lunes, 6 de julio de 2015

HOMBRES DE CIENCIA: Claude BERTHOLLET



   CLAUDE BERTHOLLET (1748-1822) es la persona en quien los televidentes deben pensar cada vez que en las pantallas de sus televisores aparecen dos amas de casa debatiendo cuál de ellas logra un lavado más blanco. Fue él quien inventó la manera de blanquear tejidos con cloro.

   Nació en el sur de Francia, hijo de una familia educada e inteligente pero no muy práctica en cuestiones de negocios. Era gente culta pero pobre.

   Claude estudió medicina en la universidad de Turín, Italia, graduándose cuando sólo tenía 19 años de edad.  Cuatro años después, luego de haber hecho práctica en su ciudad natal, se trasladó a París para ampliar sus horizontes. Un médico famoso, popular en la corte francesa, lo apadrinó y por su intermedio consiguió clientes ricos y el derecho a experimentar en los laboratorios reales de París.

   Berthollet, pese a su condición de médico, no gustaba de practicar su carrera ni aún en el caso de enfermos ricos. Practicaba la medicina como medio de vida pero su interés real era la química. En 1784 este interés especial le fue reconocido y le nombraron director de una fábrica de tintes.

   Puede que esto pareciera un descanso, pero no fue así. Berthollet contribuyó a convertir la vieja tarea de teñidos domésticos en la base de gran parte de la industria química del siglo XIX.

   Fue en este respecto que descubrió la manera de blanquear o descolorar con cloro. El blanqueado era necesario (como lo ha sido desde la prehistoria) antes del teñido con el fin de que los colores “prendieran” adecuadamente. Era un largo proceso (como lo había sido desde la prehistoria). En 1785 Berthollet ideó un proceso de blanquear tejidos, rápida y totalmente, sumergiéndose en una solución a base de cloro. De esta forma revolucionó la industria textil.

   Berthollet fue, además, uno de los héroes de la Revolución Francesa. Descubrió la capacidad explosiva de los compuestos de potasa y en el curso de uno de sus experimentos voló virtualmente el laboratorio y sepultó a los presentes bajo montañas de escombros. Aunque este experimento no condujo más que a este accidente, Berthollet continuó sus peligrosos ensayos con el propósito de mejorar la calidad de las municiones francesas.

   El predestinado Napoleón le conoció en Italia y tanto se impresionó con él y con los aspectos prácticos de las ciencias que durante un tiempo dio clases con él y posteriormente concurrió en París a numerosas de sus conferencias. Más tarde, Berthollet contribuyó a la organización de la desastrosa expedición napoleónica para la conquista de Egipto.

   Figura exitosa y popular sucesivamente con Luis XVI, los líderes de la Revolución y Napoleón, Berthollet adquirió título de nobleza bajo la restauración borbónica de Luis XVIII, logro quizás el más notable de todos los obtenidos en su vida y carrera.

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