MUCHOS se han preguntado si el actual Papa Francisco, como proviene de América Latina, es un seguidor de la teología de la liberación. Esta pregunta es irrelevante. Lo importante no es ser de la teología de la liberación sino de la liberación de los oprimidos, de los pobres y de los que sufren injusticia. Y eso lo es con claridad indudable.
Este ha sido siempre, en realidad, el propósito de la teología de la liberación. Primero viene la liberación concreta del hambre, de la miseria y la degradación moral y de la ruptura con Dios. Esta realidad pertenece a los bienes del Reino de Dios y estaba en los propósitos de Jesús. Después, viene en segundo lugar la reflexión sobre el hecho real: en qué medida se realiza ahí anticipadamente el Reino de Dios y en qué medida el cristianismo, con el capital espiritual heredado de Jesús, puede colaborar, junto con otros grupos comunitarios, en esta liberación necesaria.
Esta reflexión posterior, llamada teología, puede existir o no existir. Lo decisivo es que ocurra de verdad la liberación.
Siempre habrá espíritus atentos al grito de los oprimidos y de la Tierra devastada que se preguntarán: con lo que hemos aprendido de Jesús, de los Apóstoles y de la doctrina cristiana de tantos siglos, ¿cómo podemos aportar nuestra contribución al proceso de liberación? Fue lo que realizó toda una generación de teólogos y teólogas, de laicas y laicos comprometidos, de religiosos y religiosas, de obispos y sacerdotes de los años 60 del siglo pasado, y que continúa hasta nuestros días, porque los pobres no cesan de aumentar y su grito es ya un clamor.
Pues bien, el Papa Francisco hizo esta opción por los pobres, vivió y vive pobremente en solidaridad con ellos y dijo claramente en una primera de sus intervenciones: "Como me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres". En este sentido, el Papa Francisco está llevando a cabo la intuición primordial de la Teología de la Liberación y secundando su marca registrada: la opción preferencial por los pobres, contra la pobreza y a favor de la vida y la justicia.
Esta opción no es para él solamente un discurso, sino una opción de vida y de espiritualidad. A causa de los pobres ha caído en desgracia ante la presidenta Cristina Kichner, pues pidió a su gobierno un mayor compromiso político para superar los problemas sociales -analíticamente se llaman desigualdades-, que éticamente representan in justicias y teológicamente son un pecado social que afecta directamente al Dios vivo, que bíblicamente ha mostrado estar siempre del lado de los que tienen menos vida y son los pobres y los que sufren injusticia.
En 1990 Argentina tenía un 4% de personas pobres. Hoy en día, debido a la voracidad del capital nacional e internacional, ascienden a un 30%. Estos no son sólo números. Para una persona sensible y espiritual como el Papa Francisco representa un via crucis de sufrimiento, lágrimas de niños hambrientos y desesperación de padres sin trabajo. Esto me recuerda una frase que Dostoyevski escribió una vez : "Todo el progreso del mundo no vale ante el llanto de un niño hambriento".
Esta pobreza, ha insistido con firmeza el Papa Francisco, no se supera mediante el asistencialismo, sino a través de políticas públicas de los gobiernos que devuelvan dignidad a los oprimidos y los hagan ciudadanos autónomos y participativos.
No es importante que el Papa Francisco no use el término "teología de la liberación". Lo importante es que hable y actúe de manera liberadora.
Es hasta bueno que el Papa no se afilie a cierto tipo de teología, como la de la liberación o cualquier otra. Lo mismo hicieron los dos predecesores con las teologías que estaban en sus cabezas y se presentaban como expresiones del magisterio papal.
Saben los teólogos e historiadores que la categoría "magisterio" atribuida a los Papas es una creación reciente. Comenzó a ser empleada por los Papas Gregorio XVI (1765-1846) y Pío X (1835-1914) y se volvió común con Pío XII (1876-1958). Antes el "magisterio" estaba formado por doctores en teología y no por los obispos y el Papa. Estos son maestros de la fe. Los teólogos son maestros de la comprensión de la fe. Por lo tanto, a los obispos y a los papas no les toca hacer teología sino testimoniar oficialmente y cuidar la fe cristiana con celo. A los teólogos y teólogas cabe profundizar este testimonio con las herramientas intelectuales que ofrece la cultura presente. Cuando un Papa empieza a hacer teología, como ha sucedido recientemente, se crea una gran confusión en la Iglesia, se pierde la libertad de investigación y se corta el diálogo con otros saberes del mundo.
Gracias a Dios que el Papa Francisco se presenta explícitamente como pastor y no como doctor y teólogo, aunque fuera de la liberación. Así es más libre para hablar a partir del evangelio, de su inteligencia emocional y espiritual, con el corazón abierto y sensible, en sintonía con el mundo de hoy globalizado. Papa Francisco, ponga la teología en tono menor para que en tono mayor resuene la liberación: consuelo para los oprimidos y llamamiento a la conciencia de los poderosos. Por tanto, menos teología y más libertad.
-Leonardo BOFF / 28-ABRIL-13
El propósito primordial es compartir los mensajes recibidos a fin de formar una opinión o corriente generalizada sobre los acontecimientos y su aplicación a nuestro medio de acuerdo a las circunstancias y situaciones concretas. Compartir el tesoro....
domingo, 28 de abril de 2013
viernes, 26 de abril de 2013
" VERSOS POR ESPIGAR" : FIESTA PATRONAL / Javier CALDERÓN ÁVILA
FIESTA
PATRONAL (2-octubre-2012)
Repentinamente resucitó en mi mente
la delicia gastronómica de un potaje popular
tradicional mixtura que humea en Setiembre/
Repentinamente resucitó en mi mente
la delicia gastronómica de un potaje popular
tradicional mixtura que humea en Setiembre/
que
sacia y deleita el apetito de todo paladar.
El veinte, la Virgen de
las Mercedes hace su entrada triunfal,
las liturgias religiosas
se cumplen con absoluta devoción;
siendo el veinticinco, la tradicional fiesta de Procesión,
recorriendo las principales calles / derramando bendición.
siendo el veinticinco, la tradicional fiesta de Procesión,
recorriendo las principales calles / derramando bendición.
El fascinante "cabrito a la norteña" es el plato peculiar,
el "chanchito al horno" y la "patasca excepcional",
surtida y nutritiva panadería, horneada en el lugar,
asentando el arte culinario con el delirante "vino del inca".
El estruendo de los "cohetes", notifica que la feria empezó:
artísticos fuegos pirotécnicos explotan en las noches,
las nocturnas contradanzas desbordan en las calles
al son de las marineras norteñas las parejas zapatean.
Los Mayordomos y Alberos, filántropos anfitriones
oferentes voluntarios, imprimen su excelsa devoción,
a través de los "convites" comprometen la ayuda
y con el apoyo conjunto sufragan el gasto general.
A la cita anual concurren feligreses de todo el país,
presentes en las liturgias religiosas veneran a la imagen,
siendo el núcleo de la fiesta la solemne procesión,
acontecimiento esperado por los fieles y devotos.
La tauromaquia es el número final del programa,
acondicionan el ruedo de arena y de sangre
coso de lidia y de muerte de tenebrosas fieras,
con lo que culmina la feria jubilar salpina.
FRANCISCO DE ROMA Y LA ECOLOGÍA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS : Leonardo BOFF
QUE UN Papa lleve el nombre de Francisco no puede ser en vano. Además de ser una referencia a otro modo de ser Iglesia, más cercana a la gruta de Belén que a los palacios de Jerusalén, Francisco plantea un asunto de extrema urgencia hoy en día: la cuestión de la protección de la vitalidad del planeta Tierra y la garantía del futuro de nuestra civilización. Para este propósito la ecología exterior sola es insuficiente. Tenemos que amalgamarla con la ecología interior. Eso fue lo que hizo de forma paradigmática san Francisco de Asís.
Ecología exterior es esa sintonía con los ritmos de la naturaleza y con el proceso cósmico que se realiza en la dialéctica de orden-desorden-interacción-nuevo orden. Esta ecología asegura la perpetuidad del proceso evolutivo que incluye la tierra y la biodiversidad. Pero a nivel humano sólo se produce si hay una contrapartida de nuestro lado, que se deriva de nuestra ecología interior. Por ella, el universo y sus seres están dentro de nosotros en forma de símbolos que hablan de arquetipos que nos guían y de imágenes que habitan nuestra interioridad: materiales con los que continuamente debemos dialogar e integrar. Si hay violencia en la ecología exterior es señal de que existe turbulencia en nuestra ecología interior y viceversa. No sabemos armonizar las ecologías descritas por F. Guattari y por mí: la ambientalidad, la social, la mental y la integral.
En su cántico al Hermano Sol san Francisco revela la convivencia de esta dos ecologías. Su extraordinario logro espiritual fue reconciliar el mundo con Dios, el cielo con la Tierra y la vida con la muerte. Para entender toda esta experiencia espiritual es necesario leer el texto más allá de su letra y bajar al nivel simbólico donde los elementos cantados vienen impregnados de emoción y de significado. El contexto existencial se significativo: Francisco está muy enfermo y casi ciego, cuidado por santa Clara en la capilla de San Damián donde ella vivía con sus hermanas. De repente, en plena noche, tiene una especie de exaltación del espíritu, como si estuviese ya en el Reino de los cielos. Radiante de alegría, se levanta, compone un himno a todas las criaturas, y lo canta con sus cofrades. Celebra los grandes esponsales del "señor hermano Sol" y la "señora Tierra". De estos esponsales nacen todos los seres, dispuestos en pares, masculino y femenino, que según C. G Jung constituyen el arquetipo más universal de la totalidad psíquica: sol-luna, viento-agua, fuego-tierra, totalidad alcanzada en su andadura espiritual.
El himno contiene dos estrofas más, añadidas por el Poverello. En ellas ya no se canta al cosmos material, sino al cosmos humano que también busca reconciliación: entre el obispo y el alcalde de Asís. Finalmente se reconcilia con la hermana muerte, el complejo más difícil de ser integrado por el aparato psíquico humano. El ser humano se reconcilia con otro ser humano. La vida abraza a la muerte como hermana, portadora de la eternidad.
La ecología interior integrada por la ecología exterior alcanza en Francisco un intérprete privilegiado. Él es como una finísima cuerda del universo en la cual la más sutil nota musical resuena y se hace oír.
Nuestra cultura es deudora del padre de san Francisco, Pedro Bernardone, rico comerciante en telas, en busca de riqueza y esplendor. Confiesa el gran historiador inglés Arnold Toynbee: "Francisco, el mayor de los hombres del Occidente, debe ser imitado por todos nosotros, pues su actitud es la única que puede salvar a la Tierra" (Diario ABC, Madrid, 19/12/1972,10).
¿Cuál es nuestro desiderátum? Que Francisco de Roma bajo la inspiración de Francisco de Asís se convierta, por su humildad, pobreza y jovialidad, en un amante de la Madre Tierra y en un defensor de todo tipo de vida, especialmente de la vida más amenazada, que es la de los pobres. Y que suscite esa conciencia en la humanidad. En él están presentes todos los carismas que lo pueden hacer un faro de referencia ecológica y humanitaria para todo el mundo.
-Leonardo BOFF / 26-abril-13
Ecología exterior es esa sintonía con los ritmos de la naturaleza y con el proceso cósmico que se realiza en la dialéctica de orden-desorden-interacción-nuevo orden. Esta ecología asegura la perpetuidad del proceso evolutivo que incluye la tierra y la biodiversidad. Pero a nivel humano sólo se produce si hay una contrapartida de nuestro lado, que se deriva de nuestra ecología interior. Por ella, el universo y sus seres están dentro de nosotros en forma de símbolos que hablan de arquetipos que nos guían y de imágenes que habitan nuestra interioridad: materiales con los que continuamente debemos dialogar e integrar. Si hay violencia en la ecología exterior es señal de que existe turbulencia en nuestra ecología interior y viceversa. No sabemos armonizar las ecologías descritas por F. Guattari y por mí: la ambientalidad, la social, la mental y la integral.
