POCIÓN
DE AMOR
Al día siguiente, en el salón de los nobles,
Papier descubre un afiche frente al Rey, la Reina y los demás. El afiche lleva
la imagen de los artistas Caterina y
Benedetto, besándose en un balcón.
“La Ópera Ambulante y su nueva aclamada
presentación Poción de Amor”/ exclama el Rey Aidan emocionado.
“Así es, Su Majestad”/ responde Papier. “No
veía el momento de anunciarlo”.
La Reina Beatriz sonríe.
“Definitivamente Frezzia no era la misma sin
usted”/ observa ella.
Alysse observa la imagen de Caterina.
“Qué alegría volver a verla”/ dice para sí.
Janice permanece con la cabeza gacha.
“No sé cómo pueden estar tranquilos cuando
Flere no aparece”.
Columbio toma su mano.
“Flere no es un niño. Además no anda solo”.
Janice asiente.
Papier coloca un afiche a un lado.
“Me tomé la libertad de invitarlos.
Necesitaré de vuestra ayuda y así lograr que sean bienvenidos en Chandler”.
“Cuenta co0n todo mi apoyo”/ responde el
Rey.
Broderick asiente.
“Le asignaré el personal encargado”.
La Reina se vuelve hacia Alysse.
“Caterina es vuestra amiga. Si deseas
podrías formar parte de su comitiva de bienvenida”.
“Estaré muy agradecida, Su Majestad”.
La Reina asiente.
Flere y Pedro se encuentran frente a un
albergue, cerca al puerto de Chandler.
“Con que es aquí”/ dice Flere.
“No lo sabemos, quizás la información que se
nos hizo llegar en la taberna no es correcta”.
Pedro se cubre el rostro.
“Sólo hay una manera de averiguarlo”.
“¿Has perdido la razón?, si logran verte
acabarán contigo”/ exclama Flere.
Pedro ingresa en el albergue. Flere lo sigue.
En el pasillo, Rebeca toma a Milun de la
cintura.
“Fue una noche maravillosa”.
Milun la aparta.
“Debes tener cuidado. Ya sabes cómo es la
Señorita Pía”.
“No te preocupes. Sé cómo tratar con ella”.
Milun respira hondo.
“Vine a decirte que la Reina ha solicitado
mi ayuda. Al parecer Alysse fue asignada a recibir a la ópera”.
“Me alegra”.
“Toda esta felicidad se debe a ti”.
“¡No!”/ responde Milun muy cortante. “Se
debe a tu esfuerzo”.
Milun camina. Unos pasos más allá, Roger le da
el encuentro.
“¿Y los otros”/ exclama Milun.
En el vestíbulo, Papier distribuye los afiches
con sus ayudantes.
Alysse se acerca.
“Escuché que irás a la aldea. Quizás
aprovechamos y averiguamos algo de Flere”.
Papier asiente.
“No hay problema. Sé lo preocupada que es
Janice”.
Alysse sonríe.
En el albergue, varias personas de vestimentas
rasgadas se sienan alrededor de una mesa. Pedro se inclina hacia ellos. Una
mujer con el cabello desaliñado y sin dientes se acerca.
“Estamos repletos”/ dice ella.
“No tengo más adonde ir”.
Flere entra.
La mujer lo observa y suelta una carcajada.
“Ya veo. Diez monedas por la azotea”.
Pedro entrega las monedas a la mujer. Flere se
acerca.
“¿Acaso piensa que tú y yo…”
“Qué importa, subamos”.
En una habitación arriba de ellos, sentado en
el pisoi, Fausto se encuentra rodeado por sus seguidores. Entre ellos Clara.
“Debe ser una mañana muy hermosa. Ya llegará
el momento de mostrar al mundo la divinidad de mis creaciones”.
Damián y los demás aplauden.
“Y esta noche seremos bendecidos con una nueva
especie. Nuestro querido cisne”/ agrega Fausto.
Clara se arrodilla ante él.
“Haré lo que usted disponga de mí, señor
mío”.
“Mi querido cisne. Sé cuánto anhelas formar
parte de nuestra familia. Créeme, no debes temer”.
