Pero, conociéndolo
personalmente y escudriñando suvidanos informamos de algunos datos: Nació en la
provincia andina de Pomabamba (Áncash, Perú) el 3 de septiembre de 1926. Desde
niño se alimentó de las culturas quechua e hispana ; aprendió a comunicarse en
quechua y castellano según el interlocutor ; participó en las fiestas del campo y
de la ciudad ; gozó de los colores y símbolos andinos y costeños porque, como
todo peruano sincero, asumió la realidad mestiza del Perú. Su madre inmigró a
Lima para proteger a su hijo y para buscar nuevo porvenir. Villegas, después de
terminar los estudios de primaria y secundaria en el Colegio Nacional Guadalupe,
Lima, ingresó en la Escuela de Bellas Artes. Hasta que en 1950 viajó a Bogotá
donde obtuvo la beca para el postgrado en Pintura Mural en la Escuela de Bellas
Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Desde entonces su residencia es
Colombia. A Perú llega sólo por exposiciones o por visitas familiares.Sin
embargo, dos cuadros suyos adornan dos importantes lugares de Lima : Túpac Amaru
en el Palacio de Gobierno, Santa Rosa en la Cancillería. Su cuadro Bolívar
también está en el Palacio de Gobierno en Caracas. La
crítica colombiana Marta Traba dice de él : “Es una de las figuras más
representativas de la plástica latinoamericana. Pertenece al grupo que introdujo
la contemporaneidad artística en nuestro país…. Como gestor cultural se le debe
el sueño y la ejecución del Museo de Arte Contemporáneo Bolivariano de Santa
Marta”. En Colombia, con toda justicia, es reconocido al lado de Eduardo Ramírez
Villamizar, Fernando Botero, Enrique Grau, Alejandro Obregón y Guillermo
Wiedemann. Ha expuesto sus obras en tres continentes : América, Europa y Asia.
Colabora con Perú como Ministro Consejero Cultural ad honorem en Colombia. Pero,
se mantiene distante de la política porque el artista y el político son
personajes de diferente visión. “La
política comercia con lo más abyecto y efímero del ser humano ; el arte pretende
un matrimonio con lo sublime”.
Sus guerreros anónimos pertenecen al realismo mágico, maravilloso y
fantástico. Pero algunos críticos han dicho que son repeticiones sin darse
cuenta que cada guerrero es diferente. Al respecto el maestro Villegas dice :
“Los críticos pasan ; los artistas quedan”. “El arte nace, se consuma y
universaliza en los ojos del otro”.
Cuando en septiembre de 2012 supe sobre su delicada salud
postoperatoria, aprovechando un evento académico organizado por la Universidad
de la Sabana, viajé a Bogotá y lo hallé ya en su casa que es un palacio del arte
convertido en estudio y galería permanente. Allí no sólo están sus pinturas sino
también sus collages hechos con madera, lata, plástico, tela, vidrio, etc.,
materiales que él los recoge y los recicla y les da nueva y hermosa vida.
Aprovechamos unos días para hablar en quechua sobre nuestras vivencias andinas y
es cuando me entregó su libro recién publicado : “Pedagogía especial del dibujo”,
Fundación Común Presencia, Bogotá, 2012. En la dedicatoria leo su gratitud de
discípulo : “A la memoria de mi profesor Francisco Guzmán Becerra, maestro en
Pedagogía Artística, sin cuyas luces no hubiera sido posible la cristalización
de estas páginas”. En esta vida todos tenemos que agradecer a los que han
participado en nuestra realización intelectual y espiritual.
Desde la Introducción hallamos muchas píldoras de la verdad que
contiene este libro : “El dibujo es anterior a la palabra escrita” porque
la escritura es la abstracción más elaborada para representar ideas y sonidos.
Lo mismo podemos decir : El acto lúdico es anterior a la expresión
artística.
“Entiendo que dibujar no debe ser una habilidad exclusiva de los
artistas, sino de toda persona para alcanzar un mayor y mejor
desarrollo”. Y este desarrollo es integral. Es físico porque desarrolla la
vista, adiestra la mano en el trazado de líneas y formas, y propone la distancia
adecuada del dibujante frente al papel o lienzo. Es intelectual porque
desarrolla la memoria, el análisis de formas y colores, la síntesis y la
recreación imaginativa. Es espiritual porque armoniza el mundo exterior con el
mundo interior.
“Sabemos que el habla se perfecciona con el dibujo ; y el dibujo con
el habla”. Cuando faltan recursos lingüísticos se recurre al dibujo para
expresar lo que uno quiere, eso hizo el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala
cuando redactó su “Nueva Crónica y buen gobierno”.
Al hablar del inicio del dibujo en la niñez, el maestro Villegas,
basándose en los grandes pedagogos y en su propia experiencia, recomienda el
dibujo libre y espontáneo para que el niño garabatee (balbuceo gráfico) o pinte
según el desarrollo de su vista, según su estado emocional, según su género,
según su interés y según su percepción del mundo en que vive. En esta etapa
inicial se puede ayudar con sugerencias muy suaves pero no se debe hacer las
correcciones porque puede crear el complejo de inferioridad al que está
queriendo expresarse mediante el dibujo. Después, con la orientación de un
maestro el niño pasará a dibujar las formas geométricas ; luego pasará al dibujo
imaginativo porque el objetivo del dibujo no es llegar a ser un mero copista o
repetidor. “El maestro debe propagar siempre en sus clases una pedagogía de
la libertad ; de otra
manera habrá esculpido en el viento”, dijo
en una entrevista. El maestro de dibujo debe tener conocimientos de Estética,
Pedagogía, Geometría, Psicología, Química, cultura general y práctica del dibujo
porque el curso de dibujo tiene relación con todas las asignaturas.
El maestro Villegas, por conocer la realidad de las escuelas estatales, se lamenta de la poca importancia que dan el Ministerio de Educación y la escuela a la asignatura de Dibujo o Pintura. Las aulas oscuras y tétricas no son las adecuadas porque matan el espíritu artístico del estudiante, la carencia de materiales también dificulta la enseñanza, y el docente no preparado para esta materia remata el curso.
El dibujo sirve también para medir el grado del desarrollo de la
inteligencia. Basta ser un buen observador : el niño con retardo mental tiene la
tendencia a copiar ; mientras que el niño normal es innovador y creador. El
educador, que puede ser un familiar cercano o el docente de aula, puede conocer
al niño por la dirección y repetición de las líneas y formas, por la preferencia
de los colores, por la rigidez o movimiento de las figuras.
Este libro refiere la historia del dibujo, presenta los métodos con
criterio cronológico, hace las recomendaciones acertadas por su experiencia de
muchas décadas en diferentes países e instituciones. Aprovechemos la experiencia
del octogenario maestro. Este libro es útil no sólo para el maestro de aula sino
para toda persona que quiera comprender mejor la adquisición y el desarrollo del
lenguaje artístico a través de formas y colores.
Gracias maestro por darnos un resumen escrito, de fácil lectura y con
ejemplos pictóricos adecuados en cada
capítulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario