EL ARTE del contentamiento es la facultad de
sentir que la vida es grata… al menos un día, o incluso una hora. Las fuentes
de tal sentimiento son generalmente las más humildes.
El artista Robert Gibbings fabricó un banco de madera para su jardín, y
escribió al respecto : “Entonces me senté en él, y el aroma de la madera recién
aserrada se mezcló con el del césped acabado de cortar. Un tordo cantaba en el
peral, dos jilgueros hurgaban entre los tulipanes y una mariposa de color
amarillo intenso revoloteaba cerca de mí; y comprendí que al Señor le
parecieran buenas sus obras”.
Henry David Thoreau, sentado en su choza, cerca del lago de Walden, describía
así sus sentimientos al oír la lluvia : “La ligera llovizna que riega mis
frijoles y me obliga a permanecer adentro hoy, no es triste ni melancólica,
sino buena para mí. Pasé algunas de mis horas más placenteras contemplando
largos aguaceros de primavera o de otoño que me tenían recluido en casa,
apaciguado por el ruido y el goteo incesantes; cuando el temprano crepúsculo
vespertino presagiaba una larga noche, en que muchos pensamientos tenían tiempo
de echar raíces y crecer”.
-Edgar Collard, en The Art of Contentment
LOS MÉDICOS modernos aseguran que reír a carcajadas es un magnífico ejercicio.
Cuando emitimos una explosiva risotada, afirman, el diafragma desciende mucho y
los pulmones se expanden, lo cual aumenta considerablemente la cantidad de
oxígeno que entra en ellos. Al mismo tiempo, al dilatarse el diafragma
lateralmente, aplica al corazón un suave y rítmico masaje. Este noble órgano
reacciona latiendo con más fuerza y mayor rapidez. Se acelera la circulación ;
se estimulan el hígado, el estómago, el páncreas, el bazo y la vesícula biliar
: todo el organismo recibe un impulso vigorizante. Ello confirma lo que dijo
hace de 2000 años el sabio griego Aristóteles acerca de la risa: “Es un
ejercicio corporal de inapreciable valor para la salud”.
-Paul Brock, en Manage
LA DEMOCRACIA es el sistema político más frágil y difícil jamás ideado. Su
fragilidad estriba precisamente en que es el régimen que más conviene a la
condición humana misma, y que permite la mayor libertad para todos los
caprichos y emociones, anhelos y necesidades de la persona. La democracia es
difícil de realizar porque los hombres y las mujeres son de condición difícil.
-John Rockefeller, nieto
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