UNA OBRA QUE MARCÓ HUELLA EN
TRUJILLO
Ø PARA LA CRÍTICA FUE UNO DE LOS MEJORES CONCIERTOS VIVIDOS
EN ESTA CÁLIDA TIERRA.
El
miércoles 20 de diciembre se clausuró el VIII Festival Mozart-Beethoven 2006,
que incluyó la Obertura Prometeo Op. 43 de Beethoven y el Réquiem k. 626 de W. A. Mozart en el Teatro Municipal
de Trujillo.
Participaron el Coro de la Universidad Mayor
de San Marcos bajo la dirección del maestro Israel Olaya, la Orquesta Sinfónica
de Trujillo y los cantantes solistas Margarita Ludeña (soprano), Maya Hoover
(mezzosoprano), Zenón García (tenor) y David Dillard (bajo), todos con la
dirección del maestro Francisco Pereda, quien, además, fuera el gestor,
preparador y organizador de la presentación de tan magna obra. Pereda se
consagró así como un director con precisión y sobriedad gestual y a la vez,
refinada expresión estilística en el manejo y estructuración del hondo
contenido dramático del RÉQUIEM.
A estos méritos se sumó la impactante
preparación y presentación del Coro Universitario en obra tan compleja y cuyos
logros superaron toda expectativa. Con honores se consagró, también, como una
agrupación coral de indiscutible mérito y de gran protagonismo en la escena
coral peruana. Aplausos para su director igualmente, la Orquesta Sinfónica de
Trujillo sostuvo con gran calidad y responsabilidad su condición de soporte y
marco sonoro tanto a las exigencias del director como a la presencia de
cantantes y coreutas.
El cuarteto solista tuvo momentos de
excelente empaste vocal y calidad
expresiva. Los cantantes peruanos Margarita Ludeña (salvo accidentales lapsus lingüe en el Tuba Mirum)
y Zenón García, cumplieron con estimulante esfuerzo sus intervenciones, tanto
solísticas como las de conjunto (cuarteto vocal).
Pero es menester resaltar el valioso aporte
de los excelentes cantantes norteamericanos: Maya Hoover y David Hillard. La
primera contó con el respaldo del
Departamento de Música de la Clayton
State University de Atlanta, Georgia y el segundo, con el auspicio de la
Southern Illinois University, en Carbondale. Ellos brindaron notable respaldo
profesional de alta calidad técnica de belleza vocal en sus roles respectivos.
EL RÉQUIEM no es sólo una obra emblemática
de repertorio; es una obra de enorme contenido histórico y trágicas
connotaciones musicales y humanas en su existencia magistral. Mozart, en carta
dirigida a Lorenzo Da Ponte en 1791, dramáticamente escribió: “Tengo el
presentimiento de que mi hora ha llegado y de que esto me guiará a la muerte”.
Este descarnado presentimiento enmarca la
composición del RÉQUIEM, obra maestra en la que debemos recordar que, a la
muerte de su autor, quedara inconclusa. De las 14 partes que conforman la obra
sólo el Introito, Kyrie y Dies irae fueron concluidas por Mozart.
Fue su discípulo Franz Xaver Sussmayer quien concluyera las partes
restantes mediante indicaciones instrumentales y corales de voces solistas y
del bajo cifrado, todas ellas incompletas y, en algunos casos, inexistentes.
Sussmayer aportó con la versión propia del Sanctus y del Communio y para este
último recurrió a una reexposición casi textual de los elementos estructurales
del Introito y Kyrie. Es doloroso comprobar que en el Lacrimosa Mozart sólo
escribió hasta el compás 8. Hermoso fragmento de hondo dramatismo que conmueve hasta las lágrimas.
El estreno de la obra mozartiana nos
recuerda que estamos acostumbrados a asistir a una impresionante sucesión de
eventos internacionales en la ciudad de Trujillo. El último, el que en estas
líneas comentamos, nos hace repensar cuán equivocados estamos al aceptar que
sólo Lima tiene el privilegio de hacerlo.
Es conveniente constatar cómo en el evento
que nos ocupa se asistió a una muestra de entrega y compromiso personal de cada
uno de los organizadores y participantes. Se disfrutó de un aura de belleza
plena y espontánea, que ennobleció el contenido y esfuerzo musical de los
músicos trujillanos, muy superior en lo artístico y humano a las pretensiones
perfeccionistas de modelos extranjeros capitalinos.
Hacer música en el Perú es un acto heroico
que merece el respeto y el emocionado y comprometido reconocimiento por parte
de todos nosotros. La presentación del RÉQUIEM de Mozart en Trujillo constituyó
un inolvidable acontecimiento. La versión se dio en un marco de gran calidad
musical y con espíritu peruano elevado, verdadero y muy auténtico.
[La Industria], Domingo 31 de 2006. Trujillo, La Libertad.
[La Industria], Domingo 31 de 2006. Trujillo, La Libertad.
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