En su cántico al Hermano Sol san Francisco revela la convivencia de esta dos ecologías. Su extraordinario logro espiritual fue reconciliar el mundo con Dios, el cielo con la Tierra y la vida con la muerte. Para entender toda esta experiencia espiritual es necesario leer el texto más allá de su letra y bajar al nivel simbólico donde los elementos cantados vienen impregnados de emoción y de significado. El contexto existencial se significativo: Francisco está muy enfermo y casi ciego, cuidado por santa Clara en la capilla de San Damián donde ella vivía con sus hermanas. De repente, en plena noche, tiene una especie de exaltación del espíritu, como si estuviese ya en el Reino de los cielos. Radiante de alegría, se levanta, compone un himno a todas las criaturas, y lo canta con sus cofrades. Celebra los grandes esponsales del "señor hermano Sol" y la "señora Tierra". De estos esponsales nacen todos los seres, dispuestos en pares, masculino y femenino, que según C. G Jung constituyen el arquetipo más universal de la totalidad psíquica: sol-luna, viento-agua, fuego-tierra, totalidad alcanzada en su andadura espiritual.
El himno contiene dos estrofas más, añadidas por el Poverello. En ellas ya no se canta al cosmos material, sino al cosmos humano que también busca reconciliación: entre el obispo y el alcalde de Asís. Finalmente se reconcilia con la hermana muerte, el complejo más difícil de ser integrado por el aparato psíquico humano. El ser humano se reconcilia con otro ser humano. La vida abraza a la muerte como hermana, portadora de la eternidad.
La ecología interior integrada por la ecología exterior alcanza en Francisco un intérprete privilegiado. Él es como una finísima cuerda del universo en la cual la más sutil nota musical resuena y se hace oír.
Nuestra cultura es deudora del padre de san Francisco, Pedro Bernardone, rico comerciante en telas, en busca de riqueza y esplendor. Confiesa el gran historiador inglés Arnold Toynbee: "Francisco, el mayor de los hombres del Occidente, debe ser imitado por todos nosotros, pues su actitud es la única que puede salvar a la Tierra" (Diario ABC, Madrid, 19/12/1972,10).
¿Cuál es nuestro desiderátum? Que Francisco de Roma bajo la inspiración de Francisco de Asís se convierta, por su humildad, pobreza y jovialidad, en un amante de la Madre Tierra y en un defensor de todo tipo de vida, especialmente de la vida más amenazada, que es la de los pobres. Y que suscite esa conciencia en la humanidad. En él están presentes todos los carismas que lo pueden hacer un faro de referencia ecológica y humanitaria para todo el mundo.
-Leonardo BOFF / 26-abril-13
sábado, 20 de abril de 2013
MENSAJE A LOS HERMANOS HURTADO-CUENCA: Carlos Manuel CALDERÓN ÁVILA
FALLECIMIENTO DE DON FERNANDO HURTADO ULLOA.
(30-mayo-1923 / 16-abril-2013)
Con el beneplácito de los hermanos, que han sentido cercanamente las palabras amigables de Carlos Manuel, en una perspectiva de eternidad..., por el "paso" de su padre Fernando, el 16 de abril, publicamos íntegramente el mensaje recibido.
Miguel,
Marina,
Jesús,
Carlos,
Yolanda:
Queridos amigos!
El 16 me llegó la noticia del fallecimiento de Don Fernando, en un e-mail de Alejandro. Según datos del e-mail, hoy jueves será el sepelio. Aquí les hago presente mi sentido pésame y mi solidaridad. La muerte tiene dos facetas: el adiós, aparentemente definitivo, pero en realidad sólo temporal, y el encuentro definitivo con el Dios de la vida. La muerte en realidad es vida, según el mensaje de la Fe, porque el morir es resucitar con Cristo. Esta fe es el fundamento de la historia personal de Don Fernando. Él ha vivido esta fe que es el constante contacto con lo divino porque sólo así se puede explicar la aceptación de sus vivencias a través de su vida, los años de postración debido a su enfermedad que se interpuso en su vida como un callejón sin salida, su dependencia de los demás, la despedida de su esposa, y las preocupaciones de sus seres queridos. Hacen algunos meses que hablé por teléfono y me preguntó: "¿padrecito, cuándo viene para que bautice a mi cholito?".
Don Fernando ha sido una persona con energía, con carácter inquebrantable, con dignidad, lealtad y severo, pero justo, con una enorme dosis de humor y con una necesidad vital de compañía y de sociabilidad... Anja Reuter lo recuerda siempre con sus canciones y poesías que la dedicaba a las cuales anteponía a la "gringuita". Él ha sido una persona que ha comprendido la vida con sus durezas y obligaciones, pero también con sus bellezas y sus alegrías. La presencia de ustedes, sus hijos, ha sido para él como elixir para sobrellevar los avatares de su vida. Mariíta (María Fernanda Paredes Paz) ha tenido en la vida de Don Fernando el rol de una Verónica del evangelio y tal vez el de un Simón de Cirene durante su largo Vía Crucis. De esto doy testimonio.
La imagen de Don Fernando proyecta en mí la imagen del Salmo 1: "Dichoso el hombre... que se recrea en cumplir la ley de Dios y murmura su oración día y noche... Es como el árbol plantado junto al río que da su fruto a tiempo y tiene su follaje siempre verde, porque todo lo que hace prospera" (Salmo 1, 1 y 3). Él ha sido el hombre correcto puesto en el lugar apropiado: "plantado junto al río". Allí, en Cajabamba, en El Porvenir, y últimamente en Trujillo, ha encontrado lo que él ha necesitado, como el árbol aglomera su savia, estimula sus flores, y deja madurar sus frutos, Don Fernando ha construido y conservado con su trabajo lo que su familia ha necesitado. De esto estoy seguro, que ustedes están agradecidos.
El árbol frondoso y sano ofrece en sus ramas lugar para una vida alegre y con buen humor, ahí los pajaritos hacen sus nidos y se sienten en su propia casa y elevan sus cantos. En un árbol frondoso reina la vida, por eso se proyecta hacia los demás y contagia. La señora Reuter me decía: "Don Fernando refleja y contagia la alegría". Como el árbol frondoso nos ha regalado la alegría del vivir con su ejemplo de aceptar la vida como es, con sus limitaciones y su vía crucis. Su fe, su esperanza, su paciencia, su humor personificados en su vivir diario es para nosotros, que lo hemos conocido, un testimonio y un mensaje. Un testimonio de la fuerza de la Fe, y un mensaje para seguir su ejemplo. El árbol frondoso ha caído. Nos queda su recuerdo, pero su ejemplo no muere. El mejor modo de agradecer a su padre por lo que ha dado para ustedes es mantener vivo su recuerdo y seguir su ejemplo.
El próximo domingo 28, celebraré la Eucaristía en memoria de Don Fernando; he invitado a Anja Reuter y las monjitas, en cuya capilla celebro, ya me han dicho que sí es posible.
Ahora estoy mejorando a paso lento de una intervención quirúrgica.
Miguel, Marina, Jesús, Carlos, Yolanda, Alejandro, Enma y nietos y bisnietos, reciban el testimonio de mi amistad y de mi admiración por la vida que se ha apagado y por lo que ustedes han regalado a su papá durante su trajinar en este mundo. Carlos Manuel / 18-abril-2013 / Alemania.
(30-mayo-1923 / 16-abril-2013)
Con el beneplácito de los hermanos, que han sentido cercanamente las palabras amigables de Carlos Manuel, en una perspectiva de eternidad..., por el "paso" de su padre Fernando, el 16 de abril, publicamos íntegramente el mensaje recibido.
Miguel,
Marina,
Jesús,
Carlos,
Yolanda:
Queridos amigos!
El 16 me llegó la noticia del fallecimiento de Don Fernando, en un e-mail de Alejandro. Según datos del e-mail, hoy jueves será el sepelio. Aquí les hago presente mi sentido pésame y mi solidaridad. La muerte tiene dos facetas: el adiós, aparentemente definitivo, pero en realidad sólo temporal, y el encuentro definitivo con el Dios de la vida. La muerte en realidad es vida, según el mensaje de la Fe, porque el morir es resucitar con Cristo. Esta fe es el fundamento de la historia personal de Don Fernando. Él ha vivido esta fe que es el constante contacto con lo divino porque sólo así se puede explicar la aceptación de sus vivencias a través de su vida, los años de postración debido a su enfermedad que se interpuso en su vida como un callejón sin salida, su dependencia de los demás, la despedida de su esposa, y las preocupaciones de sus seres queridos. Hacen algunos meses que hablé por teléfono y me preguntó: "¿padrecito, cuándo viene para que bautice a mi cholito?".
Don Fernando ha sido una persona con energía, con carácter inquebrantable, con dignidad, lealtad y severo, pero justo, con una enorme dosis de humor y con una necesidad vital de compañía y de sociabilidad... Anja Reuter lo recuerda siempre con sus canciones y poesías que la dedicaba a las cuales anteponía a la "gringuita". Él ha sido una persona que ha comprendido la vida con sus durezas y obligaciones, pero también con sus bellezas y sus alegrías. La presencia de ustedes, sus hijos, ha sido para él como elixir para sobrellevar los avatares de su vida. Mariíta (María Fernanda Paredes Paz) ha tenido en la vida de Don Fernando el rol de una Verónica del evangelio y tal vez el de un Simón de Cirene durante su largo Vía Crucis. De esto doy testimonio.
La imagen de Don Fernando proyecta en mí la imagen del Salmo 1: "Dichoso el hombre... que se recrea en cumplir la ley de Dios y murmura su oración día y noche... Es como el árbol plantado junto al río que da su fruto a tiempo y tiene su follaje siempre verde, porque todo lo que hace prospera" (Salmo 1, 1 y 3). Él ha sido el hombre correcto puesto en el lugar apropiado: "plantado junto al río". Allí, en Cajabamba, en El Porvenir, y últimamente en Trujillo, ha encontrado lo que él ha necesitado, como el árbol aglomera su savia, estimula sus flores, y deja madurar sus frutos, Don Fernando ha construido y conservado con su trabajo lo que su familia ha necesitado. De esto estoy seguro, que ustedes están agradecidos.
El árbol frondoso y sano ofrece en sus ramas lugar para una vida alegre y con buen humor, ahí los pajaritos hacen sus nidos y se sienten en su propia casa y elevan sus cantos. En un árbol frondoso reina la vida, por eso se proyecta hacia los demás y contagia. La señora Reuter me decía: "Don Fernando refleja y contagia la alegría". Como el árbol frondoso nos ha regalado la alegría del vivir con su ejemplo de aceptar la vida como es, con sus limitaciones y su vía crucis. Su fe, su esperanza, su paciencia, su humor personificados en su vivir diario es para nosotros, que lo hemos conocido, un testimonio y un mensaje. Un testimonio de la fuerza de la Fe, y un mensaje para seguir su ejemplo. El árbol frondoso ha caído. Nos queda su recuerdo, pero su ejemplo no muere. El mejor modo de agradecer a su padre por lo que ha dado para ustedes es mantener vivo su recuerdo y seguir su ejemplo.
El próximo domingo 28, celebraré la Eucaristía en memoria de Don Fernando; he invitado a Anja Reuter y las monjitas, en cuya capilla celebro, ya me han dicho que sí es posible.
Ahora estoy mejorando a paso lento de una intervención quirúrgica.
Miguel, Marina, Jesús, Carlos, Yolanda, Alejandro, Enma y nietos y bisnietos, reciban el testimonio de mi amistad y de mi admiración por la vida que se ha apagado y por lo que ustedes han regalado a su papá durante su trajinar en este mundo. Carlos Manuel / 18-abril-2013 / Alemania.
TEMAS DE REFLEXIÓN
EL ARTE del contentamiento es la facultad de
sentir que la vida es grata… al menos un día, o incluso una hora. Las fuentes
de tal sentimiento son generalmente las más humildes.
El artista Robert Gibbings fabricó un banco de madera para su jardín, y escribió al respecto : “Entonces me senté en él, y el aroma de la madera recién aserrada se mezcló con el del césped acabado de cortar. Un tordo cantaba en el peral, dos jilgueros hurgaban entre los tulipanes y una mariposa de color amarillo intenso revoloteaba cerca de mí; y comprendí que al Señor le parecieran buenas sus obras”.
Henry David Thoreau, sentado en su choza, cerca del lago de Walden, describía así sus sentimientos al oír la lluvia : “La ligera llovizna que riega mis frijoles y me obliga a permanecer adentro hoy, no es triste ni melancólica, sino buena para mí. Pasé algunas de mis horas más placenteras contemplando largos aguaceros de primavera o de otoño que me tenían recluido en casa, apaciguado por el ruido y el goteo incesantes; cuando el temprano crepúsculo vespertino presagiaba una larga noche, en que muchos pensamientos tenían tiempo de echar raíces y crecer”.
-Edgar Collard, en The Art of Contentment
LOS MÉDICOS modernos aseguran que reír a carcajadas es un magnífico ejercicio. Cuando emitimos una explosiva risotada, afirman, el diafragma desciende mucho y los pulmones se expanden, lo cual aumenta considerablemente la cantidad de oxígeno que entra en ellos. Al mismo tiempo, al dilatarse el diafragma lateralmente, aplica al corazón un suave y rítmico masaje. Este noble órgano reacciona latiendo con más fuerza y mayor rapidez. Se acelera la circulación ; se estimulan el hígado, el estómago, el páncreas, el bazo y la vesícula biliar : todo el organismo recibe un impulso vigorizante. Ello confirma lo que dijo hace de 2000 años el sabio griego Aristóteles acerca de la risa: “Es un ejercicio corporal de inapreciable valor para la salud”.
-Paul Brock, en Manage
LA DEMOCRACIA es el sistema político más frágil y difícil jamás ideado. Su fragilidad estriba precisamente en que es el régimen que más conviene a la condición humana misma, y que permite la mayor libertad para todos los caprichos y emociones, anhelos y necesidades de la persona. La democracia es difícil de realizar porque los hombres y las mujeres son de condición difícil.
-John Rockefeller, nieto
El artista Robert Gibbings fabricó un banco de madera para su jardín, y escribió al respecto : “Entonces me senté en él, y el aroma de la madera recién aserrada se mezcló con el del césped acabado de cortar. Un tordo cantaba en el peral, dos jilgueros hurgaban entre los tulipanes y una mariposa de color amarillo intenso revoloteaba cerca de mí; y comprendí que al Señor le parecieran buenas sus obras”.
Henry David Thoreau, sentado en su choza, cerca del lago de Walden, describía así sus sentimientos al oír la lluvia : “La ligera llovizna que riega mis frijoles y me obliga a permanecer adentro hoy, no es triste ni melancólica, sino buena para mí. Pasé algunas de mis horas más placenteras contemplando largos aguaceros de primavera o de otoño que me tenían recluido en casa, apaciguado por el ruido y el goteo incesantes; cuando el temprano crepúsculo vespertino presagiaba una larga noche, en que muchos pensamientos tenían tiempo de echar raíces y crecer”.
-Edgar Collard, en The Art of Contentment
LOS MÉDICOS modernos aseguran que reír a carcajadas es un magnífico ejercicio. Cuando emitimos una explosiva risotada, afirman, el diafragma desciende mucho y los pulmones se expanden, lo cual aumenta considerablemente la cantidad de oxígeno que entra en ellos. Al mismo tiempo, al dilatarse el diafragma lateralmente, aplica al corazón un suave y rítmico masaje. Este noble órgano reacciona latiendo con más fuerza y mayor rapidez. Se acelera la circulación ; se estimulan el hígado, el estómago, el páncreas, el bazo y la vesícula biliar : todo el organismo recibe un impulso vigorizante. Ello confirma lo que dijo hace de 2000 años el sabio griego Aristóteles acerca de la risa: “Es un ejercicio corporal de inapreciable valor para la salud”.
-Paul Brock, en Manage
LA DEMOCRACIA es el sistema político más frágil y difícil jamás ideado. Su fragilidad estriba precisamente en que es el régimen que más conviene a la condición humana misma, y que permite la mayor libertad para todos los caprichos y emociones, anhelos y necesidades de la persona. La democracia es difícil de realizar porque los hombres y las mujeres son de condición difícil.
-John Rockefeller, nieto
LA PERENNE PASIÓN DE VINCENT VAN GOGH / Por William BIRNIE
A MÁS DE 120 AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE, LA ARDOROSA E INTENSA VISIÓN DEL PINTOR PARECE TOCARNOS EN LO MÁS PROFUNDO.
LA PRIMAVERA
del año pasado, una colección de 114 pinturas y dibujos de Vincente van Gogh,
que se exhibió durante ocho semanas en el Museo de Broklyn, atrajo la nunca
vista cifra de un cuarto de millón de visitantes. Alguien tuvo la idea de
preguntar a Thomas Buechner, entonces director del museo, cuál podía ser la
razón de que tantos adultos y jóvenes hubieran formado pacientemente en largas
filas como para presenciar un campeonato deportivo. Su reflexiva contestación
fue: “Porque este artista se ha convertido en una leyenda, y porque su obra
está a la altura de esa leyenda”.
Y explicaba Buechner: “Meditemos en el drama de van Gogh: Ardiente
predicador que se convierte en pintor poco diestro; pinta paisajes
serpenteantes que nadie compra; por último se suicida.
“Meditemos en su impacto histórico: El medio
artístico de su tiempo no lo supo reconocer, pero desde entonces casi todo lo
que hizo ha sido reconocido, y sus obras se han reproducido probablemente más
que las de cualquier otro artista. En suma, ahora comprendemos que sus cuadros
son tan emocionantes como su vida, y pintaba tan espontáneamente que nos hace
sentir de inmediato su personalidad”.
Docenas de otros pintores eran mejores
dibujantes y coloristas, escogían temas más atractivos (van Gogh pintó varias
veces sus zapatos viejos y produjo no menos de 40 autorretratos porque no podía
pagar una modelo) y concebían mejores composiciones. Pero todos advertimos que
van Gogh, que era todo lo contrario de un académico, volcó su torturado corazón
y su alma sobre la tela. Esa entrega es lo que hoy habla directamente al mundo.
Aunque van Gogh sólo vendió uno entre más de
1600 cuadros y dibujos que produjo –y eso fue en el último año de su vida, a un
colega pintor, por el equivalente de 80 dólares- , su Ciprés y árbol florido cambió de dueño en una subasta pública
celebrada en febrero de 1970 por 1.300.000 dólares. En este año, cuando el
Gobierno de Holanda termine de construir en Amsterdam el Museo Vincente van
Gogh, de cuatro pisos, el pintor se sumará a los contados artistas que tienen
museos dedicados en exclusiva a su obra.
Durante su período creador, que sólo duró
diez años, Van Gogh envió la mayor parte de su obra a la única persona que
creía en él, Theo, su hermano menor, que lo comprendía y protegía. Esas
pinturas fueron entregadas recientemente al Gobierno holandés por la Fundación
Vincent van Gogh y por el hijo de Theo, actualmente ingeniero jubilado que fue
llamado Vincent en honor de su tío, entonces virtualmente desconocido.
A pesar de que el tocayo de Vincent era un
niño muy pequeño, y de las pocas veces que vio al pintor (tenía cerca de un año
cuando su propio padre murió), el espíritu de Vincent van Gogh ha saturado su
vida, primero a través de lo que le contaba su madre, y luego a través de los
cuadros mismos. Uno de sus recuerdos más lejanos es una de las primeras obras
maestras de su tío: el sombrío grupo de campesinos sentados a la mesa, titulado
Los comedores de papas, que durante
años estuvo colgado en el comedor de los van Gogh. El ingeniero escribe de su
tío: “Los retratos de Vincent deben su viveza al hecho de que él se consideraba
un trabajador, como la gente que pintaba. Ponía cuanto estaba de su parte para
descubrir lo que había de noble y digno en su modelo, y expresarlo. El clima
que irradia de su obra está hecho de amor a la humanidad, a la vida familiar y
a la intimidad con otros.
“Pintar debe haber sido para él una defensa
contra su agitación interna. Era como si quisiera decir a todos : ¡Mirad cuán
bello es mi mundo! ¡A mí sólo me preocupa el lado bueno de la humanidad!
Dominar su ansiedad le costaba gran esfuerzo de voluntad y una lucha
inacabable. Toda su tenacidad le brotaba de lo más profundo, porque el mundo
exterior le brindaba muy escaso apoyo. La conmoción que semejante esfuerzo
humano produce no conoce límites de tiempo ni de país”.
El arte y la religión fueron las dos
obsesiones generales de van Gogh. Nacido en 1853, primogénito de un pastor
protestante holandés, escribía años más tarde: “Hay algo de Rembrandt en el
Evangelio, y algo del Evangelio en Rembrandt”. A los 16 años empezó a trabajar
para una casa de tratantes de arte, de espíritu conservador, primero en La
Haya, y después en Londres y París. Desencantado a los 25 años, en calidad de
predicador laico, se dedicó a recorrer una desolada región minera en el sur de
Bélgica. La pobreza del lugar lo conmovió de tal forma que empezó a regalar sin
más sus alimentos y su ropa. Sus superiores, alarmados, lo despidieron por
“exceso de celo”.
Sólo entonces, a la edad de 27 años, empezó
van Gogh a dedicarse a la pintura, que estudió en Bélgica y Holanda. Vivió una
temporada con Theo en París, donde compartió ideas y riñas con los principales
impresionistas y pos-impresionistas; después se trasladó a Arles, en el sur de
Francia, donde produjo algunos de sus mejores cuadros.
Por desgracia, al cabo de este estallido de
energía creadora, van Gogh sufrió también su primer quebranto nervioso,
atribuible en parte a su pobreza y agotamiento por exceso de trabajo, y en
parte a una disputa con su colega Paul Gauguin, que estaba visitándolo. (Antes
de ser hospitalizado, van Gogh se cortó parte de la oreja derecha y la mandó a
una prostituta, que se desmayó al abrir el ensangrentado paquetito). Todavía
mal de salud, visitó a Theo en la primavera de 1890 y luego se instaló en
Auvers-sur-Oise, fuera de París. Ahí en el mes de julio, a los 37 años de edad,
se pegó un tiro en el pecho y murió dos días más tarde. Seis meses después
también Theo murió y los hermanos yacen hoy uno al lado del otro en lo alto de
una colina en Auvers.
Es posible que ningún otro artista haya
expresado con tanta vida las ideas puestas en su obra como van Gogh lo hizo en
sus innumerables cartas a Theo y a otras personas. En cierta ocasión escribió:
“He andado por esta tierra durante 30 años y quisiera dejar algún recuerdo, por
pura gratitud”.
Hoy el mundo reconoce con gratitud que
efectivamente lo dejó.
FRANK SINATRA : " LA VOZ
DESDE NUESTRA modesta sección, queremos hacer un pequeño
homenaje a una de las voces más personales y con más swing de ayer, hoy y para
siempre, fallecido el pasado mes de mayo, Frank Sinatra. Gran sentimental y
buen fraseo, un enamorado de la vida y del jazz.
Francis Albert
Sinatra, “Frank”, nació en Hoboken, New Jersey, en 1915. Desde muy pequeño quiso
ser cantante, e inició su carrera en las “bodas” de Union Club de Hoboken, pero
muy pronto, en 1935, entra a formar parte de la orquesta de Harry Jones; poco después, en 1940, cambiará a la orquesta
de Tommy Dorsey, una de las mejores del
momento.
A partir de ese
instante todo siguió fenomenal, al compartir escenarios con las mejores
formaciones y los mejores músicos, como Count Basie, Duke Ellington, Woody
Hermen, Quincy Jones o Stan Getz, los cuales le proporcionarán una serie de
grabaciones realmente sobresalientes : ejemplos de ello son “ One for my baby”
o “Fly me to the moon”.
