lunes, 20 de marzo de 2017

"EL REINO AHORA": Cap. 32 LA MASCARADA SE HA TERMINADO / Tony PEREDA



   En la Cámara del Consejo Real, Broderick se acerca Riot.
   “Deja de asfixiarlo. No existe ninguna evidencia”, dice Broderick.
 Riot aparta sus manos del cuello de Columbio.
   “En realidad, a nadie le interesa mi hijo. Lleva desaparecido por varios días”, grita Riot.
 Columbio tose y respira hondo.
   “No sería capaz de hacer algo tan cruel”, dice él.
   “Entonces ¿dónde está mi hijo?’, pregunta Riot.
 Daugherty se acerca a Riot y dice que lo acompañará a sus aposentos.
 Daugherty y Riot salen de la habitación. Broderick mira a Columbio.
   “Mis más sinceras disculpas por el comportamiento de mi hermano”, dice Broderick.
   “Su Gracia, entiendo perfectamente y a la vez comparto su preocupación”.
 Columbio mira al Rey.
   “Espero poder ayudar en este asunto”, añade Columbio.
 El Rey asiente. Broderick mira a los ojos de Columbio.
   “Si usted sospecha de alguien, por favor díganos ahora”.
 Columbio mira fijamente al Monseñor y asiente con la cabeza. El Monseñor  mira a Columbio, sorprendido.

   En la cocina, Alysse prepara una bandeja para la Reina. Miccael se acerca y dice a Alysse que ha decidido marcharse del Palacio. Alysse, sorprendida, dice a Miccael que al irse no solucionará ninguno de sus problemas. Miccael dice que él no puede vivir en un lugar donde nadie le cree. Alysse dice a Miccael que debe actuar como un hombre, en vez de comportarse como un cobarde. Miccael pone atención a las palabras de Alysse.

   En la Cámara del Consejo Real, Columbio dice al Rey y a los demás que muchas personas desaparecen de Frezzia cada año, y él cree que Roger, el viejo bufón, es una de esas víctimas. El Monseñor mira al Duque preocupado. El Rey agacha la cabeza, y pregunta a Columbio si él cree que todos estos atentados están conectados. Columbio dice que no conocerán la respuesta, a menos que la escuchen por parte de las víctimas. El Rey agradece a Columbio por sus opiniones y dice que se realizará una investigación. Brodedick se acerca a Columbio y le agradece por venir al Palacio. Columbio asiente con la cabeza.

   En las recámaras de la Reina, Laura dice a la Reina Beatriz que Riot se sintió muy alterado con la visita de Columbio y el doctor le ha administrado sedantes. La Reina dice que espera que Columbio pueda ayudar en la búsqueda de Sebastián. Laura asiente con la cabeza y dice a la Reina que ella la considera una amiga. La Reina sonríe y dice a Laura que siempre podrá contar con ella. Laura dice a la Reina que es necesario que sepa que el Rey Aidan y Britta son amantes. La Reina, muy sorprendida, dice a Laura que debe estar confundida. Laura niega con la cabeza y dice que ella los vio besándose. La Reina mira pasmada a Laura.

   En el patio inferior, Columbio se reúne con Milun y los demás. Janice abraza a Columbio y le dice que le alegra se le haya permitido visitar el Palacio. Columbio dice que a pesar que fue una breve visita, le agradó ver al Rey. Flere dice a Columbio que la Reina deseaba verlo, pero parece estar algo indispuesta de momento. Columbio asiente y dice a todos que los verá más tarde. Columbio ingresa en un carruaje. Desde una de las Torres, Broderick observa a Columbio partir.

   En su habitación, Britta escribe una carta a la Reina, fingiendo que proviene de Felipe. Britta la lee y dice que esta es la excusa perfecta para causar el sufrimiento y la trágica muerte de la Reina. La Reina Beatriz ingresa y observa a Britta falsificando la carta. Britta se queda paralizada al ver a la Reina.

   En los apartamentos del Monseñor, el Duque dice al Monseñor que él cree que Columbio tuvo algo que ver con la huida de Roger. El Monseñor dice que Columbio nunca llegó a conocer a Roger cuando comenzó a trabajar en el Palacio. El Duque dice que no pueden arriesgar todo ahora. El Monseñor dice que podrían utilizar la idea de Columbio y hacer que el Rey Aidan desaparezca para siempre. El Duque sonríe y dice que todos culparían a Columbio de eso.