Clara asiente. Detrás de la puerta, Pedro y
Flere escuchan.
“¡No lo permitiré!”/ exclama Pedro.
Pedro toma la manija, pero Flere lo jala del
brazo.
“¡Suéltame!”
“Prometiste esperar por los otros”.
Pedro respira hondo.
En su despacho, Columbio se reúne con Milun,
Janice, Broderick y Roger.
“Lo sabía. Algo me decía que Flere corría
peligro”/ dice Janice.
“Flere sabe cómo cuidarse. Quien podría
cometer una locura es Pedro”/ observa Milun.
Columbio asiente.
“Partiremos enseguida”.
“Iré con ustedes”/ exclama Janice.
“Será mejor que permanezcas aquí”/ responde
Columbio.
“Estaré con ella”/ comenta Broderick.
Janice baja la mirada. Columbio toca su
cinturón, asegurándose que lleva consigo la botellita.
En la aldea de Chandler, Alysse y Papier
observan el afiche de la ópera colocado en la pared de una concurrida calle.
“Al parecer mis hombres hicieron un buen
trabajo”/ dice Papier.
Los aldeanos se acercan emocionados.
“Será un éxito. Todo se lo debemos a usted”/
responde Alysse.
“No soy yo el artista. Digamos que me gusta
compartir el arte con los demás”.
Alysse sonríe.
“Agradezco vuestra compañía”/ agrega Papier.
“En verdad
me hacía falta respirar aire fresco”.
“La vida en el Palacio puede ser asfixiante.
Pero no hay mejor lugar, créame”.
En eso Brett, uno de los manifestantes,
acompañado de tres hombres se acerca.
“Qué fastidioso es el acento de un
extranjero noble”.
Papier y Alysse lo observan. Alysse lo
reconoce.
“¡Usted!”/ dice ella.
Brett
sonríe.
“Vaya, vaya. Pero si no es más que la
prófuga Bordana”.
Papier luce sorprendido.
“¿Se conocen?”
“Por lo visto vuestro ingenuo amigo
desconoce su pasado”/ observa Brett.
“Fue quien me rescató cuando fui acusada de
robo. Para luego querer aprovecharse de mí”.
“Pero si no eres más que una mal agradecida
mujerzuela”.
Papier desenvaina su espada.
“Haré que te tragues tus palabras”.
Brett toma su espada y se lanza hacia Papier.
“Acaben con él”.
Los tres hombres de Brett luchan contra
Papier. Papier esquiva el ataque y derriba a cada uno de ellos.
“Será mejor que te marches”/ dice Alysse.
Brett, lleno de furia, se lanza hacia Papier.
Papier se agacha y logra atacar la pierna de Brett. Brett grita de dolor y cae.
“Pide disculpas a la señorita a cambio de tu
vida”/ ordena Papier.
Brett mira a Alysse enfurecido.
“No hace falta. Déjalo ir”/ suplica Alysse.
La espada de Papier se acerca al cuello de
Brett.
“No volveré a repetirlo”/ señala Papier.
Brett agacha la cabeza.
“Pido me perdone…señorita”/ balbucea Brett.
Alysse toma a Papier del brazo.
“Es suficiente”/ dice ella.
Brett y sus hombres se levantan y huyen.
Alysse coloca su mano en el hombro de Papier.
“Te agradezco”.
“No debes hacer caso en las palabras de ese
miserable”.
“Estoy acostumbrada a eso y mucho más”.
Papier acaricia el rostro de Alysse.
“Veo que llevas la cabeza muy en alto cuando
alguien se refiere a tu origen”.
“Es también mi reino aunque muchos no se
atrevan a aceptarlo”.
Papier asiente.
Cerca de ellos, Milun, Columbio y Roger entran
en la taberna de la aldea. Milun ubica a Tiara, su conocida. Se acerca a ella.
“¡Milun, qué sorpresa!”/ exclama ella.
“Necesitio de vuestra ayuda”.
Tiara asiente.
“Debo saber la ubicación de todas las
tabernas a nuestro alrededor”.