Pero no sólo
tuvo en la música un papel importante, ya que supo simultanearlo con el cine,
donde protagonizó éxito tras éxito.
Una vida larga
llena de experiencias, donde la improvisación tuvo un único límite de 86 años.
Todo un lujo. Bien por ti, Frank.
AUDIOCLÁSICA Nº 22
viernes, 19 de abril de 2013
EL SUEÑO DE UNA CIVILIZACIÓN REALMENTE PLANETARIA / Leonardo BOFF
EL DESAMPARO actual que se ha adueñado de un gran sector de la humanidad se deriva en parte de nuestra incapacidad de soñar y de proyectar utopías. No cualquier utopía, sino aquellas necesarias que pueden transformarse en topías, es decir, en algo que se realiza, aunque imperfectamente, en las condiciones de nuestra historia. En caso contrario, nuestro futuro común, el futuro de la vida y de la civilización, corren graves peligros.
Tenemos, por lo tanto, que intentar todo para no llegar demasiado tarde al verdadero camino que podrá salvarnos. Ese camino pasa por el cuidado, por la sostenibilidad, por la responsabilidad colectiva y por un sentido espiritual de la vida.
Me valgo de las palabras inspiradoras de Oscar Wilde, el conocido escritor irlandés, que dijo acerca de la utopía : "Un mapa del mundo que no incluya la utopía no es digno de ser mirado, pues ignora el único territorio en el que la humanidad siempre atraca, partiendo enseguida hacia una tierra todavía mejor... El progreso es la realización de utopías".
Pertenece al campo de la utopía proyectar escenarios esperanzadores. Vamos a presentar uno, de Robert Muller, alto funcionario de la ONU durante 40 años, que fue llamado también "ciudadano del mundo"" y "padre de la educación global". Era un hombre de sueños, uno de ellos realizado al crear y ser el primer rector de la Universidad de la Paz, creada en 1980 por la ONU en Costa Rica, único país del mundo que no tiene ejército.
Él imaginó un nuevo relato del Génesis bíblico : el nacimiento de una civilización realmente planetaria en la cual la especie humana se asume como especie, junto con otras especies, con la misión de garantizar la sostenibilidad de la Tierra y cuidar bien de ella así como de todos los seres que en ella existen. He aquí lo que él llamó el "Nuevo Génesis".
"Y vio Dios que todas las naciones de la Tierra, negras y blancas, pobres y ricas, del Norte y del Sur, del Oriente y del Occidente, de todos los credos, enviaban a sus emisarios a un gran edificio de cristal a orillas del río del Sol Naciente, en la isla de Manhattan, para estudiar juntos, pensar juntos y juntos cuidar del mundo y de todos sus pueblos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el primer día de la Nueva Era de la Tierra.
Y vio Dios que los saldados de la paz separaba a a los combatientes de las naciones en guerra, que las diferencias se resolvían mediante la negociación y el raciocinio y no por las armas, y que los líderes de las naciones se encontraban, intercambiaban ideas y unían sus corazones, sus mentes, sus almas y sus fuerzas para el beneficio de toda la humanidad.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el segundo día del Planeta de la Paz.
Y vio Dios que los seres humanos amaban a la totalidad de la Creación, las estrellas y el sol, el día y la noche, el aire y los océanos, la tierra y las aguas, los peces y las aves, las flores y las plantas y a todos sus hermanos y hermanas humanos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el tercer día del Planeta de la Felicidad.
Y vio Dios que los seres humanos eliminaban el hambre, la enfermedad, la ignorancia y el sufrimiento en toda la Tierra, proporcionando a cada persona humana una vida decente, consciente y feliz, controlando la avidez, la fuerza y la riqueza de unos pocos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el cuarto día del Planeta de la Justicia.
Y vio Dios que los seres humanos vivían en armonía con su planeta y en paz con los demás: gestionado sus recursos con sabiduría, evitando el despilfarro, frenando los excesos, sustituyendo el odio por el amor, la avaricia por el darse por satisfecho, la arrogancia por la humildad, la división por la cooperación y la suspicacia por la comprensión.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el quinto día del Planeta de Oro.
Y vio Dios que las naciones destruían sus armas, sus bombas, sus misiles, sus barcos y aviones de guerra, desactivando sus bases y desmovilizando sus ejércitos, manteniendo sólo una policía de la paz para proteger a los buenos de los malos y a los sanos de los enfermos mentales.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el sexto día del Planeta de la Razón.
Y vio Dios que los seres humanos recuperaban a Dios y a la persona humana como su Alfa y Omega, reduciendo a las instituciones, creencias, políticas, gobiernos y demás entidades humanas a su papel de simples servidores de Dios y de los pueblos. Y Dios los vio adoptar como ley suprema aquélla que dice: "Amarás al Dios del Universo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Amarás a tu bello y maravilloso planeta y lo tratarás con infinito cuidado. Amarás a tus hermanos y hermanas humanos como te amas a ti mismo. No hay mandamientos mayores que éstos".
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el séptimo día del Planeta de Dios.
Si en la puerta del infierno de Dante Alighieri estaba escrito: "Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis", en la puerta de la civilización en la era de la Tierra y del mundo planetizado estará escrito en todas las lenguas que existen en la faz de la Tierra: "No abandonéis nunca la esperanza, vosotros que entráis".
El futuro pasa por esta utopía. Sus albores se anuncian ya.
- Leonardo BOFF / 19-abril-2013
Tenemos, por lo tanto, que intentar todo para no llegar demasiado tarde al verdadero camino que podrá salvarnos. Ese camino pasa por el cuidado, por la sostenibilidad, por la responsabilidad colectiva y por un sentido espiritual de la vida.
Me valgo de las palabras inspiradoras de Oscar Wilde, el conocido escritor irlandés, que dijo acerca de la utopía : "Un mapa del mundo que no incluya la utopía no es digno de ser mirado, pues ignora el único territorio en el que la humanidad siempre atraca, partiendo enseguida hacia una tierra todavía mejor... El progreso es la realización de utopías".
Pertenece al campo de la utopía proyectar escenarios esperanzadores. Vamos a presentar uno, de Robert Muller, alto funcionario de la ONU durante 40 años, que fue llamado también "ciudadano del mundo"" y "padre de la educación global". Era un hombre de sueños, uno de ellos realizado al crear y ser el primer rector de la Universidad de la Paz, creada en 1980 por la ONU en Costa Rica, único país del mundo que no tiene ejército.
Él imaginó un nuevo relato del Génesis bíblico : el nacimiento de una civilización realmente planetaria en la cual la especie humana se asume como especie, junto con otras especies, con la misión de garantizar la sostenibilidad de la Tierra y cuidar bien de ella así como de todos los seres que en ella existen. He aquí lo que él llamó el "Nuevo Génesis".
"Y vio Dios que todas las naciones de la Tierra, negras y blancas, pobres y ricas, del Norte y del Sur, del Oriente y del Occidente, de todos los credos, enviaban a sus emisarios a un gran edificio de cristal a orillas del río del Sol Naciente, en la isla de Manhattan, para estudiar juntos, pensar juntos y juntos cuidar del mundo y de todos sus pueblos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el primer día de la Nueva Era de la Tierra.
Y vio Dios que los saldados de la paz separaba a a los combatientes de las naciones en guerra, que las diferencias se resolvían mediante la negociación y el raciocinio y no por las armas, y que los líderes de las naciones se encontraban, intercambiaban ideas y unían sus corazones, sus mentes, sus almas y sus fuerzas para el beneficio de toda la humanidad.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el segundo día del Planeta de la Paz.
Y vio Dios que los seres humanos amaban a la totalidad de la Creación, las estrellas y el sol, el día y la noche, el aire y los océanos, la tierra y las aguas, los peces y las aves, las flores y las plantas y a todos sus hermanos y hermanas humanos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el tercer día del Planeta de la Felicidad.
Y vio Dios que los seres humanos eliminaban el hambre, la enfermedad, la ignorancia y el sufrimiento en toda la Tierra, proporcionando a cada persona humana una vida decente, consciente y feliz, controlando la avidez, la fuerza y la riqueza de unos pocos.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el cuarto día del Planeta de la Justicia.
Y vio Dios que los seres humanos vivían en armonía con su planeta y en paz con los demás: gestionado sus recursos con sabiduría, evitando el despilfarro, frenando los excesos, sustituyendo el odio por el amor, la avaricia por el darse por satisfecho, la arrogancia por la humildad, la división por la cooperación y la suspicacia por la comprensión.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el quinto día del Planeta de Oro.
Y vio Dios que las naciones destruían sus armas, sus bombas, sus misiles, sus barcos y aviones de guerra, desactivando sus bases y desmovilizando sus ejércitos, manteniendo sólo una policía de la paz para proteger a los buenos de los malos y a los sanos de los enfermos mentales.
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el sexto día del Planeta de la Razón.
Y vio Dios que los seres humanos recuperaban a Dios y a la persona humana como su Alfa y Omega, reduciendo a las instituciones, creencias, políticas, gobiernos y demás entidades humanas a su papel de simples servidores de Dios y de los pueblos. Y Dios los vio adoptar como ley suprema aquélla que dice: "Amarás al Dios del Universo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Amarás a tu bello y maravilloso planeta y lo tratarás con infinito cuidado. Amarás a tus hermanos y hermanas humanos como te amas a ti mismo. No hay mandamientos mayores que éstos".
Y dijo Dios: "Eso es bueno". Y ése fue el séptimo día del Planeta de Dios.
Si en la puerta del infierno de Dante Alighieri estaba escrito: "Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis", en la puerta de la civilización en la era de la Tierra y del mundo planetizado estará escrito en todas las lenguas que existen en la faz de la Tierra: "No abandonéis nunca la esperanza, vosotros que entráis".
El futuro pasa por esta utopía. Sus albores se anuncian ya.
- Leonardo BOFF / 19-abril-2013
miércoles, 17 de abril de 2013
"VERSOS POR ESPIGAR" : ASTENIA VITAL / Javier CALDERÓN ÁVILA
ASTENIA
VITAL (29-setiembre-2012
El tiempo es infinito e inconmensurable,
toda experiencia acumulada es llama existencial,
descanso para la fatiga y antídoto para el mal,
ardiente brújula que trasciende en los sueños.
Con la naturaleza abatida y las llagas lacerantes
los huesos se resisten a seguir trotando,
temblando el cuerpo como oscila la noche ilusoria,
la cadencia es lenta por desgaste vivencial.
Cabizbajo y centrado en el trajín reminiscente
lamentando el repentino y fugaz atardecer,
hablando para adentro y murmurando la aversión,
lánguidos suspiros huyen / liberados de la entraña
Su cuerpo es un tétrico rosario de dolores,
exclamando redención por la vida que se extingue,
recuerdo memorable al cantar proezas juveniles
como el agua del oasis que fluye como lava delirante.
Con la tez ajada y arrugas muy marcadas
con adusto compungido y mirada taciturna,
camina muy pausado pero se desliza por el mundo
desafiando tenazmente el temporal de añoranzas.
El signo peculiar de la experiencia es el pelo cano
primavera que florece en la santa letanía,
maldiciendo en secreto la impotencia y apatía
reclinado sutilmente en el mutismo condenable.
La fogosa embriaguez de juventud se esfumó,
la furia de la tarde resume hacia la noche,
las gotas sudorosas se quemaron en el desierto,
los rayos refringentes embotaron la razón.
Satisfechos de la misión encomendada
los errores y fracasos dejaron cicatrices en el alma,
el estoicismo y presagio oportuno fue la panacea,
los años contraídos, es inicio de una nueva vida.
martes, 16 de abril de 2013
ROCA DE CONVICCIÓN EN UN OCÉANO ROJO / Por Alexander JORDAN
(LA ERA DE LOS FAMOSOS CARDENALES, incluso RICHELIEU)
¿EN QUÉ lugar del mundo se celebra una manifestación de
una iglesia triunfante en medio de un pueblo fervorosamente devoto?