   Britta cubre la carta con un libro y dice a la Reina que pensó que estaba ocupada con Columbio. La Reina toma de la mesa una de las cartas de Felipe y dice a Britta que no puede creer que le haya mentido todo este tiempo. Britta dice que Felipe le pidió que realizara algunas correcciones, con el propósito que sus palabras suenen mejor. La Reina rompe la carta y dice a Britta que está harta de escuchar semejantes mentiras. Britta se levanta y dice a la Reina que ella no está mintiendo. La Reina mira a los ojos de Britta y le pregunta si acaso va a negarle su encuentro con el Rey Aidan. Britta sonríe y dice que Laura no está bien de la cabeza, después de lo que sucedió con su hijo. La Reina sonríe y dice que ella quiere escuchar lo que tiene que decir sobre sus encuentros con Papier y Miccael. Britta dice que todo el mundo puede hacer falsas acusaciones. La Reina niega con la cabeza y dice a Britta que tiene hasta mañana para abandonar el Palacio.
 Britta mira fijamente a la Reina y le dice que está cometiendo un error. La Reina baja la mirada y pide a Britta que respete su decisión. Britta, furiosa, dice a la Reina que ella no merece ser expulsada de la Corte después de haberla ayudado a que se reúna con su amante. La Reina abofetea el rostro de Britta y le pregunta si se ha olvidado que ella es la Reina. Britta mira a la Reina, llena de rabia, y le dice que el Rey no lo permitirá ya que él ya sabe que ella tiene un amante. La Reina sonríe y dice a Britta que la mascarada al fin ha terminado. La Reina voltea, y Britta, fuera de control, la empuja. La Reina cae al piso y dice a Britta que será mejor para ella si la deja irse. Britta toma una daga de su mesa y dice a la Reina que el Rey merece una mujer de verdad. La Reina grita pidiendo ayuda.
 En el pasillo principal, Alysse dice a Janice que su rostro desbordaba felicidad con la visita de Columbio al Palacio. Janice sonríe y dice que espera que algún día Columbio regrese de forma permanente. Ambas escuchan los gritos de la Reina y corren hacia la habitación de Britta.

   En la habitación de Britta, la Reina Beatriz dice a Britta que todo el mundo le advirtió sobre ella, pero en lugar de eso, ella decidió ser su amiga. Britta dice que ella sólo quería a alguien que encubra sus mentiras. La Reina suplica a Britta dejarla ir. Britta dice que esperaba este día con ansias, ya que tiene suficientes pruebas para destruirla.
 Janice y Alysse ingresan. Ellas se sorprenden bastante al encontrar  a la Reina en el piso, y Britta sosteniendo una daga. Alysse pide a Britta que no se atreva a lastimar a la Reina. La Reina pide a Alysse y a Janice que tengan mucho cuidado con Britta. Britta sonríe y dice a Alysse que como Dama de honor de la Reina, no tiene ni la menor idea de lo que la Reina es capaz de hacer.
   “Mátame en su lugar”, grita Alysse.
   “A nadie le importaría la muerte de una Bordana”.
   “Déjala ir”, suplica Janice.
 Britta mira a Janice
   “Hasta que por fin la frígida abre la boca”.
   “Todo es culpa mía. Yo fui quien contó todo a la Reina”.
 Britta sonríe.
   “Tú también recibirás tu merecido, después que la Reina sea eliminada”.
   “Eso jamás lo permitiré”, dice Alysse con determinación.
 Alysse se acerca a Britta y Brita la ataca con la daga. Alysse sostiene la mano de Britta.
   “¡Date prisa! ¡Escapa con la Reina!”, grita Alysse.
 Alysse empuja a Britta a un lado. Britta toma a Alysse por el cuello y la tira hacia atrás.
   “Yo había planeado que te pudras en la cárcel”.
   “A los Bordanos no nos asusta la cárcel”.
 Janice ayuda a la Reina a levantarse.
   “Ven conmigo”.
   “No dejaré sola a Alysse”, dice la Reina.
 Britta acerca la daga al rostro de Alysse, pero Alysse aprieta la mano de Britta y la daga cae. Britta mira a Alysse, asustada. Alysse golpea con su puño el rostro de Britta.
   “Y esto es por tratar de seducir a Milun”.
 Britta cae en el piso pronunciando un gemido de dolor. Daugherty ingresa. Él lleva una espada en la mano.
   “Será mejor que se rinda”, grita él.
 La nariz de Britta sangra, pero su mirada permanece imponente.
   “Tuvo el atrevimiento de atacarme”, La Reina llora. “Quería matarme”.
 Alysse se acerca a la Reina
 Dos guardias sostienen a Britta del brazo.
   “Es necesario que hable con el Rey”, grita Britta.
 La Reina mira a Britta, preocupada.

