MEMORIA VIVA / MEMORIA DE
LOS NOMBRES
Algunas veces
se cae en mi memoria
envejecida
un nombre conocido,
el título de un libro o una
fecha.
Pero hasta ahora nunca
se me olvidó tu nombre.
Te llamas Dios. Dios con
cuatro
letras.
Al nombrarte y quererte,
se pone a amar mi
juventud
entera.
De siempre a siempre
Tú eres eterno y mi memoria
viva.
(De
“Apasionado adiós” Madrid, Vitruvio 2013)
Jesús Mauleón, poeta y cura.
DIOS
Siento a Dios que camina tan
en mí,
con la tarde y en el mar.
Con él nos vamos juntos.
Anochece.
Con él anochecemos,
Orfandad…
Pero yo siento a Dios. Y
hasta parece
que él me dicta no sé que
buen color.
Como un hospitalario, es
bueno y triste,
debe dolerle mucho el
corazón.
Oh, Dios mío, recién a ti me
llego,
hoy que amo tanto en esta
tarde; hoy
que en la falsa balanza de
unos senos,
miro y lloro una frágil
Creación.
Y tú, cuál llorarás… tú,
enamorado
de tanto enorme seno
girador…
Yo te consagro Dios, porque
amas tanto;
porque jamás sonríes; porque
siempre
debe dolerte mucho el
corazón.
César Abraham Vallejo Mendoza, nieto de cura
(1892-1938). Santiago de Chuco- La Libertad- Perú.
Vallejo empieza reconociendo la presencia de Dios en su vida cotidiana, en su ser humano sensible, y lo reconoce como una energía viviente, a la que siente y percibe.
Es un Dios que acompaña al hombre de a pie, no arriba, en el cielo; no en un plano mayor; es un Dios humano dispuesto a asistir y estar en los momentos difíciles.
El poeta insiste y reitera la presencia de Dios. Y manifiesta que es el que le da la vitalidad para continuar (color). Además lo describe como un Ente que cobija a quien le da una connotación altamente humana que siente lo mismo Su creación (imagen y semejanza).
El poeta reconoce la presencia de Dios a partir de una actitud de amor. Un amor que es capaz de ser cuantificado y sentido; y que es en esencia, algo posible de ser destruido.
Ante todo, lo que el poeta ve, como hombre perceptivo, es un Dios que sufre por lo que ha creado sin poder hacer más que contemplar su obra a través del poeta. Sus planetas (tanto seno girador) son los espacios que Dios ama como parte de Su creación. Y concluye el poeta haciendo algo muy ligado a los rituales cristianos: consagrar. C. V. bendice a Dios, pues, como ser vital, como Hombre.
Dios es el Hombre que acompaña altamente solidario, capaz de vencer a la Muerte.
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