Lo sorprendente es que se trata de la Varsovia
comunista, en el mes de junio del año de gracia de 1971, y que el hombre que
avanza bajo el palio (fiesta del Corpus Christi) no es otro que el cardenal
Stefan Wyszinski, arzobispo metropolitano de Gniezno y Varsovia, Primado de
Polonia. Y aún es más sorprendente que a la mitad del recorrido de la
procesión el Cardenal se detenga para pronunciar un sermón en el que ataca al
Gobierno comunista de su país.
“Hijos míos”,
dice utilizando una fórmula que ahora muchos estiman anticuada, pero que él
sigue usando por sentirse realmente un verdadero pastor de su rebaño, “como
nación protegida de Dios, unida por los lazos de la fe, deseamos trabajar en
paz para satisfacer nuestras necesidades, que son numerosas, pero que serán
satisfechas antes y de manera mejor cuando todos tengamos la conciencia de ser
auténticos ciudadanos a los que se reconozcan y respeten unos derechos básicos
entre los que figuran los de los católicos de Polonia. Si la Iglesia ha sido
maltratada en el pasado, la primera medida para lograr ahora una total
normalización debe ser la de reparar los errores cometidos y las injusticias
inferidas a los creyentes”.
Ciertamente,
la Iglesia ha sido maltratada en Polonia. Cuando, al terminar la segunda guerra
mundial, los comunistas se hicieron con el poder, su propósito patente era
eliminar las creencias religiosas. De
igual manera que en el resto de Europa
Oriental, en Polonia se inició una era de persecuciones. En un sistema en que el Gobierno controla
toda la actividad económica y –lo que es quizá más importante para el hombre
común- la concesión de viviendas, las oportunidades que se les ofrecían a los
comunistas eran ilimitadas. No fueron raros los casos de violencia física
contra los sacerdotes. Igual que Stefan Wyszinski fueron encarcelados los
cardenales Mindszenty de Hungría, Stepinac de Yugoslavia y Beran de
Checoslovaquia. Pero en ningún país
volvió a resurgir la Iglesia como lo ha hecho en Polonia, donde es hoy aún más
fuerte que antes de la guerra.
Lo que
principalmente diferenció el caso de Polonia de los demás fue la personalidad y
la profunda vocación del cardenal Wyszinski. Stefan Wyszinski nació el 3 de
agosto de 1901 en la aldea de Zuzela, en Polonia central. Hijo de un organista
de iglesia, a los cinco años Stefan le dijo a su madre en cierta ocasión : “He
soñado que me había casado y había constituido una familia. Pero eso es
imposible. !Tengo que ser sacerdote!”
Y podía haber
añadido, como ferviente patriota que ha sido durante toda su vida, que tenía
que ser un sacerdote polaco. En 1909, cuando Polonia estaba todavía dividida
entre Prusia, Austria y el Imperio Ruso, había en el parque Saski de Varsovia
un gran montón de piedras que los niños rusos y polacos utilizaban para sus
batallas. El pequeño Stefan era el cabecilla de los muchachos polacos. Vestido
de una camisa blanca sobre la que flameaba una corbata roja, enarbolaba una
improvisada bandera polaca y la plantaba con ademán desafiante en la cima del
montón de piedras, único territorio polaco “liberado” en aquella época. Mucho
después, cuando el levantamiento de Varsovia de 1944, tuvo el orgullo de servir
de capellán con las tropas de Resistencia polacas que combatían en las afueras
de la capital.
En los
primeros tiempos de su carrera, su mala salud estuvo a punto de frustrar su
vocación sacerdotal. Cuando estaba en el
seminario durante la primera guerra mundial, enfermó de tuberculosis y no se
pudo ordenar con sus compañeros de curso. Al fin, al cumplir los 23 años,
recibió las órdenes y celebró su primera misa el el santuario de Jasna Gora,
cerca de Czestachowa, templo de la amada Virgen Negra de Polonia. El reverendo
Wyszinski se convirtió pronto en uno de los más eruditos escritores católicos :
tiene hasta la fecha cerca de 250 publicaciones entre libros, ensayos y
artículos.
En 1946 fue
consagrado Obispo de Lublin y tres años después elegido arzobispo de Gniezno
(la diócesis más antigua de Polonia, creada en el año 966) y de Varsovia. Cuando en 1953 ascendió al
cardenalato, la tensión entre la Iglesia y el Gobierno polacos eran muy grande
y el régimen no le permitió ir a Roma para asistir a la ceremonia de su
consagración.
Poco tiempo
después la policía política se presentó en su residencia de Varsovia para
detenerlo. Baca, el perro pastor blanco del cardenal, acudió en defensa de su
amo y mordió a uno de los agentes policíacos. Antes de que se lo llevasen, con
la única compañía de un breviario y un rosario, el Cardenal ordenó
inmediatamente que llamaran a una monja para que curase la herida del policía.
Para aislarlo
totalmente del mundo exterior, lo fueron llevando luego de un extremo a otro de
Polonia, confinándolo en cuatro prisiones distintas bajo guardia reforzada.
Pero su rebaño no lo olvidó. Cuando se celebró la fiesta de la consagración de
la nación polaca a la fe católica, se reunieron en el santuario de la Virgen
Negra de Czestochowa miles de peregrinos, muchos de los cuales habían tenido
que andar cientos de kilómetros para llegar al templo. En las inmediaciones del
santuario se había colocado el trono del Primado, en el que unas cuantas rosas
rojas simbolizaban la presencia entre la muchedumbre del Cardenal encarcelado.
En octubre de
1956, meses después de los violentos disturbios que se extendieron por todo el
país, el Gobierno, puesto en situación difícil, envoi a dos de sus ministros
para que visitasen al Cardenal en la cárcel y le pidieran que volviese a
Varsovia, a lo que él accedió. Aunque el Gobierno intentó mantener en
secreto el momento de su llegada a la
capital, la noticia cundió rápidamente por Varsovia y una multitud delirante
de miles de personas lo aclamó en la estación. A los ojos del pueblo de
Varsovia, el regreso de Wyszinski representaba una victoria en pro de la futura libertad de Polonia.
Desde
entonces el cardenal Wyszinski ha trabajado infatigablemente para mantener la
Iglesia despierta y activa. En 1957, el año siguiente a su liberación,
pronunció 576 conferencias y sermones. Diariamente trabaja en las oficinas de la
arquidiócesis de Varsovia, instaladas en
un palacio del siglo XVII donde la paz y el silencio son sólo perturbados de
tarde en tarde por el callado paso de alguna figura vestida de negro. El
Cardenal encaja perfectamente en este ambiente. De estatura media, erguido y
delgado, sus ojos de un azul acerado refulgen en la palidez del rostro. Su
característica señera es la serenidad :
un apacible desapego de todas las pequeñeces y vanidades superficiales
que suelen regir las relaciones humanas.
Aunque el
pueblo ve en su ecuánime y firme Cardenal a un caudillo nacional, a un hombre
tan identificado con su país como lo estuvieron de Gaulle con Francia y Gandhi
con la India, Wyszinski insiste
terminantemente en que él no desempeña ningún papel en la política secular y
apoya su posición en la creencia inconmovible de que todo gobierno humano es
transitorio, mientras que la Iglesia es eterna. En el mes de junio de 1971
declaró : “No comprometeremos la verdad ni los plenos derechos de la Iglesia
para lograr unos beneficios pasajeros… La Iglesia tiene mucho tiempo por
delante… hasta la consumación de los siglos”.
Como han
comprobado los dirigentes comunistas de Polonia, no es fácil derrotar en una
lucha política a un hombre que piensa en términos de eternidad. El mismo
Wyszinski alude a la fortaleza que le da este pensamiento contando la
siguiente anécdota:
“Cuando los
Nazis estaban invadiendo a Polonia, me encontré en un camino con una unidad del
Ejército polaco. Un soldado me pidió confesión y ambos nos metimos en una zanja
para defendernos de los aviones alemanes que ametrallaban a la gente aglomerada
en la carretera. Mientras escuchaba la confesión, me fijé en un campesino que
con toda calma seguía trabajando en un campo distante sólo unos pocos metros
del caos que reinaba en la carretera. Al terminar mi misión, me acerqué al
labriego y le pregunté :
“- ¿Cómo es
posible que pueda usted seguir trabajando cuando todo el mundo huye y no hay
más que destrucción a su alrededor? !No creo que nadie más que usted conserve
aquí la calma!
“El campesino
contestó:
“-Yo aro y
siembro. Si no recojo la cosecha, otros la recogerán. Mi granero puede
incendiarse, pero el grano que ha caído en el suelo está seguro y crecerá en su
día”.
Hablando
recientemente a un grupo de jóvenes sacerdotes, Wyszinski les contó la historia
y añadió luego : "En torno suyo caían las bombas y tableteaban las
ametralladoras, pero el hombre seguía con su trabajo… Sed como él. Sembrad la
palabra de Dios en el alma de los hombres como lo hicieron Cristo y sus
apóstoles”.
El mismo
Cardenal ha continuado “sembrando”, aun cuando a su alrededor caían las
peligrosas bombas de una ideología hostil. En una de sus apariciones ante el
público durante la crisis entre el Estado y la Iglesia, el Cardenal especificó
que hablaba “para los creyentes y para los no creyentes, y para los que se
hallan aquí cumpliendo con su deber”, con lo que aludía a la presencia de los
agentes de la policía secreta que vigilaban las palabras del Primado para ver
si pronunciaba alguna frase “subversiva”. Cuando después del servicio el
Cardenal atravesaba la nave central saludando a sus amigos y bendiciendo a la
congregación, se le acercaron dos hombres con ceñidos impermeables, que
indudablemente se hallaban allí “en cumplimiento de su deber”, y se
arrodillaron ante él besándole la mano mientras uno de ellos murmuraba:
-!Perdónenos
, ilustrísima!
A lo que el
Cardenal respondió:
-Recibid mi
bendición, hijos míos.
Durante los
años de persecución, Wyszinski mantuvo la misma fe inconmovible y serena. En la
actualidad el régimen trata al Cardenal con profunda deferencia, aunque
continúa molestando a los católicos practicantes. La presión oficial se
manifiesta desde cursos para la enseñanza del ateísmo hasta la publicidad que
los funcionarios del Partido dan a las irregularidades de conducta de los
sacerdotes a fin de desacreditar a la Iglesia, a la que por otra parte se
asignan también pesados impuestos que algunas parroquias no pueden a veces
pagar. Sin embargo, el Cardenal proclama orgullosamente que la Iglesia polaca,
aunque es más pobre en bienes mundanales que la de otros países, es en cambio
más rica en fe, lo que es ciertamente verdad.
Muchos de los
altos funcionarios del partido siguen manteniendo secretas relaciones con la
Iglesia. Con comunismo o sin él, la ceremonia religiosa, a los ojos de la
mayoría de los polacos, sigue siendo todavía lo que hace válido el matrimonio.
Los
funcionarios del Gobierno, por ejemplo, celebran frecuentemente una ceremonia
civil pública, que repiten luego furtivamente en alguna iglesia alejada.
Todas estas
presiones que aún sigue ejerciendo el régimen, quizá sean aliviadas por Edward
Giereck, dirigente del partido comunista polaco desde diciembre de 1970, que ha
afirmado que “tanto los creyentes como los no creyentes construirán juntos a
Polonia”y ha prometido restaurar los derechos de la Iglesia sobre algunos
bienes eclesiásticos que antiguamente poseía.
Bajo
Wyszinski y Gierek Polonia sigue siendo una nación tanto católica como
comunista.
Esto es lo
que ha logrado el cardenal Stefan Wyszinski, que en la lucha por la
coexistencia ha demostrado también la falsedad del lema “antes rojo que
muerto”, ya que ni él ni su rebaño son rojos ni están muertos, aunque los
comunistas gobiernen el país. Wyszinski y sus fieles han logrado el
sorprendente éxito de perseverar con armas que no pueden medirse en
megatoneladas : la fe y el valor.