Tiara luce sorprendida.
“Hace unas horas vuestro amigo, el muchacho
bonito, estuvo aquí. Habían visitado todas las tabernas cercanas sin éxito”.
“Pero entonces, ¿A dónde se fueron?”/
observa Columbio.
“Les indiqué la existencia de una taberna
clandestina ubicada en un albergue cerca al puerto”.
“Gracias”.
“Ese lugar podría ser peligroso”/ exclama
Columbio.
“No te preocupes. Estoy ya bien acostumbrado
a esa zona”.
Tiara y Milun comparten una sonrisa.
Desde la azotea del albergue, Pedro y Flere
vigilan la habitación de Fausto. La puerta se abre. Cinco siluetas, vistiendo
una capas, salen de la habitación y caminan hacia el nivel inferior.
“Deben se ellos. Es nuestra oportunidad”/
observa Pedro.
“Pero, ¿y Fausto?”
“No queda de otra”.
Pedro desciende. Flere no logra detenerlo.
“Llegó el momento”/ dice Pedro para sí.
Pedro ingresa y observa siete antorchas
encendidas colocadas en círculo. En eso Clara se acerca. Lleva marcas en su
rostro.
“¿Qué hace usted aquí?”
Pedro retira su capucha. Clara lo observa
sorprendida.
“¿Qué te han hecho?”
Clara voltea asustada.
“Debes venir conmigo”/ agrega Pedro.
“Márchate. Salva tu vida”.
Pedro toma sus manos.
“No me iré sin ti. Debes abrir los ojos”.
Clara niega con la cabeza. Se escuchan unos
pasos.
“Mi querido Pedro. Ya sabía yo que tarde o
temprano vendrías hacia mí”/ dice Fausto.
Pedro aparta a Clara.
“Miserable. ¿Cómo te atreviste a hacerlo
daño?”
Fausto sonríe.
“Acabaré contigo”/ grita Pedro.
“Cuánto valor”. Voltea su cabeza hacia
Clara. “¿Acaso mi cisne permitirá esta osadía?”
Clara golpea la pierna de Pedro haciéndole
caer.
“No debes escucharlo”/ suplica Pedro.
“Fausto es mi maestro. Soy lo que soy debido
a él”.
Pedro derrama unas lágrimas.
“Acabad con este desperdicio de ser.
Liberemos su alma”/ exclama Fausto.
Flere entra con su espada en mano.
“Pobre de aquel que lastime a Pedro”.
“Otro más que ha venido a su funeral”.
La mano de Flere tiembla ante Fausto.
En el nivel inferior Milun, Columbio y
Roger entran con prisa.
Damián y los otros los reconocen.
“Iré por Fausto”.
Damián corre despavorido. Milun va tras él,
pero Trémulo, Kira, Hadriel y Glauco retiran sus capas y le impiden el paso.
Milun se paralisa al ver a Kira con implantes de piel de lagarto en su rostro,
a Glauco con colmillos y piel de tigre en su pecho, y finalmente a Hadriel con
un pico de ave como nariz y pluma por todos lados.
“¡Denigrante!”/ exclama Milun.
“Con que nos volvemos a encontrar”/ dice
Glauco.
“No perderé mi tiempo discutiendo con
animales”/ responde Milun.
“¿Qué habéis hecho con mis amigos?”
Columbio toma la botellita.
“Es el momento”.
Bebe de ella.
En el Palacio, Janice se reúne con Alysse y
Papier.
“Esos muchachos sólo quieren la diversión
para ellos”/ exclama Papier.
Janice su cubre los ojos.
“¿Y si algo malo les ha ocurrido?”
Alysse la abraza.
“Descuida. Milun debe estar con ellos”.
Papier observa a Alysse.
Flere apunta su espada hacia Fausto.
“Permite que me lleve a mi amigo”.
Fausto sonríe.
“No creo sea una opción”.
Damián ingresa y apunta a Flere con su espada.
“Suéltala”.
Flere deja caer su espada.
Pedro sujeta a Clara del vestido.
“No debes permitir que hagan de tu cuerpo
una abominación”.