   En la Iglesia La Madre de Todos, Columbio informa a Arturo que Riot cree que él tiene algo que ver con el secuestro. Arturo dice que Riot está muy confundido y su primera reacción es culpar a todo el mundo. Columbio dice que él cree que el Monseñor tuvo algo que ver en ello. Arturo baja la mirada.

   En el salón de los Nobles, el Rey Aidan abraza a la Reina. La Reina llora y dice al Rey que Britta trató de matarla. El Rey dice a la Reina que no permitirá que nadie le haga daño. El Duque mira al Monseñor, sorprendido. Broderick dice al Rey que Britta ha solicitado hablar con él. El Rey afirma con la cabeza.
 Afuera del salón, Milun abraza a Alysse y le dice que está muy orgulloso de ella. Janice llora y dice que fue horrible. Flere abraza a Janice y le dice que él cree que Britta será enviada a prisión. La Señorita Pía sacude la cabeza y dice que a ella nunca le gustó Britta. Papier agacha la cabeza. Daugherty y dos guardias acompañan a Britta hacia el salón. Britta observa a Alysse, a Milun, a Papier y a Janice y les dice que todos ellos pagarán por todo lo que le han hecho.
 Daugherty, los guardias y Britta ingresan al salón de los Nobles. La Reina observa a Britta. El Duque dice al Rey Aidan que Britta es también su prima, y merece ser tratada mejor. El Rey ordena a los guardias que liberen los brazos de Britta. Britta se arrodilla delante del Rey y le dice que la Reina le ha estado mintiendo todo este tiempo. El Rey mira fulminante a Britta y le dice que sus acusaciones podrían causarle una permanencia eterna en la prisión. Britta dice que él debe saber que la Reina ha tenido un amante en el Palacio. La Reina Beatriz agacha la cabeza. El Rey mira a la Reina y le pregunta si tiene algo qué decir. La Reina dice que Britta la ha estado manipulando todo este tiempo con mentiras. Britta sonríe y pide  a la Reina que confiese la verdad. La Reina mira al Rey y le dice que Britta ha estado mintiendo a todos, y recientemente mencionó a Laura que ella estaba teniendo un romance con él. El Rey mira a Britta, lleno de asombro.

   En la cocina, Sharize se acerca a Miccael y le pregunta si es verdad que ha decidido marcharse del Palacio. Miccael baja la mirada y dice que él cree que es lo mejor para todos. Sharize dice a Miccael que ella cree que en verdad está arrepentido de sus actos, y ha decidido darle otra oportunidad. Miccael, sorprendido, dice a Sharize que siempre la respetará. Sharize dice que su padre, Daugherty, la convenció para que lo perdone. Miccael de acerca a Sharize y se besan.

   El Rey Aidan pregunta a Britta cómo se atreve a mentir que son amantes. Britta dice al Rey que ya es tiempo de que la Reina y todos sepan que realmente se gustan. El Rey mira a Britta con desprecio y dice que ha perdido la razón. Guiness dice a Britta que contradecir al Rey es un crimen severo. Britta dice al Rey que él se merece una mujer de verdad como su reina, no una muchacha que sólo se dedica a las fiestas y a apostar. La Reina agacha la cabeza. El Rey grita a Britta que no le permitirá que le falte el respeto a la Reina. Britta dice que el Duque es testigo de la mala conducta de la Reina. El Duque respira de golpe.
 Britta dice al Duque que ya es tiempo de que él confiese al Rey todo lo que sabe. El Duque mira al Monseñor, buscando su aprobación, pero el Monseñor niega con la cabeza. Britta se acerca al Duque y le pide que le diga la verdad. El Rey, mira al Duque, sorprendido.
 El Duque está a punto de hablar, pero el Monseñor toma la palabra y dice que no pueden continuar escuchando las acusaciones absurdas de Britta. Britta llora y dice que está diciendo la verdad. El Duque agacha la cabeza. Britta dice al Duque que es un cobarde. El Monseñor dice que Britta debe ser expulsada del Palacio de inmediato. Daugherty asiente y los guardias sostienen los brazos de Britta. Britta, desesperada, dice que todos ellos son unos hipócritas. El Rey Aidan abraza a la Reina Beatriz y le dice que la amenaza de Britta ha terminado.