En esto deben
meditar hoy no sólo los católicos, sino también muchos intelectuales y
dirigentes políticos de Occidente.
EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA...
DE "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"
OH DIOS, fuerza del débil,
consuelo del afligido,
amigo del solitario:
no dejes que la pena
abrume a tus hijos,
ni la angustia del corazón
les separe de Tí.
Concédeles que en
la paciencia de la esperanza
y la compañía de Cristo
puedan seguir a tu servicio
y viviendo santamente,
hasta que finalmente
alcancen plenitud de vida
ante tu rostro,
por Jesucristo Nuestro Señor.
-Anónimo
viernes, 12 de abril de 2013
CITAS CITABLES
NO HAY verdad que yo tema o desee ocultar.
-Thomas Jefferson
CUALQUIER POLÍTICA internacional, por ingeniosa
que sea, está condenada al fracaso si sólo vive en
la mente de unos cuantos y no arraiga en ningún
corazón.
-Henry Kissinger
HAY DOS clases de libertad : la falsa, en que el hombre es libre de hacer lo que le plazca; y la verdadera, cuando dispone de autonomía de acción para cumplir con su deber.
-C. K.
-Thomas Jefferson
CUALQUIER POLÍTICA internacional, por ingeniosa
que sea, está condenada al fracaso si sólo vive en
la mente de unos cuantos y no arraiga en ningún
corazón.
-Henry Kissinger
HAY DOS clases de libertad : la falsa, en que el hombre es libre de hacer lo que le plazca; y la verdadera, cuando dispone de autonomía de acción para cumplir con su deber.
-C. K.
¿ES VIOLENTO EL HOMBRE POR NATURALEZA? / Por Robert ARDREY
Es muy
posible que el destino de nuestra especie dependa de que aprendamos a
reconciliar dos impulsos contradictorios : la tendencia biológica al orden y la
propensión humana –que aumenta a medida que crece el número de personas- a la
violencia.
EN 1958, el
Instituto de Salud Mental de Washington, el sicólogo John Calhoun decidió
estudiar los resultados de la sobrepoblaciٕón en un grupo de ratas, para lo
cual hizo un experimento con cuatro jaulas intercomunicadas. Las dos jaulas de
los extremos no tenían más que una entrada que podía custodiar una robusta rata
macho, y dentro de cada una había sendos harenes de hembras, que construyeron
sus nidos con gran tranquilidad. Por otro lado, las dos jaulas centrales, con
dos accesos cada una, no se podían custodiar tan bien y se convirtieron en el
centro de una actividad social sin barreras. A medida que la población fue
aumentando, la interrelación de los individuos de las jaulas centrales se
convirtió en una pesadilla animal. Apareció en ellas la estructura de clases
que era de esperar en condiciones de sobrepoblación: los machos dominantes, una
clase media no beligerante y el grupo de los totalmente subordinados. Pero
cuando la sobrepoblación llegó a cierto punto crítico, surgió otra clase cuya
existencia nadie hubiera sido capaz de predecir : un grupo subordinado muy
activo y esencialmente criminal, que a veces actuaba en pandillas. Lo más
sorprendente era su tendencia a un tipo de conducta que sólo puede calificarse
de violación. La rata macho normal sigue un complejo ritual intuitivo cuando
corteja a la hembra, pero las ratas criminales prescindieron en absoluto de
toda ceremonia, persiguiendo a las hembras hasta sus madrigueras y llegando a
veces a pisotear y a matar fríamente a las crías, a las cuales se comían una
vez satisfecho su impulso sexual.
Los experimentos de Calhoun fueron muy
comentados, incluso en sus horripilantes consecuencias humanas, pero apenas se
ha mencionado una de sus observaciones más importantes : a las ratas les
encantaban las jaulas centrales. Las hembras, en especial, parecían incapaces
de resistir la excitación de la estrecha relación social. Casi todas las
protegidas hembras de los harenes iban a las jaulas centrales en busca de
alimento y de actividad sexual, y allí su conducta no era diferente del
proceder de las otras ratas.
Imposible alcanzar la cumbre.
Nadie niega que la sobrepoblación ejerce también sobre la conducta humana
profundos efectos, que se han puesto especialmente de relieve desde hace medio
siglo. Hasta que se produjo el desaforado crecimiento de las ciudades,
disponíamos de espacio suficiente. Desde luego competíamos (como siempre
competirán los hombres) por los bienes tradicionales : territorio, riqueza y
posición social, pero, mientras tuviéramos espacio abundante, todos podíamos
aspirar a disfrutar de un trozo de terreno protegido por una valla.
Sin embargo, en la actualidad vemos cómo las
satisfacciones se nos escapan a medida que aumenta la concentración humana y,
en vez de pretender dominar un trozo de espacio, queremos avasallar a nuestros
semejantes. Al tener que competir, como es inevitable, por un número cada vez
menor de posiciones de dominio, las personas dominantes encuentran que su
agresividad es cada vez más incontenible. Igualmente grave es el problema de
las clases inferiores. Cuando los seres humanos trabajaban la tierra con un
azadón y movían el carbón con pala, cortaban el heno con guadaña y acarreaban
haces de leña a la espalda, las personas conservaban su dignidad, aunque su
cerebro no fuese muy brillante. Pero en nuestra sociedad actual, tan organizada
y provista de complejos medios tecnológicos, esos tipos de trabajo elemental
han desaparecido.
Ahora la dificultades y angustias de la vida
urbana obligan a todo ciudadano a tomar conciencia de su propia naturaleza :
esto es, de que nunca hemos sido ni seremos iguales, de que nos soportamos por
obligación más que por devoción y de que somos seres agresivos que nos
entregamos fácilmente a la violencia. Y todas estas verdades nos resultan
demasiado desagradables.
Pero nuestras ciudades no son campos de
concentración. De igual modo que las ratas de Calhoum decidían libremente tomar
su comida en las congestionadas jaulas centrales, nosotros habitamos en las
ciudades por nuestra libre voluntad; al hacerlo, las sobrepoblamos hasta un
extremo que puede llegar a destruir la misma estructura social y a producir por
último la desintegración de las urbes. Ningún ejemplo es más evidente que el de
la violencia y el terror que han invadido las ciudades norteamericanas.
Un
mundo canceroso. ¿Por qué buscamos las “jaulas centrales”? Esta paradoja se
explica mediante las tres poderosas necesidades innatas que mueven tanto a los
seres humanos como a los demás animales superiores. La primera y la más fuerte
es la busca de la propia identidad, esto es, de lo opuesto al anonimato. La
segunda consiste en la estimulación, que se opone al aburrimiento. Y la tercera
es la seguridad, a la que se opone la angustia. El logro de la seguridad
económica, con la resultante desaparición de la angustia, están creando, en
grado creciente, la sociedad de los aburridos. Pero esta sociedad del tedio no
sería una realidad total si no nos hallásemos también en una anónima sociedad
que en gran parte nos priva de toda ocasión de lograr una identidad verdadera.
De este modo, la imposibilidad de conseguir
nuestra identidad, en un plano superior, y el logro de la seguridad, en el
plano inferior, nos sitúan, a nuestro pesar, en la esfera del aburrimiento
insoportable, del que sólo podemos escapar por medio de la estimulación. La
violencia, como la pornografía y otras experiencias sensoriales, constituye un
medio de estimulación que excita tanto al violador como al violado, ya sea
mediante furia gozosa del uno o por la
temerosa rabia del otro. Una sangrienta revuelta urbana vale más que todos los
circos que ofrecían a sus pueblos los emperadores romanos. Y como toda otra
forma de choque sensual, la violencia, para conservar su valor de estímulo,
debe alcanzar niveles de expresión cada vez más intensos o de mayor novedad. El
ser humano es un animal tan adaptable que se habitúa con demasiada facilidad a
cualquier situación. Pero así
como toda experiencia
sensorial nueva satisface únicamente nuestra necesidad de
estimulación, las experiencias violentas tienden también a satisfacer el deseo
de identidad. Los violentos se ganan el aplauso de las muchedumbres, y ya sea
este aplauso el elogio de los colaboradores o la condena de los antagonistas,
el mundillo de la violencia alcanza su reconocimiento. Dentro de su mundo
canceroso, florece una nueva camaradería y un nuevo tipo de comunicación, desaparece
el anonimato y de nuevo resulta posible lograr una identidad.
El
contrato social. Sin embargo, al
buscar la identidad mediante la violencia, estamos sembrando la semilla de
nuestra propia destrucción. Por definición, la agresividad es la prosecución
decidida del propio interés. La violencia, en cambio, es el intento de
satisfacer el interés propio mediante la fuerza o la amenaza de la fuerza.
Ambas cosas no son iguales. Sin las tendencias agresivas, que son fuerzas
innatas, sería imposible la supervivencia en el mundo natural, pero la
supervivencia impone de igual modo límites a la agresión. Por ello las diversas
especies animales han llegado a establecer distintos códigos de normas que
favorecen al agresivo, pero van en contra del violento, normas que yo llamo el
contrato social. El problema actual del hombre no consiste en ser agresivo,
sino en que está rompiendo sus propias normas : al ejercer la violencia estamos
pasando por alto el contrato social.
La violencia humana se expresa en dos formas
muy distintas: las luchas dentro de los grupos sociales y las luchas entre
sociedades organizadas. Esta segunda es la guerra, que en la actualidad no
admite vencedores o termina en tablas. Como ninguno de estos resultados es satisfactorio, la
violencia humana, que hasta hace poco se expresaba en el campo de batalla, está
invadiendo ahora las calles de las ciudades.
Para comprender este sustitutivo civil de la
guerra –la revuelta, el sabotaje y el asesinato- debemos analizar primero
cuidadosamente el concepto de forastero. El rechazo social del forastero es una
característica tan extendida como la que más entre las especies de tipo social.
Los miembros de un reducido grupo de conocidos saben qué esperar de cada uno, y
en su seno es fácil establecer el orden necesario, pero el forastero plantea un
problema y, si su intromisión persiste, lo expulsan del espacio social del
grupo y lo atacan físicamente. Ante un intruso, el mono aullador grita, el mono
araña emite un ladrido especial y el león ataca sin más aviso. Parece como si
en todo el mundo animal se extendieran cortinas invisibles entre lo familiar y
lo extraño.
La
ciudad de las diversiones. Como hemos visto, poseemos en nuestra dotación
genética la tendencia a rechazar al forastero de igual modo que propendemos
también a la violencia. La guerra puede estar quizá próxima a abolirse, pero
estas tendencias no se abolirán. Al plantearnos el problema de arreglárnoslas
sin guerras, dirigimos inconscientemente hacia adentro la energía que solíamos
descargar hacia afuera, transformándola en lo que se conoce como violencia
social, que presenta por otra parte el problema de tener que inventarse
“extraños”.
La primera forma de extranjería que
inventamos es la incomunicación entre los que hablan el mismo idioma y
comparten el mismo suelo. En la sociedad actual los blancos y los negros, los
padres y los hijos, los estudiantes y los profesores han demostrado hasta dónde
puede llegar la falta de comunicación, la invención de extraños y la
transformación de una agresividad aceptable en una inaceptable violencia civil.
Los estudiantes y los profesores, por ejemplo, nunca habrían podido llegar en
las luchas universitarias a tal violencia y destrucción si no hubiesen estado
tan cegados por la mutua incomprensión.
Es inevitable que los miembros de un subgrupo
violento alcance cierto estado paranoico cuando tienen que medir sus fuerzas
contra la supremacía de la mayoría. Cualquier sentimiento de injusticia, por
muy real que sea, debe agrandarse hasta el punto donde valga la pena correr el
riesgo de rebelarse. Y sin embargo el hecho es que nos gusta la violencia lo
mismo que a las ratas de Calhoum les gustaba las jaulas centrales. Los
muchachos se divierten peleando con adoquines, y en general todos corremos
hacia el lugar donde ha ocurrido un accidente sin la intención de ayudar en
nada, lo mismo que nos gusta presenciar un incendio o una pelea callejera por
el placer de ver la acción y la destrucción. Los observadores que no reconozcan
este hecho son unos hipócritas y nadie debería permitirse el lujo de serlo. El
que considere el gusto por la violencia como una perversión humana, no ayudará
probablemente en nada a reprimir
nuestras muchas formas de violencia.
