En la Cámara del Consejo Real, Broderick se
acerca Riot.
“Deja de asfixiarlo. No existe ninguna
evidencia”, dice Broderick.
Riot aparta sus manos del cuello de Columbio.
“En realidad, a nadie le interesa mi hijo.
Lleva desaparecido por varios días”, grita Riot.
Columbio tose y respira hondo.
“No sería capaz de hacer algo tan cruel”,
dice él.
“Entonces ¿dónde está mi hijo?’, pregunta
Riot.
Daugherty se acerca a Riot y dice que lo
acompañará a sus aposentos.
Daugherty y Riot salen de la habitación.
Broderick mira a Columbio.
“Mis más sinceras disculpas por el
comportamiento de mi hermano”, dice Broderick.
“Su Gracia, entiendo perfectamente y a la
vez comparto su preocupación”.
Columbio mira al Rey.
“Espero poder ayudar en este asunto”, añade
Columbio.
El Rey asiente. Broderick mira a los ojos de
Columbio.
“Si usted sospecha de alguien, por favor díganos
ahora”.
Columbio mira fijamente al Monseñor y asiente
con la cabeza. El Monseñor mira a
Columbio, sorprendido.
En la cocina, Alysse prepara una bandeja
para la Reina. Miccael se acerca y dice a Alysse que ha decidido marcharse del
Palacio. Alysse, sorprendida, dice a Miccael que al irse no solucionará ninguno
de sus problemas. Miccael dice que él no puede vivir en un lugar donde nadie le
cree. Alysse dice a Miccael que debe actuar como un hombre, en vez de
comportarse como un cobarde. Miccael pone atención a las palabras de Alysse.
En la Cámara del Consejo Real, Columbio dice
al Rey y a los demás que muchas personas desaparecen de Frezzia cada año, y él
cree que Roger, el viejo bufón, es una de esas víctimas. El Monseñor mira al
Duque preocupado. El Rey agacha la cabeza, y pregunta a Columbio si él cree que
todos estos atentados están conectados. Columbio dice que no conocerán la
respuesta, a menos que la escuchen por parte de las víctimas. El Rey agradece a
Columbio por sus opiniones y dice que se realizará una investigación. Brodedick
se acerca a Columbio y le agradece por venir al Palacio. Columbio asiente con
la cabeza.
En las recámaras de la Reina, Laura dice a
la Reina Beatriz que Riot se sintió muy alterado con la visita de Columbio y el
doctor le ha administrado sedantes. La Reina dice que espera que Columbio pueda
ayudar en la búsqueda de Sebastián. Laura asiente con la cabeza y dice a la
Reina que ella la considera una amiga. La Reina sonríe y dice a Laura que
siempre podrá contar con ella. Laura dice a la Reina que es necesario que sepa
que el Rey Aidan y Britta son amantes. La Reina, muy sorprendida, dice a Laura
que debe estar confundida. Laura niega con la cabeza y dice que ella los vio
besándose. La Reina mira pasmada a Laura.
En el patio inferior, Columbio se reúne con
Milun y los demás. Janice abraza a Columbio y le dice que le alegra se le haya
permitido visitar el Palacio. Columbio dice que a pesar que fue una breve
visita, le agradó ver al Rey. Flere dice a Columbio que la Reina deseaba verlo,
pero parece estar algo indispuesta de momento. Columbio asiente y dice a todos
que los verá más tarde. Columbio ingresa en un carruaje. Desde una de las
Torres, Broderick observa a Columbio partir.
En su habitación, Britta escribe una carta a
la Reina, fingiendo que proviene de Felipe. Britta la lee y dice que esta es la
excusa perfecta para causar el sufrimiento y la trágica muerte de la Reina. La
Reina Beatriz ingresa y observa a Britta falsificando la carta. Britta se queda
paralizada al ver a la Reina.
En los apartamentos del Monseñor, el Duque
dice al Monseñor que él cree que Columbio tuvo algo que ver con la huida de
Roger. El Monseñor dice que Columbio nunca llegó a conocer a Roger cuando
comenzó a trabajar en el Palacio. El Duque dice que no pueden arriesgar todo
ahora. El Monseñor dice que podrían utilizar la idea de Columbio y hacer que el
Rey Aidan desaparezca para siempre. El Duque sonríe y dice que todos culparían
a Columbio de eso.
