domingo, 2 de octubre de 2016

TRÁNSITO DE SAN FRANCISCO



            Era una tarde triste y silenciosa:
Ya el mundo fatigado se dormía;
Sólo una queja  suave y amorosa
Exhalaban los pétalos de rosa
Al arrullo del aura que bullía.

            Sollozaba la brisa en la enramada;
Gemía el ave en amoroso arrullo;
Y en vaporosa nube perfumada’
 Se eleva el aroma del capullo.

            De los montes la cándida aureola
Fulgentes perlas de rubí lucía
Y el astro que las tardes arrebola
¡Ay! Triste de la tierra se partía…

            De la noche en el seno misterioso
Ya su frente la tarde reclinaba,
Y, en desmayo amoroso,
Natura adormecida sus piraba.

            Sobre verde colina
Asís allá a lo lejos aparece
Acariciada del rostro que la dora,
Como el ave en la fronda se adormece
A los besos del aura arrulladora.

            La Porciúncula gime… Recostado
Está en el duro suelo, en agonía,
De sus dolientes hijos rodeado,
Radiante de alegría,
Francisco, el pobrecillo, el Padre amado.

            Y cual su trino candoroso el ave
Vierte del nido, al extender su manto
De grana y oro la fulgente aurora,
De amor Francisco un inspirado canto
Eleva, al entrever de eterno día
Los celajes de luz deslumbradora:

            -Señor omnipotente, Dios eterno,
Sea a Ti todo honor:
Sólo eres digno Tú de excelsa gloria,
De amor y bendición.

            Alábate mi hermano poderoso,
El esplendente sol:
Él es imagen centellante y pura
De tu eterno esplendor.

            Alábente la luna y las estrellas
Con su suave brillar
Y el viento y los abismos y los cielos
Y el claro manantial.

            Alábate, Señor la madre tierra,
El fuego, el hielo, el mar
Y mi hermanita el agua humilde
Y pura como tu dulce faz.

            Alábate, Señor, la  hermana muerte
Con su grande poder,
Que es dulce al que teme y te venera,
Y al malo como hiel.

            El que humilde perdona por tu nombre
Ultrajes y baldón
Alábate rendido y amoroso,
Altísimo Señor.

 ¡Oh creaturas formadas por su mano
Que en el mundo habitáis!
Servid a mi Señor eternamente
Con amor y humildad.

            Inundóse su rostro demacrado
De suave luz y angelical dulzura
Y voló su alma centellante y pura
Entre celeste y luminoso coro,


(Faltan por lo menos dos líneas. No me ha sido posible completarlo como tampoco su autor. Sé que es de Florecillas. Muy bien puede atribuirse a Fr. Pablo Gonzáles O. F. M por la similitud del Triunfo de Santa Clara)

                                                             Porciúncula-Asís.

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