Camino
del desastre. Cuando se piensa en la conducta violenta que observamos por
todas partes, no puede uno por menos de llegar a la conclusión lógica de que estamos ante el abismo. Si no somos capaces de vivir
unos con otros, ni tampoco aislados, la aniquilación parece el único camino. Y
sin embargo tal conclusión es superficial, pues el contrato social es un
arreglo que tiene validez biológica y, como el impulso sexual y la diversidad
racial, actúa para preservar las especies con un poder situado más allá de las
preferencias humanas. Lo que está en juego en nuestra época no es la
supervivencia de la humanidad, sino la cuestión de llegar a establecer un orden
social con actos voluntarios.
Las posibilidades parecen buenas, pues en
toda la Naturaleza se advierte una inclinación en favor de dicho orden. Entre
los animales, los tratados se cumplen. Los mandriles, por ejemplo, no se matan
unos a otros en guerras suicidas, y los leones y los elefantes limitan sus
crías a fin de no agotar el medio en que habitan. Esta conducta animal es un
claro ejemplo de la preferencia por el orden logrado por vías naturales.
Hay que reconocer que la existencia de
subgrupos violentos amenaza nuestra moderna sociedad, pero al mismo tiempo la
complejidad de nuestra interdependencia social amenaza a su vez la
supervivencia de esos grupos. El animal social no puede soportar vivir aislado
y mucho menos puede sufrirlo el hombre moderno.
Antes de que sobrevenga un desorden social
completo, la previsión humana combinada con nuestra necesidad biológica de
orden, debería imponerse. La incógnita es cuándo. ¿Seremos capaces de evitar a
tiempo el camino que nos lleva al desastre?
Para que esto sea así, a costa de cualquier
sacrificio tendremos que aceptar ciertos reajustes cediendo algunos de los
derechos que creemos sagrados. Deberemos dar importancia a quienes ahora se la
negamos; encauzar nuestra actividad violenta mediante actos en los que
tradicionalmente se tolera cierta agresión, como las negociaciones; procurar
corregir las injusticias auténticas que laten en el fondo de esos arreglos
violentos que parecen tan respetables, y condenar el aplauso social a los
agresores.
¿Y si no lo hiciéramos, por faltarnos
voluntad o perspicacia para ver a tiempo lo que nos espera?
Hace pocos años el eminente periodista e
historiador norteamericano Theodore White escribió un sencillo comentario,
digno de ser estampado en las monedas de todas las democracias: “Si los hombres
no pueden ponerse de acuerdo para gobernarse a sí mismos, alguien tendrá que
dirigirlos”.
Si no tenemos ni la previsión ni la voluntad
necesarias, el día menos pensado descubriremos quién espera en la sombra para
gobernarnos.
LA MÚSICA EN LA MITOLOGÍA CLÁSICA. DIOSES Y HÉROES, SÁTIROS Y NINFAS
La antigüedad
clásica invirtió gran parte de su tiempo en mostrarnos lo que la música puede
llegar a mover en el corazón de los hombres, y cómo no, en el de los
caprichosos y voluptuosos dioses. En este sucinto resumen repasaremos los
descubrimientos musicales más importantes de la mitología clásica y reconoceremos
a sus protagonistas principales.
Apolo y
Dionisio son dos dioses que representan concepciones opuestas del arte, de la
vida, de la música. Apolo es el hijo preferido de Zeus, dios de la luz, de la
justicia y la verdad, de la adivinación, de la música y la poesía. Su
instrumento es la lira. Dionisio es el dios de las fuerzas primitivas de la
naturaleza, del vino, de la danza. En sus ritos se realizaban violentas danzas,
acompañadas de la flauta, carreras por los bosques y persecuciones de animales
salvajes, que terminaban en banquetes
rituales. La contraposición entre los dos dioses y sus instrumentos es un
elemento recurrente en las narraciones mitológicas. La invención de los
instrumentos más representativos de este mundo mítico –la lira y la flauta- nos
ha llegado en diversas narraciones. La lira, que consta de un caparazón de
tortuga con cuernos de cabra, siete cuerdas y un travesaño, fue inventada por
el dios Hermes –aún niño- al tensar algunas cuerdas de tripas de buey sobre el
caparazón –vacío- de una tortuga. Apolo, que buscaba sus bueyes, robados por
Hermes, acepta este instrumento representativo de este dios. Sobre el origen de
la flauta poseemos varias leyendas : una sobre la “flauta de Pan” que consta de
cinco a siete tubos de diferente longitud, unidos en hilera. Otra, sobre la
“flauta doble” (aulos), con dos tubos que se soplaban a la vez, parecida más al
oboe que a una flauta, pues tiene lengüeta doble de caña.
El dios Pan,
dios de los pastores –no demasiado agraciado físicamente- se enamoró de la
ninfa Siringe. La persigue, la tiene ya entre sus brazos, pero ella solicita el
auxilio de las Náyades, sus hermanas. Es transformada en caña en el momento que
Pan la atrapa : ”agarraba las cañas de pantano en lugar del cuerpo de la ninfa,
y, mientras suspiraba allí, los vientos movidos dentro de la caña produjeron un
sonido suave y semejante a la queja”. El dios, “cautivado por el arte nuevo y
por la dulzura del sonido” une entre sí cañas de diferente
longitud, y, desde ese momento, esta flauta, a la que denomina “siringa” en
recuerdo de la ninfa, pasará a ser su instrumento, pues así, dice Pan a su
flauta-ninfa : “permanecerá para mí este diálogo contigo”.
La invención de la
flauta doble o aulos se atribuye a la diosa Atenea. Esta la presenta a los demás
dioses en un banquete. Todos admiran el nuevo instrumento, excepto Hera y Afrodita, que ríen. Atenea no entiende
por qué, hasta que, junto a un arroyo, hace sonar su flauta. Allí ve su rostro
reflejado, y comprende la burla de las otras diosas : sus carrillos se hinchan,
el rostro toma un color morado. Enfadada, arroja lejos de sí la flauta,
maldiciendo a quien la recogiera. Marsias, un sátiro, recogerá esta flauta…
pero de este desafortunado músico hablaremos más tarde.
Competiciones musicales. En la mitología son numerosos los
certámenes, las competiciones musicales entre dioses y hombres, con el triunfo,
por supuesto, de los primeros. La derrota de los segundos supone, como veremos,
algo más que una humillación.
Así sucede a las
Piérides, nueve doncellas, hijas de un rey, que desafiaron a las Musas. Fueron
jueces las ninfas, que consideraron ganadoras a las Musas. Como las Piérides no
aceptaban su derrota, las Musas las convirtieron –irónicamente- en urracas,
“improperios de los bosques”, según Ovidio. También Támiris, hijo del músico
Filamón, desafió a las Musas con su lira. Exigía como premio –si vencía-
unirse, sucesivamente, a las nueve Musas. Es derrotado, y las Musas, irritadas
ante su osadía, le dejan ciego y hacen desaparecer su capacidad musical.
No parece sensato
enfrentarse –musicalmente- con los habitantes del Olimpo. Incluso Apolo, el
dios de la belleza, es más cruel aún que las Musas ante los desafíos. Es retado
por el sátiro Marsias –que había recogido la flauta despreciada, y maldecida, por
Atenea. El premio era hacer el vencedor lo que quisiera con el vencido. Todos
estiman que el vencedor es el dios : tras un comienzo en que el arte de ambos
parece de igual valor. Apolo hace con su instrumento algo que el sátiro no
puede : tocar con la lira en posición invertida… imposible hacerlo con la
flauta. Quizás el dios no jugara limpio, pero fue declarado vencedor. Indignado
Apolo con el sátiro, y como castigo a su atrevimiento, Marsias fue colgado de
un árbol, y despellejado vivo. No termina aquí la venganza del dios. Midas –el
rey que deseó que cuanto tocara se convirtiera en oro-, a pesar del dictamen de
los jueces, opina superior al flautista. Apolo condena a la parte de su cuerpo
culpable del error, y hace que le crezcan una orejas de burro : “no soporta que
las torpes orejas conserven una forma humana, sino que las alarga hacia el aire
y las llena de blanquecino vello y las hace inestables en su base y les da
capacidad de moverse; el resto es de hombre; es condenado sólo en una parte y
es revestido con las orejas de un asno”.
Maestros de música. Podemos aumentar la lista de músicos
con trágico- y repentino- final. Por ejemplo, algunos maestros de música, como
Lino, uno de los músicos míticos de la antigüedad. Era quien enseñaba música a
Hércules, cuando éste era todavía un niño. El futuro héroe no tenía demasiadas
aptitudes musicales, ni, quizás, mucho interés en un arte refinado. Incurría
así en la ira de su profesor, que le reprendía, llegando incluso a pegarle… Mal
asunto con el futuro vencedor de tantas hazañas. El pequeño Hércules terminó cansándose
de su mentor, y, según unas versiones, le rompió la lira en la cabeza,
matándolo. Según otras versiones, le clavó el plectro con el que se tocaba la
lira… sea como fuere, Hércules se quedó sin profesor de música, y emprendió su
carrera como héroe. Alfeo fue un mortal que enseñó a tocar la flauta a Atenea.
Sí, ella aprendió. Pero él se enamoró de la diosa, e intentó forzarla. Zeus le
envió un rayo que acabó con su vida : y es que, en la mitología, un dios sí
puede forzar a un mortal, pero es muy arriesgado intentar lo contrario.
Músicos afortunados.
Pero no todo son desgracias para los músicos del mundo mitológico. Otros, como Museo, curan enfermedades gracias al
poder de su canto. O se ahorran trabajo : Anfión, rey de Tebas, con el sonido de
su lira dirigía las piedras en la dirección que deseara. Así logra, con
facilidad, levantar las murallas de su ciudad.
Arión era un músico
originario de Lesbos. En el viaje de regreso a su patria, tras recorrer –con su
música- Sicilia y el sur de Italia, es atacado por los marineros del barco en
el que viajaba, para robarle. Él les pide que, antes de matarle, le dejen hacer
sonar su música por última vez.
Canta al son de su
lira, y a los dulces sonidos acude un delfín. Arión se arroja al mar, donde es
recogido por donoso mamífero, que le conduce a tierra.
Y quedan todavía otros
músicos : Orfeo, la figura que ha pasado a representar el poder de la música
–capaz de conmover, incluso a las divinidades infernales; las sirenas, que
atraían a los navegantes con su canto; la música del universo que imaginaron –o
sintieron- Platón y Pitágoras.
AUDIOCLÁSICA.
BUSCO UN HOMBRE
MI búsqueda no es
sencilla; a mi paso he visto a muchos hombres pero aún continúo en mi pesquisa,
porque lo que yo deseo es, solamente, un Hombre.
Un Hombre tan seguro de sí que no tema mi plena realización
como mujer y que jamás me considere su rival, sino que seamos eternos
compañeros el uno para el otro.
Un Hombre que conozca mis errores, los acepte y me ayude a
corregirlos; que sepa reconocer mis valores espirituales y que sobre ellos me
ayude a construir mi mundo.
Un Hombre que con cada amanecer me ofrezca una ilusión. Que
alimente nuestro amor con delicadeza; para quien una flor entregada con un
beso, tenga más valor que una joya enviada con un mensajero.
Un Hombre con el que pueda hablar, que jamás corte el puente
de comunicación y ante quien me atreva a decir todo lo que pienso, sin temor a
que me juzgue o a que se ofenda. Y que sea capaz de decírmelo todo, inclusive
que no me ama.
Un Hombre que tenga siempre los brazos extendidos para que
yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada o insegura. Que conozca su
fortaleza y mi debilidad, pero que jamás se aproveche de ellas.
