PODEMOS también edificar de manera completamente diversa. Los muros y toda la obra
pueden considerarse como un tema plástico y entonces cabe conceder que el
espacio y las paredes orquesten a contrapunto la estructura. En tal caso, lo
que se halla dentro, entre los muros, siendo algo así como la materia de una
estatua, participa sólo ligeramente de su “piel” – que son aquellos – y se
manifiesta poco a través de ella. La construcción contribuye escasamente a la
forma : su papel apenas pasa del de proporcionarle un apoyo. Ejemplo el más
magnífico de este tipo de edificio lo es el mismo cuerpo humano : el cuerpo
oculta en su interior el esqueleto con el juego de los músculos, revelando uno
y otros tan sólo por insinuaciones, haciendo de ellos, como si dijéramos, tema
de una composición escultórica con libre despliegue de variaciones sobre lo que
hay dentro. Los griegos edificaron así. Sus edificios no eran una forma
resultante de haber vencido la gravedad, como lo son los góticos ; más bien, en
ellos, era la gravedad la que vencía, y su victoria se convirtió en singular
tema artístico. En el dórico esa forma habla como puede hablar en una estatua.
Sería necio tachar de falsa aquella manera de construir. Cierto que partía de
una concepción diferente de la del esqueleto estructurador ; mas era, a su
modo, sincera. Y ni aun hoy está anticuada : en nuestros días tenemos una
relación absolutamente nueva y pura con el bloque, con el contorno delicado y
orgánico, con la jugosa abundancia de los capiteles dóricos, con la melodía,
como de flautas, del acanalado jónico.
En los edificios de
la Antigüedad ,
el espacio es evidentemente poco mayor que el que rodea el perfil de la
escultura, y se condensa en las concavidades para huir por las estrías de las
columnas. Es significativo que muchos de nuestros bellísimos edificios nuevos
de tipo escultórico – por ejemplo los de Mies – no tengan casi paredes
exteriores y están sólo “por necesidad” cerrados mediante paneles de vidrio. En
un sentido más estricto, permanecen abiertos.
-Rudolf SCHWARZ
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