La Oración estuvo a cargo de la profesora María Yolanda Hurtado Cuenca en la Institución Educativa "CIRO ALEGRÍA" de El Bosque-Trujillo, el día 24.
¡SEÑORES!
Se ama a la Patria y se cultiva este amor / sembrando en
nuestras mentes, especialmente en las infantiles, el respeto a los símbolos que la representan.
Si entonamos con el corazón el Himno Nacional en su
homenaje, nos confundimos en un solo sentimiento: ¡Qué viva el Perú, por siempre!
La Patria suele designar la tierra natal o adoptiva a la
que uno se siente ligado por vínculos culturales o históricos o lugar donde se
nace. Patria, proviene de tierra paterna y pater significa padre. Es decir, que hoy es nuestro día, día de renovación, bien para los niños, bien para los
profesores, los padres de familia y las autoridades. Todos nos sentimos hijos
del mismo Padre en posesión de la tierra paterna o materna que nos legaron.
Hoy,
como nunca, los jóvenes tienen el imperativo de comprender la inmensidad de su
tarea.
Hoy, más que nunca, la Patria reclama, de los niños / la iniciativa audaz y el espíritu de
innovación para acomodarse en el nuevo orden de cosas en su devenir acelerado y
sorpresivo.
La Patria reclama de sus maestros, padres de familia y autoridades los brazos amorosos en amplitud de
abrazo y en actitud de entrega. Sólo así, forjaremos una Patria más digna para
todos.
Por lo tanto, reflexionemos sobre nuestro compromiso en la oración de los hijos:
¡Oh Padre del cielo, Dios que alegras mi juventud!
Esta vida, que yo siento bullir en mi sangre, viene de
mis padres.
Tú les comunicaste tu fuerza creadora y yo vine al mundo.
Los días van pasando y yo encuentro mayor energía y mayor gozo de vivir en mi
alma y en mi cuerpo.
Ellos me han enseñado a amarte, y tenerte por ejemplo y
por amigo.
Recompénsales, Dios Todopoderoso, por todo ello; y
consérvales jóvenes de alma; sé Tú consuelo, luz y esperanza de ellos.
A todo
esto Señor, quisiera agradecer con una promoción brillante el sacrificio que
abrazan mis padres, sin defraudarles la confianza que han puesto en mí.
Te pido la virtud de ser fuerte, de no ceder ante el
desaliento.
Necesito que me hagas comprender la importancia que tiene
la iniciativa.
El valor de emprender y emprender sin miedo. El valor de
mirar con serenidad las olas de la vida, aún en las tormentas.
Despierta en mí, Señor, el espíritu de la fraternidad
generosa y sincera.
Que nada de lo que me has dado, permanezca estéril; que
todo florezca y fructifique.
Bendice, mi juventud. No te pido vida larga / sino una vida útil y bella, para bien de mi familia y de mi Patria.
¡Que así sea!
No hay comentarios:
Publicar un comentario