Britta cubre la carta con un libro y dice a
la Reina que pensó que estaba ocupada con Columbio. La Reina toma de la mesa
una de las cartas de Felipe y dice a Britta que no puede creer que le haya
mentido todo este tiempo. Britta dice que Felipe le pidió que realizara algunas
correcciones, con el propósito que sus palabras suenen mejor. La Reina rompe la
carta y dice a Britta que está harta de escuchar semejantes mentiras. Britta se
levanta y dice a la Reina que ella no está mintiendo. La Reina mira a los ojos
de Britta y le pregunta si acaso va a negarle su encuentro con el Rey Aidan.
Britta sonríe y dice que Laura no está bien de la cabeza, después de lo que
sucedió con su hijo. La Reina sonríe y dice que ella quiere escuchar lo que
tiene que decir sobre sus encuentros con Papier y Miccael. Britta dice que todo
el mundo puede hacer falsas acusaciones. La Reina niega con la cabeza y dice a
Britta que tiene hasta mañana para abandonar el Palacio.
Britta mira fijamente a la Reina y le dice que
está cometiendo un error. La Reina baja la mirada y pide a Britta que respete
su decisión. Britta, furiosa, dice a la Reina que ella no merece ser expulsada
de la Corte después de haberla ayudado a que se reúna con su amante. La Reina
abofetea el rostro de Britta y le pregunta si se ha olvidado que ella es la
Reina. Britta mira a la Reina, llena de rabia, y le dice que el Rey no lo
permitirá ya que él ya sabe que ella tiene un amante. La Reina sonríe y dice a
Britta que la mascarada al fin ha terminado. La Reina voltea, y Britta, fuera
de control, la empuja. La Reina cae al piso y dice a Britta que será mejor para
ella si la deja irse. Britta toma una daga de su mesa y dice a la Reina que el
Rey merece una mujer de verdad. La Reina grita pidiendo ayuda.
En el pasillo principal, Alysse dice a Janice
que su rostro desbordaba felicidad con la visita de Columbio al Palacio. Janice
sonríe y dice que espera que algún día Columbio regrese de forma permanente.
Ambas escuchan los gritos de la Reina y corren hacia la habitación de Britta.
En la habitación de Britta, la Reina Beatriz
dice a Britta que todo el mundo le advirtió sobre ella, pero en lugar de eso,
ella decidió ser su amiga. Britta dice que ella sólo quería a alguien que
encubra sus mentiras. La Reina suplica a Britta dejarla ir. Britta dice que
esperaba este día con ansias, ya que tiene suficientes pruebas para destruirla.
Janice y Alysse ingresan. Ellas se sorprenden
bastante al encontrar a la Reina en el
piso, y Britta sosteniendo una daga. Alysse pide a Britta que no se atreva a
lastimar a la Reina. La Reina pide a Alysse y a Janice que tengan mucho cuidado
con Britta. Britta sonríe y dice a Alysse que como Dama de honor de la Reina,
no tiene ni la menor idea de lo que la Reina es capaz de hacer.
“Mátame en su lugar”, grita Alysse.
“A nadie le importaría la muerte de una
Bordana”.
“Déjala ir”, suplica Janice.
Britta mira a Janice
“Hasta que por fin la frígida abre la boca”.
“Todo es culpa mía. Yo fui quien contó todo
a la Reina”.
Britta sonríe.
“Tú también recibirás tu merecido, después
que la Reina sea eliminada”.
“Eso jamás lo permitiré”, dice Alysse con
determinación.
Alysse se acerca a Britta y Brita la ataca con
la daga. Alysse sostiene la mano de Britta.
“¡Date prisa! ¡Escapa con la Reina!”, grita
Alysse.
Alysse empuja a Britta a un lado. Britta toma
a Alysse por el cuello y la tira hacia atrás.
“Yo había planeado que te pudras en la
cárcel”.
“A los Bordanos no nos asusta la cárcel”.
Janice ayuda a la Reina a levantarse.
“Ven
conmigo”.
“No dejaré sola a Alysse”, dice la Reina.
Britta acerca la daga al rostro de Alysse,
pero Alysse aprieta la mano de Britta y la daga cae. Britta mira a Alysse,
asustada. Alysse golpea con su puño el rostro de Britta.
“Y esto es por tratar de seducir a Milun”.
Britta cae en el piso pronunciando un gemido
de dolor. Daugherty ingresa. Él lleva una espada en la mano.
