DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"
Dios es nuestro refugio
y nuestra fuerza,
poderoso defensor
en el peligro.
Por eso no tememos aunque
tiemble la tierra, y los
montes
se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen
sus olas, que sacudan
a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos
está
con nosotros, nuestro
alcázar
es el Dios de Jacob.
Salmo: 45
Se puede con frecuencia
observar que las personas que más trabajan, son las que gozan de mejor salud.
Estas personas naturalmente pueden trabajar duro, porque tienen buena salud.
Pero también puede afirmarse que, una de las razones por las que disfrutan de
tan buena salud es porque trabajan fuerte y sobre todo gustan de su trabajo.
Una persona puede arruinar su salud por
trabajar diariamente durante muchas horas. Pero si se evitan estos abusos, el
trabajo emprendido con entusiasmo y gusto puede ser uno de los mejores medios
de conservar la salud y evitar enfermedades.
El trabajo duro, desde el punto de vista
fisiológico proporciona al cuerpo un ejercicio saludable, a la vez que provoca
el apetito y la capacidad de dormir bien por la noche. Pero tal vez más
importante, que esta influencia del trabajo en la salud en general del cuerpo,
es la actitud mental del hombre, que gusta de su trabajo.
Quien gusta de su trabajo encuentra en él una
satisfacción casi completa. De ordinario este tipo de personas son optimistas
ante la vida. Su alma no suele vivir atormentada por grandes preocupaciones. Viven con la sana
ambición de hacer las cosas. Los que viven absorbidos por su trabajo no tienen
tiempo de preocuparse de pequeños dolores o penas. De ordinario éstos se
esfumarán antes de que la persona tenga tiempo de prestarles atención.
El amor al trabajo no es, por supuesto, una
panacea universal. Por su dedicación al trabajo el hombre no queda exento de
guardar las normas comunes en el cuidado de su salud. Ni tampoco elimina el uso
de las medicinas en el grado conveniente. Pero sí es cierto que el trabajo
ayuda, para que las diferentes funciones del cuerpo se realicen de un modo
continuado y armónico.
“Mente sana en cuerpo sano” es el lema clásico
adoptado por los deportistas. Este lema está refrendado por la experiencia, no
sólo de los amantes del deporte, sino también por todos los que consideran al
trabajo corporal más que una necesidad para vivir, un deporte al alcance de todos.
La persona que ama su trabajo goza de salud en
su espíritu. Y recíprocamente, su espíritu proporciona vigor a su cuerpo. Nunca
deberíamos tomar el trabajo diario como algo obligatorio u odioso. Más bien
debemos considerar al trabajo como una ayuda, para vivir una existencia sana y
feliz.
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