asia y la competencia por tal control dio lugar,
indirectamente al menos, al descubrimiento de América.
El primer hombre en catalogar botánicamente
estas plantas fue García Da Orta, nacido en 1499 en Elvas, Portugal, ciudad
cercana a la frontera española famosa en aquella por su agua y por su
agricultura.
Da Orta fue el primer europeo que escribió
sobre medicina tropical y fue por sus usos médicos que estas especies tuvieran
gran valor originalmente.
Da Orta estudió medicina en España, en la
Universidad de Salamanca y fue después catedrático en la famosa universidad
portuguesa de Coimbra. Cuando cumplió 34 años de edad partió al exterior, rumbo
a las nuevas colonias en la India y en las Indias Orientales. Allí pasó el
resto de su vida, la mayor parte del tiempo en o en los alrededores de la
ciudad hindú de Goa, ciudad que hace tan sólo poco tiempo recuperó la India del
dominio portugués.
Se dice que Da Orta estableció un jardín
botánico en Ceilán con el propósito de sembrar y cosechar frutas, hojas y
raíces que tenían –o se suponía tener—valor medicinal.
Durante muchos años viajó por las islas y
penínsulas del Sudeste de Asia, región que en nuestros días ocupa tanto espacio
en los periódicos. En un tiempo, durante sus excursiones, fue médico del virrey
de Portugal y en tala capacidad prestó también sus servicios a gobernantes
nativos.
En 1560 se fue a Goa para residir allí
permanentemente. Tres años después publicó su “Simples y drogas de la India”.
Fue ese volumen la primera descripción
científica europea de plantas y drogas asiáticas que tenían valor medicinal o
farmacéutico.
Entre las drogas que descubrió figuran el
opio, derivado de las amapolas; benzoína, del abeto balsámico; cubeba, de un
árbol pimentoso de Java y nuez vómica, semilla de un árbol de las Indias
Orientales de la que se deriva la estricnina.
Las plantas que dieron a las Indias
Orientales el nombre de “Islas de las Especies” fueron originalmente de
importancia más bien medicinal que culinaria y fueron descritas por Da Orta.
Además de la pimienta, la canela y la nuez moscada (utilizadas como calmantes
de irritaciones, aplicaciones sedativas y calmantes de los dolores) catalogó el
eneldo, el cilantro, el clavo, la alcaravea, el anís, el regaliz y muchas
otras. Todos estos términos los asociamos hoy en día con platos sabrosos.
Da Orta describió el cólera tanto como
muchas enfermedades y condiciones de la piel y fiebres. Fue el primero en
describir la serpiente cobra y en hablar de los efectos de sus mordeduras y
cómo debe tratarse su resultado venenoso.
lunes, 9 de febrero de 2015
LO QUE DIJO BEETHOVEN y SE DIJO DE ÉL
LO QUE DIJO BEETHOVEN SOBRE SU SORDERA:
"En varias ocasiones he renegado de Dios, porque ha hecho a sus criaturas de modo que el más mínimo contratiempo, pueda destruir o truncar la más bella flor".
"Si es posible, quiero desafiar mi destino, pese que haya momentos en mi vida en los que seré la más infeliz criatura de Dios.
Desde hace dos años he dejado de tener vida social, por una simple causa. /No le puedo decir a la gente: estoy sordo!"
LO QUE DIJO WAGNER SOBRE LA TERCERA SINFONÍA:
"El término "heroico" debe entenderse en su sentido más amplio, no referido a un héroe militar. Si consideramos héroe en sentido global al Hombre en su totalidad, plenamente dotado de todos los sentimientos propiamente del amor, del dolor, de la fuerza, estaremos en condiciones de comprender la verdadera asunción del artista en esta composición tan fascinante y expresiva. Cuando expone con sinceridad la nobleza de las pasiones, llega espontáneamente a una conclusión que funde la ternura más emotiva con la fuerza más intensa".
domingo, 8 de febrero de 2015
VERSOS DE "PALABRA UNGIDA": EL CAMPO Y DIOS / Pedro CASALDÁLIGA
EL CAMPO Y DIOS
(A Lorenzo Gomis)
Por debajo del alma
me pasa el agua.
Por encima del alma
las nubes altas.
Por en medio del alma
la gran nostalgia.
Corazón, échate al mar
como una barca sin velas;
ni te pongas a remar.
Suelta al viento la canción
y apaga tus luces. Pon
un niño por timonel...
/Mar adentro corazón,
que Dios velará por él!
sábado, 7 de febrero de 2015
PUEBLO: EN BUSCA DE UN CONCEPTO / Leonardo BOFF
Pocas palabras hay más usadas por distintas retóricas que esta de «pueblo». Su sentido es tan fluctuante que las ciencias sociales le tienen poco aprecio prefiriendo hablar de sociedad o de clases sociales. Pero como nos enseñaba L. Wittgenstein «el significado de una palabra depende de su uso». Entre nosotros, quienes más usan positivamente la palabra «pueblo» son aquellos que se interesan por la suerte de las clases subalternas: el «pueblo».