“Será mejor que se rinda”, grita él.
La nariz de Britta sangra, pero su mirada
permanece imponente.
“Tuvo el atrevimiento de atacarme”, La Reina
llora. “Quería matarme”.
Alysse se acerca a la Reina
Dos guardias sostienen a Britta del brazo.
“Es necesario que hable con el Rey”, grita
Britta.
La Reina mira a Britta, preocupada.
En la Iglesia La Madre de Todos, Columbio
informa a Arturo que Riot cree que él tiene algo que ver con el secuestro.
Arturo dice que Riot está muy confundido y su primera reacción es culpar a todo
el mundo. Columbio dice que él cree que el Monseñor tuvo algo que ver en ello.
Arturo baja la mirada.
En el salón de los Nobles, el Rey Aidan
abraza a la Reina. La Reina llora y dice al Rey que Britta trató de matarla. El
Rey dice a la Reina que no permitirá que nadie le haga daño. El Duque mira al
Monseñor, sorprendido. Broderick dice al Rey que Britta ha solicitado hablar
con él. El Rey afirma con la cabeza.
Afuera del salón, Milun abraza a Alysse y le
dice que está muy orgulloso de ella. Janice llora y dice que fue horrible.
Flere abraza a Janice y le dice que él cree que Britta será enviada a prisión.
La Señorita Pía sacude la cabeza y dice que a ella nunca le gustó Britta.
Papier agacha la cabeza. Daugherty y dos guardias acompañan a Britta hacia el
salón. Britta observa a Alysse, a Milun, a Papier y a Janice y les dice que
todos ellos pagarán por todo lo que le han hecho.
Daugherty, los guardias y Britta ingresan al salón
de los Nobles. La Reina observa a Britta. El Duque dice al Rey Aidan que Britta
es también su prima, y merece ser tratada mejor. El Rey ordena a los guardias
que liberen los brazos de Britta. Britta se arrodilla delante del Rey y le dice
que la Reina le ha estado mintiendo todo este tiempo. El Rey mira fulminante a
Britta y le dice que sus acusaciones podrían causarle una permanencia eterna en
la prisión. Britta dice que él debe saber que la Reina ha tenido un amante en
el Palacio. La Reina Beatriz agacha la cabeza. El Rey mira a la Reina y le
pregunta si tiene algo qué decir. La Reina dice que Britta la ha estado
manipulando todo este tiempo con mentiras. Britta sonríe y pide a la Reina que confiese la verdad. La Reina
mira al Rey y le dice que Britta ha estado mintiendo a todos, y recientemente
mencionó a Laura que ella estaba teniendo un romance con él. El Rey mira a Britta,
lleno de asombro.
En la cocina, Sharize se acerca a Miccael y
le pregunta si es verdad que ha decidido marcharse del Palacio. Miccael baja la
mirada y dice que él cree que es lo mejor para todos. Sharize dice a Miccael
que ella cree que en verdad está arrepentido de sus actos, y ha decidido darle
otra oportunidad. Miccael, sorprendido, dice a Sharize que siempre la
respetará. Sharize dice que su padre, Daugherty, la convenció para que lo
perdone. Miccael de acerca a Sharize y se besan.
El Rey Aidan pregunta a Britta cómo se
atreve a mentir que son amantes. Britta dice al Rey que ya es tiempo de que la
Reina y todos sepan que realmente se gustan. El Rey mira a Britta con desprecio
y dice que ha perdido la razón. Guiness dice a Britta que contradecir al Rey es
un crimen severo. Britta dice al Rey que él se merece una mujer de verdad como
su reina, no una muchacha que sólo se dedica a las fiestas y a apostar. La
Reina agacha la cabeza. El Rey grita a Britta que no le permitirá que le falte
el respeto a la Reina. Britta dice que el Duque es testigo de la mala conducta
de la Reina. El Duque respira de golpe.
Britta dice al Duque que ya es tiempo de que
él confiese al Rey todo lo que sabe. El Duque mira al Monseñor, buscando su
aprobación, pero el Monseñor niega con la cabeza. Britta se acerca al Duque y
le pide que le diga la verdad. El Rey, mira al Duque, sorprendido.
