SONETO
Sin saber me hallé en época lejana
bogando en primitiva embarcación,
dando tranquilo al remo y al timón
en aquella inocente edad temprana.
Pasada de la vida la mañana
hubo ciclos de intensa cerrazón,
pero la humilde y férvida oración
en ninguna borrasca ha sido vana.
Hoy que diviso próxima la orilla;
la tempestad me azota con furor
en esta decisiva última milla;
hacia los arrecifes va mi barquilla,
pero de pronto vira: Es que el Señor
ha empuñado el timón de mi barquilla.
--ANÓNIMO.
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