   Afuera del salón, Milun, Alysse, Flere, Janice, Laura, la Señorita Pía, Papier, Pedro y Emilio observan a Daugherty y a los guardias llevarse a Britta con ellos. Britta les grita que la Reina es quien debe ser enviada a prisión. Emilio agacha la cabeza. Alysse dice a Milun que Britta merece ser encerrada por todo lo que les hizo. Milun asiente.

   Más tarde, en los apartamentos del Monseñor, el Duque, furioso, dice al Monseñor que han perdido su oportunidad para deshacerse de la Reina. El Monseñor sonríe y dice que la Reina no es el enemigo. El Duque dice que para él todos ellos son enemigos. El Monseñor dice que el Rey está enamorado de la Reina, y la perdonaría de alguna manera, y por el otro lado, el Rey nunca lo perdonaría a él por haber acusado a la Reina. El Duque dice que no le importa lo que el Rey piensa de él. El Monseñor dice que es importante que la Corte Real esté de acuerdo en que él es la mejor opción para gobernar Frezzia una vez que el Rey haya desaparecido. El Duque mira al Monseñor, conteniendo su rabia.

   En uno de los pasillos, Broderick se acerca a la Señorita Pía y le dice que él no puede permitir que algo así vuelva a suceder en el Palacio. La Señorita Pía asiente con la cabeza y dice a Broderick que está de acuerdo con él. Broderick dice a la Señorita Pía que necesita estar informado de todo lo que sucede en el Palacio. La Señorita Pía mira a Broderick, asegurándole su compromiso.

   En las recámaras de la Reina, la Reina  Beatriz agradece a Alysse y a Janice por salvarle la vida.
   “Janice y yo estamos aquí para protegerla “, dice Alysse en tono claro y confidente.
   “Durante todo este tiempo, he estado ciega de su traición”, observa la Reina.
   “Se la llevarán pronto de aquí”, dice Janice.
   “Todo fue mi culpa por no escuchar vuestro consejo”.
 Alysse sonríe.
   “Debe descansar algo, Su Alteza”, dice Alysse.
   “Antes de eso, tengo algo muy importante que hacer”, dice la Reina.
 Alysse asiente.

   En el patio inferior, Daugherty permanece frente a un carruaje, esperando por Britta. Seis soldados traen a Britta con ellos y se detienen al frente de Daugherty. Daugherty dice a Britta que el Rey Aidan ha tenido mucha compasión con ella para haberla enviado al Monasterio de las Hermanas de la Soledad. Britta llora y dice que necesita ver a su marido. Daugherty dice a Britta que no existe otra opción. Los soldados ingresan a Britta dentro del carruaje. Milun se acerca y dice a Daugherty que necesita hablar con Britta antes de que se marche. Daugherty asiente.
 Milun se acerca al carruaje y Britta observa a Milun desde la ventana. Britta pregunta a Milun si ha venido a burlarse de ella. Milun dice que él no disfruta viendo a los demás sufrir. Britta dice a Milun que es un mentiroso, como todos los del Palacio. Milun dice a Britta que todo el mundo tiene la oportunidad de cambiar, y él cree que esta podría ser su última oportunidad. Britta dice que vivir en un lugar lleno de monjas cantando es peor que un calabozo. Milun dice que ha conocido a muchas personas que pasaron muchos años en prisión, y ellos estarían muy felices de ser enviados a un monasterio. Britta pide a Milun que la deje en paz. Milun dice que necesita saber qué hizo con los pendientes de la Reina. Britta dice a Milun que si le interesan los pendientes, debe preguntarle a la Reina Beatriz. Milun mira a Britta, sorprendido. Britta sonríe y dice a Milun que lamenta decepcionarlo. Milun promete a Britta que encontrará esos pendientes. El carruaje parte.