El Duque está a punto de hablar, pero el
Monseñor toma la palabra y dice que no pueden continuar escuchando las
acusaciones absurdas de Britta. Britta llora y dice que está diciendo la
verdad. El Duque agacha la cabeza. Britta dice al Duque que es un cobarde. El
Monseñor dice que Britta debe ser expulsada del Palacio de inmediato. Daugherty
asiente y los guardias sostienen los brazos de Britta. Britta, desesperada,
dice que todos ellos son unos hipócritas. El Rey Aidan abraza a la Reina
Beatriz y le dice que la amenaza de Britta ha terminado.
Afuera del salón, Milun, Alysse, Flere,
Janice, Laura, la Señorita Pía, Papier, Pedro y Emilio observan a Daugherty y a
los guardias llevarse a Britta con ellos. Britta les grita que la Reina es
quien debe ser enviada a prisión. Emilio agacha la cabeza. Alysse dice a Milun
que Britta merece ser encerrada por todo lo que les hizo. Milun asiente.
Más tarde, en los apartamentos del Monseñor,
el Duque, furioso, dice al Monseñor que han perdido su oportunidad para
deshacerse de la Reina. El Monseñor sonríe y dice que la Reina no es el
enemigo. El Duque dice que para él todos ellos son enemigos. El Monseñor dice
que el Rey está enamorado de la Reina, y la perdonaría de alguna manera, y por
el otro lado, el Rey nunca lo perdonaría a él por haber acusado a la Reina. El
Duque dice que no le importa lo que el Rey piensa de él. El Monseñor dice que
es importante que la Corte Real esté de acuerdo en que él es la mejor opción
para gobernar Frezzia una vez que el Rey haya desaparecido. El Duque mira al
Monseñor, conteniendo su rabia.
En uno de los pasillos, Broderick se acerca
a la Señorita Pía y le dice que él no puede permitir que algo así vuelva a
suceder en el Palacio. La Señorita Pía asiente con la cabeza y dice a Broderick
que está de acuerdo con él. Broderick dice a la Señorita Pía que necesita estar
informado de todo lo que sucede en el Palacio. La Señorita Pía mira a
Broderick, asegurándole su compromiso.
En las recámaras de la Reina, la Reina Beatriz agradece a Alysse y a Janice por salvarle
la vida.
“Janice y yo estamos aquí para protegerla “,
dice Alysse en tono claro y confidente.
“Durante todo este tiempo, he estado ciega
de su traición”, observa la Reina.
“Se la llevarán pronto de aquí”, dice
Janice.
“Todo fue mi culpa por no escuchar vuestro
consejo”.
Alysse sonríe.
“Debe descansar algo, Su Alteza”, dice
Alysse.
“Antes de eso, tengo algo muy importante que
hacer”, dice la Reina.
Alysse asiente.
En el patio inferior, Daugherty permanece
frente a un carruaje, esperando por Britta. Seis soldados traen a Britta con
ellos y se detienen al frente de Daugherty. Daugherty dice a Britta que el Rey
Aidan ha tenido mucha compasión con ella para haberla enviado al Monasterio de
las Hermanas de la Soledad. Britta llora y dice que necesita ver a su marido.
Daugherty dice a Britta que no existe otra opción. Los soldados ingresan a
Britta dentro del carruaje. Milun se acerca y dice a Daugherty que necesita
hablar con Britta antes de que se marche. Daugherty asiente.
Milun se acerca al carruaje y Britta observa a
Milun desde la ventana. Britta pregunta a Milun si ha venido a burlarse de
ella. Milun dice que él no disfruta viendo a los demás sufrir. Britta dice a
Milun que es un mentiroso, como todos los del Palacio. Milun dice a Britta que
todo el mundo tiene la oportunidad de cambiar, y él cree que esta podría ser su
última oportunidad. Britta dice que vivir en un lugar lleno de monjas cantando
es peor que un calabozo. Milun dice que ha conocido a muchas personas que
pasaron muchos años en prisión, y ellos estarían muy felices de ser enviados a
un monasterio. Britta pide a Milun que la deje en paz. Milun dice que necesita
saber qué hizo con los pendientes de la Reina. Britta dice a Milun que si le
interesan los pendientes, debe preguntarle a la Reina Beatriz. Milun mira a Britta,
sorprendido. Britta sonríe y dice a Milun que lamenta decepcionarlo. Milun
promete a Britta que encontrará esos pendientes. El carruaje parte.
La Reina Beatriz ingresa en los apartamentos
del Monsenñor.
“Me sorprendió oírlo hablar bien de mí”,
dice ella.