El primer sentido filosófico-social tiene sus raíces en el pensamiento clásico de la antigüedad. Ya Cicerón y después san Agustín y Tomás de Aquino afirmaban que «pueblo no es cualquier reunión de hombres de cualquier modo, es la reunión de una multitud en torno al consenso del derecho y de los intereses comunes». Corresponde al Estado armonizar los distintos intereses.
Un segundo sentido de «pueblo» nos viene de la antropología cultural: es la población que pertenece a la misma cultura, y habita un determinado territorio. Tantas culturas, tantos pueblos. Este sentido es legítimo porque distingue un pueblo de otro: un quechua boliviano es diferente de un brasileño. Pero ese concepto de «pueblo» oculta las diferencias y hasta las contradicciones internas: tanto pertenece al «pueblo» un hacendado del agronegocio como el peón pobre que vive en su hacienda. Pero en el estado moderno el poder solo se legitima si está enraizado en el «pueblo». Por eso la Constitución reza que «todo poder emana del pueblo y debe ser ejercido en su nombre».
Un tercer sentido es clave para la política. Política es la búsqueda común del bien común (sentido general) o la actividad que busca el poder del Estado para administrar a partir de él la sociedad (sentido específico). En boca de los políticos profesionales «pueblo» presenta una gran ambigüedad. Por un lado expresa el conjunto indiferenciado de los miembros de una sociedad determinada (populus), y por el otro significa la gente pobre y con escasa instrucción y marginalizada (plebs = plebe). Cuando los políticos dicen que «van al pueblo, hablan al pueblo y actúan en beneficio del pueblo, piensan en las mayorías pobres».
Aquí surge una dicotomía entre las mayorías y sus dirigentes o entre la masa y las élites. Como decía N. W. Sodré: «una secreta intuición hace que cada uno se juzgue más pueblo cuanto más humilde es. Nada tiene, y por eso mismo se enorgullece de ser «pueblo» (Introdução à revolução brasileira, 1963, p. 188). Por ejemplo, nuestras élites brasileñas no se sienten «pueblo». Como decía antes de morir en 2013 Antônio Ermírio de Moraes: «las élites nunca piensan en el pueblo, solamente en sí mismas». Ese es el problema.
Hay un cuarto sentido de «pueblo» que deriva de la sociología. Aquí se impone cierto rigor del concepto para no caer en el populismo. Inicialmente posee un sentido político-ideológico en la medida en que oculta los conflictos internos del conjunto de personas con sus culturas diferentes, status social y proyectos distintos.
Ese sentido tiene escaso valor analítico pues es demasiado globalizador aunque sea el más usado en el lenguaje de los medios de comunicación y de los poderosos.
Sociológicamente «pueblo» aparece también como una categoría histórica que se sitúa entre masa y élites. En una sociedad que fue colonizada y de clases, es clara la figura de la élite: los que detentan el poder, el tener y el saber. La élite posee su ethos, sus hábitos y su lenguaje. Frente a ella surgen los nativos, los que no gozan de plena ciudadanía ni pueden elaborar un proyecto propio. Asumen, introyectado, el proyecto de las élites. Estas son hábiles en manipular «al pueblo»: es el populismo. El «pueblo» es cooptado como actor secundario de un proyecto formulado por las élites y para las élites.
Pero siempre hay rasgaduras en el proceso de hegemonía o dominación de clase: de la masa lentamente surgen líderes carismáticos que organizan movimientos sociales con una visión propia del país y de su futuro. Dejan de ser «pueblo-masa» y empiezan a ser ciudadanos activos y relativamente autónomos. Surgen sindicatos nuevos, movimientos de los sin tierra, de los sin techo, de mujeres, de afrodescendientes, de indígenas, entre otros. De la articulación de esos movimientos entre sí nace un «pueblo» concreto. Ya no depende de las élites. Elabora una conciencia propia, un proyecto diferente para el país, ensaya prácticas de resistencia y de transformación de las relaciones sociales vigentes. El «pueblo» por lo tanto, nace y es el resultado de la articulación de los movimientos y de las comunidades activas. Este es el hecho nuevo en Brasil y en América Latina de los últimos decenios que culmina hoy con las nuevas democracias de cuño popular y republicano. Bien decía un líder del nuevo partido Podemos» en España: «no fue el pueblo quien produjo el hecho de levantarse, fue el levantarse quien produjo el pueblo». (Le Monde Diplomatique, enero, p. 16).
Ahora
podemos hablar con cierto rigor conceptual: aquí hay un «pueblo» emergente a
medida que tiene conciencia y proyecto propio para el país. «Pueblo» posee
también una dimensión axiológica: todos están llamados a ser pueblo: no haber
dominados y dominadores, élites y masas, sino ciudadanos-actores de una sociedad
en la cual todos pueden participar.
-Leonardo BOFF/ 6-febrero-15
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