Un Hombre que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien
lo mueva el entusiasmo y ame intensamente la vida. Para quien cada día sea un
regalo inapreciable por disfrutar plenamente, aceptando el dolor y la alegría
con igual serenidad.
Un Hombre que sepa ser siempre más fuerte que los
obstáculos, que no amilane ante la derrota y para quien aun los contratiempos
sean estímulo y no adversidad.
Un Hombre que se respete a sí mismo, porque así sabrá
respetar a los demás. Que no recurra jamás a la burla ni a la ofensa, gestos
que rebajan más a quien los envía que a quien los recibe.
Un Hombre que disfrute dando y sepa recibir. Y que disfrute de cada minuto como si fuere el
último.
Cuando lo encuentre lo amaré intensamente.
…una mujer
Tomado de Palabras que Guían... Para Alguien Especial...
"VERSOS POR ESPIGAR" : COLOSO DE SALPO / Javier CALDERÓN ÁVILA
COLOSO
DE SALPO (18-setiembre-2012)
Al germinar y despertar la inquietud
invoqué admirar el espacio celestial,
al interponerse un portentoso paladín
sólo rocas milenarias se podía percibir.
Un baluarte altivo de cosmología intrínseca,
inmaculado y rebozado de un blanco tul,
contrafuerte afincado en una cima abismal;
Ragache es el nombre del gigante colosal.
De las entrañas del fondo marino / emergió,
llegando a situarse en el pináculo del ande,
vigoroso, vigente y de ondas mitológicas
formado y alineado en el ramal occidental.
Ascendió hacia la cima el zahorí incaico
al místico oráculo de predicción y augurio
líder imponente de cumbres circundantes,
fraternal vecino del reluciente Huascarán.
Ocultaba en su regazo/ un íntimo tesoro,
la ambición desleal y el apetito de voracidad
generó el nefasto hurto y la extinción total;
pese a todo, su corazón ruge como un león.
Alberga atributos en su voluminosa extensión
pirámide triangular, orientada hacia el sol
en su vértice erigida una reverente cruz,
cúspide preferida por su panorámica visión.
Pentagrama acústica que hace eco de su voz,
fortín hercúleo sentado en botín de oro y plata,
santuario paradisíaco de manifestación vital,
mutando su ropaje de acuerdo a la estación.
Su enigma y belleza lo hace acogedor,
deliran las visitas en el bastión monumental,
contagiados por el magnetismo de éxtasis
paradigma de embeleso y de meditación.
Al germinar y despertar la inquietud
invoqué admirar el espacio celestial,
al interponerse un portentoso paladín
sólo rocas milenarias se podía percibir.
Un baluarte altivo de cosmología intrínseca,
inmaculado y rebozado de un blanco tul,
contrafuerte afincado en una cima abismal;
Ragache es el nombre del gigante colosal.
De las entrañas del fondo marino / emergió,
llegando a situarse en el pináculo del ande,
vigoroso, vigente y de ondas mitológicas
formado y alineado en el ramal occidental.
Ascendió hacia la cima el zahorí incaico
al místico oráculo de predicción y augurio
líder imponente de cumbres circundantes,
fraternal vecino del reluciente Huascarán.
Ocultaba en su regazo/ un íntimo tesoro,
la ambición desleal y el apetito de voracidad
generó el nefasto hurto y la extinción total;
pese a todo, su corazón ruge como un león.
Alberga atributos en su voluminosa extensión
pirámide triangular, orientada hacia el sol
en su vértice erigida una reverente cruz,
cúspide preferida por su panorámica visión.
Pentagrama acústica que hace eco de su voz,
fortín hercúleo sentado en botín de oro y plata,
santuario paradisíaco de manifestación vital,
mutando su ropaje de acuerdo a la estación.
Su enigma y belleza lo hace acogedor,
deliran las visitas en el bastión monumental,
contagiados por el magnetismo de éxtasis
paradigma de embeleso y de meditación.
jueves, 11 de abril de 2013
FRANCISCO SE DESNUDA PARA CUBRIR LA DESNUDEZ DEL PAPA / Leonardo BOFF
SABEN LOS historiadores que el Papa del tiempo de san Francisco, Inocencio III (1198-1216), llevó el papado a un apogeo y esplendor como nunca lo había habido antes ni lo habrá después. Hábil político, consiguió que todos los reyes, emperadores y señores feudales, con algunas excepciones, fuesen sus vasallos. Bajo su regencia estaban los dos poderes supremos: el Imperio y el Sacerdocio. Ser sucesor del pescador Pedro era poco para él. Se declaró "representante de Cristo", pero no del Cristo pobre, que andaba por los polvorientos caminos de Palestina, profeta peregrino, anunciador de una radical utopía, la del Reino del amor incondicional al prójimo y a Dios, de la justicia universal, de la fraternidad sin fronteras y de la compasión sin límites. Su Cristo era el Pantocrator, el Señor del Universo, cabeza de la Iglesia y del Cosmos.
Esta visión favoreció la construcción de una Iglesia monárquica, poderosa y rica pero absolutamente secularizada, contraria a todo lo que es evangélico. Tal realidad sólo podía provocar una reacción contraria entre el pueblo. Surgieron los movimientos pauperistas, de laicos ricos que se hacían pobres. predicaban por su cuenta el evangelio en la lengua popular: el evangelio de la pobreza contra el fasto de las cortes, de la sencillez radical contra la sofisticación de los palacios, la adoración al Cristo de Belén y de la Crucifixión contra la exaltación de Cristo Rey todo poderoso. Eran los valdenses, los pobres de Lyon, los seguidores de Francisco, de Domingo y de los siete Siervos de María de Florencia, nobles que se hicieron mendicantes.
A pesar de este fasto, Inocencio III fue sensible a Francisco y a los doce compañeros que lo visitaron, desharrapados, en su palacio de Roma, para pedirle permiso para vivir según el evangelio. Conmovido y con remordimientos, el Papa les concedió un permiso oral. Corría el año 1209. Francisco no olvidaría este gesto generoso.
Pero la historia da sus vueltas. Lo que es verdadero e imperativo, llegado su momento de maduración, se revela con una fuerza volcánica. Y se reveló en 1216 en Perugia a donde fue el Papa Inocencio a uno de sus palacios.
Súbitamente el Papa muere después de 18 años de pontificado triunfante. Pronto se oyen los sonidos lúgubres del canto gregoriano provenientes de la catedral pontificia. Se entona el grave planctum super innocencium ("el llanto sobre Inocencio").
Nadie detiene a la muerte, señora de todas las vanidades, de toda la pompa, de toda gloria y de todo triunfo. El ataúd del Papa está frente al altar mayor cubierto de oropeles, joyas, oro, plata y los signos del doble poder sagrado y secular. Cardenales, emperadores, príncipes, monjes y filas de fieles se suceden en la vigilia. El obispo Jacques de Vitry, llegado de Namur y nombrado después cardenal de Frascati, es quien lo cuenta.
Es medianoche. Todos se retiran apesadumbrados. Solamente la luz vacilante de las velas encendidas proyecta fantasmas en las paredes. El Papa, en otro tiempo rodeado de nobles, está ahora solo con las tinieblas. Y de pronto unos ladrones entran sigilosamente en la catedral. En pocos minutos despojan el cadáver de todas las ropas preciosas, del oro, la plata y las insignias papales.
Ahí yace un cuerpo desnudo, ya casi en descomposición. Se hace realidad lo que Inocencio III dejara registrado en un famoso texto suyo sobre "la miseria de la condición humana". Ahora ella se muestra con toda la crudeza en su verdadera condición.
Un pobrecito, sucio y miserable, se había escondido en un rincón oscuro de la catedral para velar, rezar y pasar la noche junto al Papa. Se quitó la túnica rota y sucia, túnica de penitencia, y con ella cubrió las vergüenzas del cadáver ultrajado.
Siniestro destino de la riqueza, grandioso el gesto de la pobreza. La primera no lo salvó del saqueo, la segunda lo salvó de la vergüenza.
Y concluye el cardenal Jacques de Vitry : "Entré a la Iglesia y me di cuenta, con plena fe, de cuán breve es la gloria engañosa de este mundo".
Aquel al que todos llamaban Poverello y Fratello nada dijo ni nada pensó. Sólo hizo. Quedó desnudo para cubrir la desnudez del Papa que un día le aprobara el modo de vida. Francisco de Asís, fuente inspiradora del Papa Francisco de Roma.
- Leonardo BOFF / 11 de abril del 2013
Esta visión favoreció la construcción de una Iglesia monárquica, poderosa y rica pero absolutamente secularizada, contraria a todo lo que es evangélico. Tal realidad sólo podía provocar una reacción contraria entre el pueblo. Surgieron los movimientos pauperistas, de laicos ricos que se hacían pobres. predicaban por su cuenta el evangelio en la lengua popular: el evangelio de la pobreza contra el fasto de las cortes, de la sencillez radical contra la sofisticación de los palacios, la adoración al Cristo de Belén y de la Crucifixión contra la exaltación de Cristo Rey todo poderoso. Eran los valdenses, los pobres de Lyon, los seguidores de Francisco, de Domingo y de los siete Siervos de María de Florencia, nobles que se hicieron mendicantes.
A pesar de este fasto, Inocencio III fue sensible a Francisco y a los doce compañeros que lo visitaron, desharrapados, en su palacio de Roma, para pedirle permiso para vivir según el evangelio. Conmovido y con remordimientos, el Papa les concedió un permiso oral. Corría el año 1209. Francisco no olvidaría este gesto generoso.
Pero la historia da sus vueltas. Lo que es verdadero e imperativo, llegado su momento de maduración, se revela con una fuerza volcánica. Y se reveló en 1216 en Perugia a donde fue el Papa Inocencio a uno de sus palacios.
Súbitamente el Papa muere después de 18 años de pontificado triunfante. Pronto se oyen los sonidos lúgubres del canto gregoriano provenientes de la catedral pontificia. Se entona el grave planctum super innocencium ("el llanto sobre Inocencio").
Nadie detiene a la muerte, señora de todas las vanidades, de toda la pompa, de toda gloria y de todo triunfo. El ataúd del Papa está frente al altar mayor cubierto de oropeles, joyas, oro, plata y los signos del doble poder sagrado y secular. Cardenales, emperadores, príncipes, monjes y filas de fieles se suceden en la vigilia. El obispo Jacques de Vitry, llegado de Namur y nombrado después cardenal de Frascati, es quien lo cuenta.
Es medianoche. Todos se retiran apesadumbrados. Solamente la luz vacilante de las velas encendidas proyecta fantasmas en las paredes. El Papa, en otro tiempo rodeado de nobles, está ahora solo con las tinieblas. Y de pronto unos ladrones entran sigilosamente en la catedral. En pocos minutos despojan el cadáver de todas las ropas preciosas, del oro, la plata y las insignias papales.
Ahí yace un cuerpo desnudo, ya casi en descomposición. Se hace realidad lo que Inocencio III dejara registrado en un famoso texto suyo sobre "la miseria de la condición humana". Ahora ella se muestra con toda la crudeza en su verdadera condición.
Un pobrecito, sucio y miserable, se había escondido en un rincón oscuro de la catedral para velar, rezar y pasar la noche junto al Papa. Se quitó la túnica rota y sucia, túnica de penitencia, y con ella cubrió las vergüenzas del cadáver ultrajado.
Siniestro destino de la riqueza, grandioso el gesto de la pobreza. La primera no lo salvó del saqueo, la segunda lo salvó de la vergüenza.
Y concluye el cardenal Jacques de Vitry : "Entré a la Iglesia y me di cuenta, con plena fe, de cuán breve es la gloria engañosa de este mundo".
Aquel al que todos llamaban Poverello y Fratello nada dijo ni nada pensó. Sólo hizo. Quedó desnudo para cubrir la desnudez del Papa que un día le aprobara el modo de vida. Francisco de Asís, fuente inspiradora del Papa Francisco de Roma.
- Leonardo BOFF / 11 de abril del 2013
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