“Te has portado de maravilla conmigo”. El
Monseñor sonríe. “Pensé que era necesario brindarte mi ayuda”.
La Reina mira fijamente al Monseñor y le dice
que lo conoce muy bien, y sabe que tarde o temprano le pedirá algo a cambio. El
Monseñor dice a la Reina que esta vez puede considerar lo que hizo como un
regalo de un viejo amigo. La Reina mira al Monseñor con disgusto.
De noche, en el patio inferior, Milun,
Papier, Flere y Pedro ingresan en un carruaje. La Señorita Pía los observa
desde una de las Torres y dice a sí misma que ha llegado el momento de informar
a Broderick.
En uno de los salones, Broderick contempla
el fuego en una chimenea. La Señorita
Pía ingresa y dice a Broderick que Papier y los otros están a punto de salir
del Palacio. Broderick sonríe y agradece a la Señorita Pía. La Señorita Pía
baja la mirada.
En la Iglesia La Madre de Todos, Milun
ingresa en la habitación y encuentra a Roger meciéndose en una silla. Roger lo
observa.
“Lo siento. No era mi intención asustarte”.
Roger asiente con la cabeza.
‘Me alegra verte de esta manera”.
Milun camina por la habitación.
“Estoy seguro que todos ya han compartido
algo de sus vidas contigo. Yo, sin embargo, nada tengo que contar”.
Milun observa un rosario colgado en la pared.
“Durante mucho tiempo, sólo ha existido un
vacío en mí”.
Milun agacha la cabeza.
“Y no me quedó más que seguir adelante”.
Roger permanece en silencio.
“Jamás lo hubiese logrado sin Arturo y los
otros”.
Milun se acerca Roger.
“Ahora eres parte de nuestra familia…”, dice
Milun con determinación.
Roger agacha la cabeza. Una lágrima corre por
debajo de su máscara.
En la nave, Arturo y Columbio se quedan
sorprendidos después de escuchar lo que Britta hizo a la Reina Beatriz.
Columbio dice que le alegra que jamás volverán a ver a Britta. Arturo dice que
todo este tiempo sólo estaban preocupados por el Monseñor y el Duque, pero esto
demuestra una vez más, que sólo juntos pueden superar cualquier cosa. Papier
dice que es muy importante mantenerse alerta y seguir luchando por su causa.
Milun se acerca.
“Y al Rey le encantará la sorpresa que
tenemos para él”. Sonríe Milun.
Flere asiente.
Escondiéndose detrás de una columna, Broderick
los observa. Él se encuentra cubierto por una manta y con la cabeza baja.
“Arturo… ¿Por qué?” Broderick niega con la
cabeza. “El Duque tenía razón. Columbio y los otros son unos traidores”.
Al día siguiente, en el comedor, la Reina
Beatriz mira el asiento vacío de Britta. El Rey Aidan toma la mano de la Reina.
“Tus ojos… al parecer no has descansado lo
suficiente”, observa el Rey.
“Sólo necesito un par de días”.
Haré los
arreglos necesarios para que te hospedes en mis recámaras”.
La Reina asiente.
“¡Qué hermoso sol hace hoy!”, dice Janice.
“Un paseo por el lago sería divertido”, dice
Papier.
“Gracias por sus intenciones, pero estoy un
poco cansada”, responde la Reina.
El Rey sonríe.
“Creo que tal vez sea una buena idea si
planeamos un viaje al campo”, dice el Rey.
Broderick observa a Papier con desconfianza.
En uno de los pasillos, Pedro dice a Milun
que si Roger regresa al Palacio, ya no podrá continuar trabajando como bufón.
Milun sonríe y dice a Pedro que tomará años para que Roger se recupere. La
Señorita Pía se acerca y Milun le pregunta si está teniendo un buen día. La
Señorita Pía baja la mirada y sigue caminando. Milun niega con la cabeza y dice
que nunca entenderá a la Señorita Pía. Pedro sonríe y pregunta a Milun si ya le
ha pedido disculpas por besarla la otra noche. Milun mira a Pedro, sorprendido.
Broderick ingresa al Despacho del Duque y
dice al Duque que necesita saber que él ha descubierto que Columbio, Papier y
Milun son traidores. El Duque, sorprendido, lo mira con atención. Broderick
baja la mirada y dice que su hermano, Arturo, también está involucrado con
ellos. El Duque se frota las manos y dice a Broderick que necesita más
detalles. Broderick dice que ha seguido a Papier y a los otros hasta una
iglesia en la aldea de Chandler, donde se reúnen en secreto. El Duque asiente y
dice a Broderick que está haciendo lo correcto al informarle de todo esto.