   La Reina Beatriz ingresa en los apartamentos del Monsenñor.
   “Me sorprendió oírlo hablar bien de mí”, dice ella.
   “Te has portado de maravilla conmigo”. El Monseñor sonríe. “Pensé que era necesario brindarte mi ayuda”.
 La Reina mira fijamente al Monseñor y le dice que lo conoce muy bien, y sabe que tarde o temprano le pedirá algo a cambio. El Monseñor dice a la Reina que esta vez puede considerar lo que hizo como un regalo de un viejo amigo. La Reina mira al Monseñor con disgusto.

   De noche, en el patio inferior, Milun, Papier, Flere y Pedro ingresan en un carruaje. La Señorita Pía los observa desde una de las Torres y dice a sí misma que ha llegado el momento de informar a Broderick.

   En uno de los salones, Broderick contempla el fuego en una  chimenea. La Señorita Pía ingresa y dice a Broderick que Papier y los otros están a punto de salir del Palacio. Broderick sonríe y agradece a la Señorita Pía. La Señorita Pía baja la mirada.

   En la Iglesia La Madre de Todos, Milun ingresa en la habitación y encuentra a Roger meciéndose en una silla. Roger lo observa.
   “Lo siento. No era mi intención asustarte”.
 Roger asiente con la cabeza.
   ‘Me alegra verte de esta manera”.
 Milun camina por la habitación.
   “Estoy seguro que todos ya han compartido algo de sus vidas contigo. Yo, sin embargo, nada tengo que contar”.
 Milun observa un rosario colgado en la pared.
   “Durante mucho tiempo, sólo ha existido un vacío en mí”.
 Milun agacha la cabeza.
   “Y no me quedó más que seguir adelante”.
 Roger permanece en silencio.
   “Jamás lo hubiese logrado sin Arturo y los otros”.
 Milun se acerca Roger.
   “Ahora eres parte de nuestra familia…”, dice Milun con determinación.
 Roger agacha la cabeza. Una lágrima corre por debajo de su máscara.
 En la nave, Arturo y Columbio se quedan sorprendidos después de escuchar lo que Britta hizo a la Reina Beatriz. Columbio dice que le alegra que jamás volverán a ver a Britta. Arturo dice que todo este tiempo sólo estaban preocupados por el Monseñor y el Duque, pero esto demuestra una vez más, que sólo juntos pueden superar cualquier cosa. Papier dice que es muy importante mantenerse alerta y seguir luchando por su causa. Milun se acerca.
   “Y al Rey le encantará la sorpresa que tenemos para él”. Sonríe Milun.
 Flere asiente.
 Escondiéndose detrás de una columna, Broderick los observa. Él se encuentra cubierto por una manta y con la cabeza baja.
   “Arturo… ¿Por qué?” Broderick niega con la cabeza. “El Duque tenía razón. Columbio y los otros son unos traidores”.

   Al día siguiente, en el comedor, la Reina Beatriz mira el asiento vacío de Britta. El Rey Aidan toma la mano de la Reina.
   “Tus ojos… al parecer no has descansado lo suficiente”, observa el Rey.
   “Sólo necesito un par de días”.
Haré los arreglos necesarios para que te hospedes en mis recámaras”.
 La Reina asiente.
   “¡Qué hermoso sol hace hoy!”, dice Janice.
   “Un paseo por el lago sería divertido”, dice Papier.
   “Gracias por sus intenciones, pero estoy un poco cansada”, responde la Reina.
 El Rey sonríe.
   “Creo que tal vez sea una buena idea si planeamos un viaje al campo”, dice el Rey.
 Broderick observa a Papier con desconfianza.

   En uno de los pasillos, Pedro dice a Milun que si Roger regresa al Palacio, ya no podrá continuar trabajando como bufón. Milun sonríe y dice a Pedro que tomará años para que Roger se recupere. La Señorita Pía se acerca y Milun le pregunta si está teniendo un buen día. La Señorita Pía baja la mirada y sigue caminando. Milun niega con la cabeza y dice que nunca entenderá a la Señorita Pía. Pedro sonríe y pregunta a Milun si ya le ha pedido disculpas por besarla la otra noche. Milun mira a Pedro, sorprendido.

