Marginados del tráfago materialista de los tiempos
modernos y replegados en sí mismos, para encontrarse a sí propios, delíneen la
tarea futura con alto sentido de responsabilidad ecumenical.
Nunca como hoy y esto cobra nueva dimensión, la
responsabilidad entraña un sentido de universalidad…
Precisamente por ello él ha de darse más hombre; esto
es más racional y justo, más indulgente, comprensivo y generoso.
Hoy más que nunca el mundo reclama de los jóvenes la
iniciativa audaz, y el espíritu de innovación para acomodarse al nuevo orden de
cosas, en su devenir acelerado y sorpresivo.
Mas siempre, como la Cruz del Nazareno cuya figura
será imposible de olvidar para todos los tiempos, tienda el hombre los brazos
amorosos en amplitud de abrazo y en actitud de entrega.
Sólo así, la obra del hombre sera más digna del
hombre…”
Teodoro Rivero Ayllón, escritor peruano.
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