Broderick dice que será necesario poner a Riot al tanto. El Duque dice a
Broderick que él se hará cargo de todo. Broderick pregunta al Duque qué
sucederá con Arturo y los demás. El Duque dice que deberán ser detenidos y
luego llevados a juicio. Broderick asiente y agacha la cabeza. El Duque sonríe
y promete a Broderick que nadie saldrá lastimado.
En la cocina, Milun se acerca a la Señorita
Pía y se disculpa con ella por besarla la otra noche. La Señorita Pía dice a
Milun que estaba muy decepcionada de él, pero ahora ya lo ha olvidado. Milun
dice a la Señorita Pía que estaba muy ebrio y no sabía lo que hacía. La
Señorita Pía mira a Milun a los ojos y le dice que se supone que él vino al
Palacio a trabajar, pero al parecer prefiere estar fuera toda la noche. Milun
dice que está ayudando a Papier. La Señorita Pía sonríe y dice que nadie cree
eso, y en verdad le alegra que Broderick ya esté enterado. Milun, sorprendido,
dice a la Señorita Pía que no entiende a lo que se refiere. La Señorita Pía
dice que ayer, Broderick los siguió. Milun mira a la Señorita Pía, asustado. La
Señorita Pía pregunta a Milun si ocurre algo que ella debería saber. Milun dice
a la Señorita Pía que debe marcharse, y le pide que proteja al Rey y a la Reina
a toda costa. La Señorita Pía mira a Milun, sorprendida. Milun dice a la Señorita
Pía que debe confiar en él. Milun se acerca a la Señorita Pía y la besa en la
frente. Milun se marcha y la Señorita Pía sonríe.
En los apartamentos del Monseñor, el
Monseñor dice al Duque que nunca pensó que el Padre Arturo se iba a burlar de
esa manera. El Duque dice que él siempre le advirtió que Columbio y Milun
estaban conspirando en contra de ellos. El Monseñor dice que ahora, él cree que
en realidad fueron ellos los que rescataron a Roger del Monasterio. El Duque
dice que esta es su oportunidad de
aniquilarlos. El Monseñor dice que primero, necesitan averiguar si Arturo
oculta a Roger en la iglesia. El Duque dice al Monseñor que no tienen tiempo
para eso, y sugiere que es mejor ordenar a los soldados que acaben con todos
ellos. El Monseñor dice que irá al Monasterio a informar a Donés. El Duque mira
al Monseñor y pregunta que se supone qué debe hacer él mientras tanto. El
Monseñor dice que debe esperar hasta que él regrese del Monasterio. El Duque
mira enfadado al Monseñor.
En uno de los salones, Milun se acerca a
Papier, Flere y Pedro y les dice que Arturo y Columbio pueden estar en peligro.
Papier, sorprendido, pregunta a Milun qué ha sucedido. Milun dice que Broderick
los ha estado siguiendo a la Iglesia. Flere dice que Janice y Alysse están a
punto de ir a la Iglesia para visitar a Roger. Milun dice que deben ir con
ellas.
En uno de los salones, el Duque se reúne con
el Capitán Vitelli. El Capitán Vitelli dice al Duque que no le será posible
arrestar a Columbio hasta que el General Riot lo autorice. El Duque dice que
Riot le ha dado la autoridad necesaria para arrestar a los traidores, y él cree
que Columbio es responsable del secuestro de su hijo. El Capitán Vitelli
asiente y dice a uno de sus soldados que prepare las tropas para una visita a
la aldea. El Duque sonríe.
En la Iglesia La Madre de Todos, Columbio y
Roger escuchan el fuerte sonido de un trueno y de viento huracanado. Columbio
dice a Roger que no debe asustarse. Roger alcanza a Columbio una estatuilla de
arcilla. Columbio la observa.
“Se parece… a mí”, dice él.
Roger asiente
y muestra a Columbio todas las estatuillas que confeccionó, sobre un escritorio
de persiana.
“Déjame adivinar. El que tiene sombrero
puntiagudo es ... Arturo.
También veo a Milun…, Flere…, Pedro…, Papier…,
¡eh! Hasta lleva en su mano una copa”.
