lunes, 1 de octubre de 2012

RACHMANINOV : AUDIOCLÁSICA.


Concierto para Piano Nº 3.
Shine *, la película que narra la vida del pianista David Helfgott, ha sido la causante de una explosión de interés por el Tercer Concierto para Piano de Rachmaninov. En estas páginas exploramos este Everest de los conciertos y admiramos a sus más augustos conquistadores.

   Mi Tercer Concierto –dijo Rachmaninov- fue escrito especialmente para América, y tenía planeado interpretarlo por primera vez en Nueva York, bajo la batuta de Walter Damrosch. Como durante el verano anterior no había dispuesto de mucho tiempo para practicar y no estaba familiarizado con ciertos pasajes, me llevé un piano mudo al barco y practiqué durante el viaje. Fue la primera vez que recurrí a un piano de este tipo, y en esa ocasión demostró ser muy útil.

   La primera gira americana fue diseñada para mostrar las tres facetas de Rachmaninov: compositor, director y pianista. Había aceptadazo a regañadientes, con pocas ganas de dejar su amada Rusia ; pero el dinero ofrecido fue demasiado tentador como para resistirse, y llegaron a un acuerdo. “Yo no quiero ir –escribió a su amigo Nikita Morozov- pero puede que después de América pueda comprarme un automóvil”. La gira comenzó el 4 de noviembre de 1909 en Northampton, Massachusetts, con la Sinfónica de Boston; después se trasladaron a Chicago y Boston antes del estreno del nuevo concierto con la Sinfónica de Nueva York el 28 de Noviembre. Más tarde la obra fue repetida con la Filarmónica de Nueva York dirigida nada menos que por Gustav Mahler. Rachmaninov la estrenó en Rusia en abril de 1910. Rachmaninov dedicó su Tercer Concierto a su amigo de toda la vida Josef Hofmann, a quien consideraba, no sin razón, el mejor pianista de la historia. Curiosamente Hofmann nunca interpretó el Concierto, al menos en público. Fue cedido a una nueva y joven estrella, Vladimir Horowitz, que lo eligió para su concierto de licenciatura en el Conservatorio de Kiev en 1920, cuando tenía 16 años ; desde entonces ha estado estrechamente relacionado con él.

De origen humilde. Para el solista, las páginas iniciales son las más simples de cualquier concierto; las que siguen son las más exigentes de todo el repertorio, entre 36 y 40 minutos en los que no hay apenas un compás en el que el intérprete no esté tremendamente ocupado. Rachmaninov, uno de los más grandes pianistas de la historia, incluye una enorme variedad de desafíos en el teclado, poniendo así la obra al alcance exclusivo de los pianistas más virtuosos. Pero por supuesto es mucho más que una obra de exhibición. Aunque menos conocido por el público que el Segundo en Do menor, el Tercer es una obra mejor, sólidamente construida, de ámbito sinfónico, con una gran riqueza inventiva tanto en la parte orquestal como en la solista. El tema inicial hace su aparición bajo diferentes formas a lo largo de toda la obra, enlazando entre sí los movimientos. Escuche, por ejemplo, las variaciones del vals ingeniosamente sincopadas que suenan en las maderas bajo las semicorcheas del scherzo hacia el final del Intermezzo, el primer tema del finale y su tercer tema también derivan del patrón rítmico de los compases iniciales.

Rachmaninov : no hay tiempo para pérdidas de tiempo. Para la interpretación, Rachmaninov indicó que el concierto debía durar “unos 36 minutos”. Permitiéndose ciertos cortes consentidos por el compositor en el primer y el último movimiento, pocos pianistas entre los más eficaces consiguen acercarse a los 40 minutos, manteniendo al oyente en el borde del asiento y con tiempo todavía para la poesía y la reflexión.

   Los tempos tienden a ser más lentos que hace 50 años ; más de la mitad de las versiones disponibles superan los 40 minutos, pero cualquiera que pase de los 45 es demasiado largo : significan excesivo recreo o una concepción errónea de la obra.

   Hay tres versiones que no se pueden ya encontrar : la de Cyril Smith de 1943 con la Filarmónica de Liverpool y George Weldon ; la de van Cliburn en directo en Carnegie Hall en 1958 con Kondrashin; y la última, la del joven Sergio Tiempo, que da mil vueltas a todos sus rivales en sus interpretaciones en directo.

* ¿ Qué cuenta la película Shine ? La vida del pianista australiano David Helfgott.
¿ Qué tiene de especial Helfgott ? Tras un comienzo de carrera lleno de buenos augurios, Helfgott sufrió una serie de crisis nerviosas que le llevaron a un hospital psiquiátrico. Pero cuando salió rehizo su carrera.
¿ Qué importancia tiene el Tercer Concierto ? Helfgott desarrolló cierta obsesión por esta obra a una edad muy temprana; la interpretó en el Royal College of Music siendo estudiante. Su nueva versión en disco será seguida de una gira internacional.
AUDIOCLÁSICA.

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