¿Qué es el beso? –Pregunta
el mundo.
¿Qué es el beso? –Preguntan
todos; y yo respondo.
El beso para mí es como
unión de labios
que olvidando los agravios,
la maldad y la traición,
arrancan del corazón con
fuerza avasalladora todo el amor que atesora.
Y si el amor es ciego, deja
su marca de fuego en la mujer que se adora.
Besa el bueno, besa el malo;
besa el rico, besa el pobre,
besa el niño y hasta el viejo besa.
Y hay quien besa por sorpresa
para verter su veneno.
Besa de coraje lleno en la
cruz de su pasión;
y el malévolo compadrón que
vive entre celo y duda,
lo mismo que besó Judas
incubando una traición.
Besa la mujer perdida al
hombre que la ha salvado;
también besa el sentenciado
a cruz al perder la vida;
y si una dama al pasar un
mendigo arroja una moneda,
sin el beso no se queda la
moneda que arrojó.
Se da un beso a la bandera
que la patria simboliza,
y este beso sintetiza la más
ardiente quimera.
Yo juzgo al beso a mi
manera,
y que a ninguno mal le
cuadre que para mí, no hay un beso,
no hay un beso que más el
alma taladre ni que cause más ardor,
que el que se da con dolor,
al cadáver de una madre.
Anónimo.
Hay besos que pronuncian por
sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien esos besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que sólo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos… vibró un beso,
y qué viste después…? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Poema El Primer Beso de
Amado Nervo
Yo ya me despedía…. y
palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí… Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta
alegría.»
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