Columbio se ríe.
“Y las que llevan vestido son Alysse, y mi
querida, Janice”, añade Columbio.
Arturo se acerca.
“Roger es extremadamente talentoso”, dice
Arturo.
“Pero te falta uno, el Rey Aidan”, observa
Columbio.
Roger agacha la cabeza.
“Puedes hacer uno después que lo veas”,
añade Columbio.
En el patio inferior, bajo la lluvia, el
Capitán Vitelli y sus soldados ingresan en los carruajes. Broderick los
observa, sorprendido, y se acerca al Duque. Broderick dice al Duque que no
necesita todo el regimiento para arrestar a Columbio y a los demás. El Duque
dice que Columbio y los demás son peligrosos y es mejor estar preparados.
Broderick se queda mirando al Duque y le
dice que él prometió que nadie saldrá lastimado. El Duque dice que Riot es más
severo que él. Broderick dice al Duque que debe detenerse. El Duque empuja a
Broderick y le pide que se mantenga alejado. El Capitán Jasper se acerca y el
Duque le pide que mantenga a Broderick vigilado en caso de que intente cometer
una tontería. El Capitán Jasper asiente.
Milun y los demás llegan a la Iglesia La
Madre de Todos. Arturo los saluda y dice que está muy sorprendido de verlos a
todos juntos en la Iglesia. Janice abraza a Columbio y le dice que deberán
marcharse de la Iglesia. Columbio mira a Janice, sorprendido. Milun sacude el
agua de su sombrero y dice que Broderick los ha estado siguiendo, y será mejor
para ellos acudir a un lugar más seguro. Roger mira a Milun. Alysse se acerca a
Roger y le dice que nada malo le ocurrirá. Pedro dice que tienen algunos amigos
en la aldea, donde podrán alojarse, de manera temporal. Arturo dice que no
puede irse de la Iglesia así de fácil. Papier dice que ellos no saben lo que
Broderick conoce acerca de ellos, o si ha revelado el paradero de ellos al
Duque o al Monseñor. Arturo dice que los feligreses se sentirán decepcionados.
Flere dice que Elisa puede hacerse cargo de la Iglesia hasta que él vuelva.
Arturo agacha la cabeza.
En el Palacio, Daugherty se acerca a la Señorita Pía y le pregunta si ha visto a
Milun o a los otros. La Señorita Pía dice que Milun ha salido del Palacio con Papier. Daugherty dice que el
Capitán Vitelli y sus tropas salieron a detener a un grupo de traidores, y él espera que esto
no tenga nada que ver con Milun. La Señorita Pía mira a Daugherty, sorprendida.
En la Iglesia la Madre de Todos, Arturo dice
a Milun y a los otros que Broderick nunca haría algo así. De repente, oyen
pasos fuertes provenientes de la entrada. El Duque, con una pequeña sonrisa
dibujada en su rostro, y un gran número de soldados armados ingresan en la
nave.
“Vaya, vaya”, dice el Duque.
Milun, Alysse, Columbio, Arturo, Roger y los
otros miran al Duque, asustados. El Duque observa que Roger está con ellos.
“Y mira a quién tenemos aquí”, añade el
Duque.
Roger extiende sus brazos hacia el Duque.
Milun desenvaina su espada.
“¡Ni te atrevas!”. Milun grita al Duque.
Arturo se coloca delante de Milun.
“Esta es la casa de Dios”.
El Duque sonríe.
“Un lugar sagrado para conspirar contra la
vida de Su Majestad” .
“Vuestras acusaciones son completamente
falsas”, dice Columbio.
“Como representante del Rey tengo los medios
para obstaculizar sus planes y tomar las medidas correspondientes”
“No puedo creer que el Rey dé credibilidad a
vuestros rumores”, añade Columbio.
“Entreguen sus espadas. Se les acusa de
traición”, grita el Duque.
El Duque mueve su mano y el Capitán Vitelli y
los soldados apuntan sus rifles hacia Milun y los demás. Janice, asustada,
abraza a Columbio. Flere se coloca delante de Roger. Alysse mira al Capitán
Vitelli.
“El Duque es el único traidor”, dice ella.
El Duque la mira lleno de rabia.
“Todos ustedes son culpables de alta
traición, cuya pena es la muerte”.
Milun mira al Duque, dispuesto a todo.
DE MI ÁLBUM
No hay comentarios:
Publicar un comentario