Clara baja la mirada.
“¿Abominación? ¿Cómo te atreves a llamar al
pincel de la vida abominación? / grita Fausto.
Fausto toma a pedro del cuello y lo levanta.
“Te demostraré lo que es abominación”.
Milun se lanza contra Glauco y Kira. Trémulo y
Columbio chocan sus manos. Hadriel ataca a Roger, pero Roger esquiva sus
golpes.
“Nada mal para un veterano”/ dice Hadriel.
Kira golpea con su pie la espalda de Milun.
“No podrás contra nosotros”/ dice ella.
“Es verdad, pero los reptiles sólo saber
usar la lengua”.
Milun toma a Kira de la pierna y la lanza
hacia Glauco, derribándolo.
Columbio toma a Trémulo de sus cuernos. Con
toda su fuerza aprieta de ellos hasta que la cabeza de Trémulo se parte en dos.
“Argh…”/ grita Trémulo
El cuerpo inerte de Trémulo cae. Columbio
observa sus manos llenas de sangre. Milun y Roger loobservan.
“Yo…yo…”/ balbucea Columbio.
Roger estalla en un agudo llanto dejando a
todos aturdidos.
Fausto aprieta el cuello de Pedro. Damián
sujeta los brazos dee Flere.
“No le hagas daño”/ suplica Flere.
Pedro eleva la mirada dispuesto a aceptar su
destino. Clara recuerda cuando Pedro la defiende de Kira. Clara toma una de las antorchas y
golpea el rostro de Fausto con ella.
“¡Noooo!”/ grita Fausto descontrolado.
Clara se acerca Pedro.
“Lo siento…”
Pedro sonríe.
“Hiciste lo correcto”.
Fausto camina enceguecido por las llamas y se
tropieza con una mesa. Varias botellitas se esparcen por el piso. Damián va en
su auxilio.
“Señor…”
Flere y Clara levantan a Pedro. El fuego se
esparce por todo lado.
“Es nuestra oportunidad de acabar con él”/
observa Pedro.
Damián y Fausto salen por la puerta posterior.
Milun, Columbio y Roger entran y observan la habitación en llamas.
“¡Tras ellos!”/ grita Pedro.
Milun coloca su mano en el hombro de Pedro.
“Ya habrá momento. Salgamos de aquí”.
Columbio se agacha y recoge unas cuantas
botellitas.
“¿Qué haces?”/ exclama Flere.
“Quizás Arturo las necesite”.
Salen.
Momentos después, fuera del establecimiento,
Clara abraza a Pedro.
“Arriesgaste tu vida por mí”
“Lo haría una y otra vez”.
Clara sonríe y cae al suelo convulsionando.
“¿Qué le ocurre?”
Milun levanta la cabeza de Clara.
“Es el veneno. Debemos llevarla con Arturo”.
Pedro luce preocupado.
En el Palacio, la Reina Beatriz se reúne con
Casey en sus recámaras.
“Lo que tiene que decirme debe ser muy
importante para que no haya podido esperar hasta mañana”/ dice la “Reina.
“Su majestad, con mucho respeto, acudo a
usted como Amo protector y así suplicar por el perdón de mi esposa”.
La Reina suspira.
“Lo que usted me pide no es nada simple”.
“Lo entiendo. Ahora que se me ha dado uso de
mis facultades en esta Corte, Britta está dispuesta a negar todas sus
acusaciones a cambio de su libertad”.
La Reina asiente.
“Veo que el asilo le ha hecho bien. Pero me
pregunto ¿Hasta cuándo durará ese cambio de corazón?”
“Eso déjemelo a mí. Le aseguro no olvidará
su lección”.
La Reina entrecierra los ojos.
“Lo lamento, Don Casey, pero si doblo el
brazo ahora quién sabe cuántos más se atreverían a difamarme”.
Casey frunce el ceño.
“Muy bien, espero ahora poder hacerla
cambiar de idea”.
Casey extrae el documento de compra del collar
de su bolsillo y se lo muestra.
La Reina respira hondo.
DE MI ÁLBUM
(Jordanien)