viernes, 12 de agosto de 2016

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA

                                                                                                             Caraz

DE: “LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO”

La oración del automovilista

Dame, Dios mío, mano firme y mirada vigilante,
para que a mi paso no cause daño a nadie.

A Ti, Señor, que das la vida y la conservas,
suplico humildemente guardes hoy la mía en todo instante.

Libra, Señor, a quienes me acompañan de todo mal, `
choque, enfermedad, incendio o accidente.

Enséñame también, a hacer uso de mi automóvil,
para remedio de las necesidades ajenas.

Haz, en fin Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad
y que admirando la hermosura de este mundo,
logre seguir y terminar mi camino con toda seguridad.
                                                                       Anónimo.


DOM. XX DEL TIEMPO ORDINARIO

“Vine a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Pero también he de recibir un bautismo y ¡qué angustia siento hasta que se haya cumplido!”…. Lucas 12, 49-53


El Evangelio de Lucas tiene dos partes bien claras.

En la primera nos hace ver que el Evangelio es fuego. El fuego del Espíritu que inquieta a la humanidad para completar la obra de Jesús, proclamando la salvación a todos los hombres.

Jesús nos revela lo que lleva en su corazón: “He venido a prender fuego en el mundo y ojalá estuviera ya ardiendo”.

Sabe el Señor que para llegar al triunfo, Él mismo tiene que pasar por un bautismo de sangre que le cuesta mucho, pero conoce que ésa es su misión. Y Él nos invita también a todos nosotros a dejarnos transformar a través del sufrimiento.

Jesús es consciente de que este fuego, este bautismo de sangre, esta cruz, que Él va a cargar, y también cargarán sus discípulos, supone demasiado sacrificio para que lo acepten todos.

De ahí viene la terrible división que se crea en el mundo por causa del Evangelio.

Hace poco veíamos en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, lo mismo que la anterior de Madrid, cómo aparecen siempre personas a quienes les estorba la luz de Cristo y su misión de paz.

Es que el Evangelio es noticia inquietante y noticia que divide.

En el fondo es algo muy serio, como lo demuestran de manera especial, los mártires en la historia de la Iglesia.

Si antes se nos dijo que debíamos tener los ojos fijos en Jesús, ahora el versículo aleluyático nos advierte que las ovejas de Jesús tienen los oídos atentos para escuchar su voz y seguirlo:
“Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen”.
No olvides, corre con los ojos y oídos puestos en Jesús.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

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