   Broderick ingresa al Despacho del Duque y dice al Duque que necesita saber que él ha descubierto que Columbio, Papier y Milun son traidores. El Duque, sorprendido, lo mira con atención. Broderick baja la mirada y dice que su hermano, Arturo, también está involucrado con ellos. El Duque se frota las manos y dice a Broderick que necesita más detalles. Broderick dice que ha seguido a Papier y a los otros hasta una iglesia en la aldea de Chandler, donde se reúnen en secreto. El Duque asiente y dice a Broderick que está haciendo lo correcto al informarle de todo esto. Broderick dice que será necesario poner a Riot al tanto. El Duque dice a Broderick que él se hará cargo de todo. Broderick pregunta al Duque qué sucederá con Arturo y los demás. El Duque dice que deberán ser detenidos y luego llevados a juicio. Broderick asiente y agacha la cabeza. El Duque sonríe y promete a Broderick que nadie saldrá lastimado.

   En la cocina, Milun se acerca a la Señorita Pía y se disculpa con ella por besarla la otra noche. La Señorita Pía dice a Milun que estaba muy decepcionada de él, pero ahora ya lo ha olvidado. Milun dice a la Señorita Pía que estaba muy ebrio y no sabía lo que hacía. La Señorita Pía mira a Milun a los ojos y le dice que se supone que él vino al Palacio a trabajar, pero al parecer prefiere estar fuera toda la noche. Milun dice que está ayudando a Papier. La Señorita Pía sonríe y dice que nadie cree eso, y en verdad le alegra que Broderick ya esté enterado. Milun, sorprendido, dice a la Señorita Pía que no entiende a lo que se refiere. La Señorita Pía dice que ayer, Broderick los siguió. Milun mira a la Señorita Pía, asustado. La Señorita Pía pregunta a Milun si ocurre algo que ella debería saber. Milun dice a la Señorita Pía que debe marcharse, y le pide que proteja al Rey y a la Reina a toda costa. La Señorita Pía mira a Milun, sorprendida. Milun dice a la Señorita Pía que debe confiar en él. Milun se acerca a la Señorita Pía y la besa en la frente. Milun se marcha y la Señorita Pía sonríe.

   En los apartamentos del Monseñor, el Monseñor dice al Duque que nunca pensó que el Padre Arturo se iba a burlar de esa manera. El Duque dice que él siempre le advirtió que Columbio y Milun estaban conspirando en contra de ellos. El Monseñor dice que ahora, él cree que en realidad fueron ellos los que rescataron a Roger del Monasterio. El Duque dice que esta es su  oportunidad de aniquilarlos. El Monseñor dice que primero, necesitan averiguar si Arturo oculta a Roger en la iglesia. El Duque dice al Monseñor que no tienen tiempo para eso, y sugiere que es mejor ordenar a los soldados que acaben con todos ellos. El Monseñor dice que irá al Monasterio a informar a Donés. El Duque mira al Monseñor y pregunta que se supone qué debe hacer él mientras tanto. El Monseñor dice que debe esperar hasta que él regrese del Monasterio. El Duque mira enfadado al Monseñor.

   En uno de los salones, Milun se acerca a Papier, Flere y Pedro y les dice que Arturo y Columbio pueden estar en peligro. Papier, sorprendido, pregunta a Milun qué ha sucedido. Milun dice que Broderick los ha estado siguiendo a la Iglesia. Flere dice que Janice y Alysse están a punto de ir a la Iglesia para visitar a Roger. Milun dice que deben ir con ellas.

   En uno de los salones, el Duque se reúne con el Capitán Vitelli. El Capitán Vitelli dice al Duque que no le será posible arrestar a Columbio hasta que el General Riot lo autorice. El Duque dice que Riot le ha dado la autoridad necesaria para arrestar a los traidores, y él cree que Columbio es responsable del secuestro de su hijo. El Capitán Vitelli asiente y dice a uno de sus soldados que prepare las tropas para una visita a la aldea. El Duque sonríe.

   En la Iglesia La Madre de Todos, Columbio y Roger escuchan el fuerte sonido de un trueno y de viento huracanado. Columbio dice a Roger que no debe asustarse. Roger alcanza a Columbio una estatuilla de arcilla. Columbio la observa.
   “Se parece… a mí”, dice él.
Roger asiente y muestra a Columbio todas las estatuillas que confeccionó, sobre un escritorio de persiana.
   “Déjame adivinar. El que tiene sombrero puntiagudo es ... Arturo.
 También veo a Milun…, Flere…, Pedro…, Papier…, ¡eh! Hasta lleva en su mano una copa”.
 Columbio se ríe.
   “Y las que llevan vestido son Alysse, y mi querida, Janice”, añade Columbio.
 Arturo se acerca.
   “Roger es extremadamente talentoso”, dice Arturo.
   “Pero te falta uno, el Rey Aidan”, observa Columbio.
 Roger agacha la cabeza.
   “Puedes hacer uno después que lo veas”, añade Columbio.

   En el patio inferior, bajo la lluvia, el Capitán Vitelli y sus soldados ingresan en los carruajes. Broderick los observa, sorprendido, y se acerca al Duque. Broderick dice al Duque que no necesita todo el regimiento para arrestar a Columbio y a los demás. El Duque dice que Columbio y los demás son peligrosos y es mejor estar preparados.

   Broderick se queda mirando al Duque y le dice que él prometió que nadie saldrá lastimado. El Duque dice que Riot es más severo que él. Broderick dice al Duque que debe detenerse. El Duque empuja a Broderick y le pide que se mantenga alejado. El Capitán Jasper se acerca y el Duque le pide que mantenga a Broderick vigilado en caso de que intente cometer una tontería. El Capitán Jasper asiente.

   Milun y los demás llegan a la Iglesia La Madre de Todos. Arturo los saluda y dice que está muy sorprendido de verlos a todos juntos en la Iglesia. Janice abraza a Columbio y le dice que deberán marcharse de la Iglesia. Columbio mira a Janice, sorprendido. Milun sacude el agua de su sombrero y dice que Broderick los ha estado siguiendo, y será mejor para ellos acudir a un lugar más seguro. Roger mira a Milun. Alysse se acerca a Roger y le dice que nada malo le ocurrirá. Pedro dice que tienen algunos amigos en la aldea, donde podrán alojarse, de manera temporal. Arturo dice que no puede irse de la Iglesia así de fácil. Papier dice que ellos no saben lo que Broderick conoce acerca de ellos, o si ha revelado el paradero de ellos al Duque o al Monseñor. Arturo dice que los feligreses se sentirán decepcionados. Flere dice que Elisa puede hacerse cargo de la Iglesia hasta que él vuelva. Arturo agacha la cabeza.

   En el Palacio, Daugherty se acerca  a la Señorita Pía y le pregunta si ha visto a Milun o a los otros. La Señorita Pía dice que Milun ha salido del  Palacio con Papier. Daugherty dice que el Capitán Vitelli y sus tropas salieron a detener  a un grupo de traidores, y él espera que esto no tenga nada que ver con Milun. La Señorita Pía mira a Daugherty, sorprendida.

   En la Iglesia la Madre de Todos, Arturo dice a Milun y a los otros que Broderick nunca haría algo así. De repente, oyen pasos fuertes provenientes de la entrada. El Duque, con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, y un gran número de soldados armados ingresan en la nave.
   “Vaya, vaya”, dice el Duque.
 Milun, Alysse, Columbio, Arturo, Roger y los otros miran al Duque, asustados. El Duque observa que Roger está con ellos.
   “Y mira a quién tenemos aquí”, añade el Duque.
 Roger extiende sus brazos hacia el Duque. Milun desenvaina su espada.
   “¡Ni te atrevas!”. Milun grita al Duque.
 Arturo se coloca delante de Milun.
   “Esta es la casa de Dios”.
 El Duque sonríe.
   “Un lugar sagrado para conspirar contra la vida de Su Majestad” .
   “Vuestras acusaciones son completamente falsas”, dice Columbio.
   “Como representante del Rey tengo los medios para obstaculizar sus planes y tomar las medidas correspondientes”
   “No puedo creer que el Rey dé credibilidad a vuestros rumores”, añade Columbio.
   “Entreguen sus espadas. Se les acusa de traición”, grita el Duque.
 El Duque mueve su mano y el Capitán Vitelli y los soldados apuntan sus rifles hacia Milun y los demás. Janice, asustada, abraza a Columbio. Flere se coloca delante de Roger. Alysse mira al Capitán Vitelli.
   “El Duque es el único traidor”, dice ella.
 El Duque la mira lleno de rabia.
   “Todos ustedes son culpables de alta traición, cuya pena es la muerte”.

 Milun mira al Duque, dispuesto a todo.

DE MI ÁLBUM


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