TRISTEZA en
el albo amanecer. Tristeza en el oscuro anochecer. Tristeza que pretende
desaparecer con el atardecer rosicler. Al contemplar todos los matices del arco
iris, los ojos se asombran, se deleitan y el alma se dice : tristemente, todo llega,
porque es el destino señalado por Dios. Y hágase su voluntad si la tristeza anida en el alma.
Tristeza, producto que deja
el dolor que nos hace fuertes y se diluye en leve sonrisa, pues los labios y la
boca se acallaron para la alegre carcajada, que dejáramos escapar en compañía
de quienes tanto amábamos y perdimos para siempre.
Tristeza, aposentada en el
corazón, que late lentamente al recordar los motivos que la producen y nos
ordena no llorar, sino levantar los ojos al cielo y rezar lo que siempre se
hizo juntos, el Padre Nuestro.
Tristeza, que eres enorme
cuando no hay con quien compartirte y te haces más honda, cuando se debe
ocultar, porque se entiende que no hay derecho a trasmitirte a los demás, y
ello nos obliga a tenerte en mutis ; por algo eres silenciosa y muda.
Tristeza, producida por la
justicia o la maldad ; que amilana pasajeramente, pero hace al corazón gigante,
que como una esponja la absorbe y luego la escurre con el perdón y el olvido,
haciéndonos madurar y entender que el amor es el único remedio para ti.
Tristeza, tienes el poder de
sublimar al ser humano, lo haces comprender lo finito que es, y que la muerte
nos lleva al más allá, a lo trascendente : por eso debemos esperar con fe, vivir
con humildad y compartir con amor.
Tristeza, nos haces
reflexivos, invitas a la meditación, a analizar problemas, a buscar las causas
que los provocan y a tratar de encontrar soluciones no dañinas a los demás,
sino más bien, que traigan la armonía en la práctica de la convivencia humana.
Tristeza, es posible que seas
un sentimiento normal en los seres humanos ; te presentas después de la alegría
que se ausenta y se añora, denominándola melancolía, añoranza lejana.
Tristeza, eres necesaria en
la vida, porque sintiéndote nos haces comprender lo que es la alegría y la
felicidad, tan volanderas, y que solamente se pueden retener con amor, con
mucho amor, remedio único que aviva y alegra el alma.
--María Julia LUNA TIRADO.
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