“BELLAS ORACIONES”
Oración
de los esposos
Señor, nuestro Dios,
te bendecimos
por tomar en tu mano
nuestro amor.
Ayúdanos a cumplir
nuestra misión.
Ven a compartir
nuestra vida.
Ayúdanos
a formar a nuestros hijos,
a ser testigos de tu amor,
en nuestra familia
y en la comunidad.
Danos fuerzas
en los desalientos.
Comparte nuestras
alegrías.
Señor
bendice nuestro amor.
DOM. XXIII DEL TIEMPO
ORDINARIO
“Caminaban con Jesús grandes
multitudes y, dirigiéndose a ellos, les dijo: ‘Si alguno quiere venir a mí, y
no deja a un lado a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus
hermanos, a sus hermanas, o aun a su propia persona, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz para seguirme, no puede ser mi discípulo”. Lucas
14, 25-33
Lo que cuesta seguir a Jesús
“JESÚS ES EL HORIZONTE DEL
HOMBRE”
La verdadera sabiduría, signo de la presencia
de Dios en el hombre, conduce siempre a la libertad y a la felicidad; dejarnos
en manos de Dios para alcanzar lo que por nosotros mismos no podríamos –según
la primera lectura- y aprender a mirar y a valorar la vida de otra forma, como
hace S. Pablo en la segunda lectura, conducen a la libertad del hombre y en
concreto a Onésimo y a Filemón.
Jesús es la máxima expresión de esa
liberación: que ni el padre, ni la madre, ni el esposo, ni la esposa, ni los
hijos, ni los propios intereses particulares… ni nadie nos la pueden dar ni
tampoco podemos permitir que nos la quiten amarrándonos, de tal forma que nos
impidan responder a la misión que Dios ha establecido para nosotros y en la que
nos vamos a realizar y ser felices.
Decir esto hoy, en un mundo como el que
vivimos, en donde por todas partes se nos ofrecen ídolos que presumen tener la
clave de la libertad que andamos buscando e intentan captar el centro de
interés de nuestras vidas para hacerse nuestros guías; en definitiva vamos
buscando cada uno nuestro “dios” para encontrarle sentido a lo que hacemos y
por lo que luchamos: dinero, seguridad, títulos, fama, prestigio, poder,
tranquilidad… afirmar que Jesús es el objetivo supremo de todo hombre y en
donde podemos encontrar la libertad que buscamos y el sentido de lo que
hacemos, suena a fanatismo.
Pero independientemente de lo que suene o
parezca, la realidad se impone y ahí está. Jesús nos provoca y no acepta otros
caminos para el hombre. Esto solo se entiende el momento en que nos atrevemos a
seguir incondicionalmente a Jesús.
Sigo pensando que es
cuestión de que alguien demuestre lo contrario, pues la realidad nos dice que
Él es la manifestación de Dios y el proyecto supremo de toda persona, a esto no
se puede renunciar.
Por eso, cuando alguien
tiene que hacer un proyecto de vida, tiene que calcular y ver hasta qué punto
su proyecto particular, está en consonancia o interfiere lo que Dios le pide o
tiene pensado para él pues puede convirtiéndose en obstáculo, y nada puede
oponerse al proyecto de Dios, que es en definitiva lo más importante para
nosotros, pues no hacerlo nos llevaría a la esclavitud: “quien no renuncia a
todo lo que tiene, no puede ser discípulo mío”.
Publicado por Meliton Bruque
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