Sir Edward V. Appleton, hijo
de un obrero industrial de las regiones centrales de Inglaterra, jamás vio
realizado el sueño de su infancia, quiso llegar a ser jugador profesional de
“cricket”.
Este sueño se frustró cuando le otorgaron
una beca para la universidad de Cambridge. En vez de ganarse la vida jugando “cricket”
Appleton obtuvo el Premio Nobel de Física por su descubrimiento de las capas
atmosféricas que reflejan las ondas de radio.
Estas investigaciones y conquistas de su
parte hicieron posible después las comunicaciones por radio a largas distancias
y el radar.
Marconi había demostrado que era posible
transmitir señales de radio a través del Atlántico pero nadie comprendía por
qué las señales de radio no ascendían en línea recta en el espacio. ¿Por qué
era que parecían seguir la curvatura de la Tierra hasta cierto grado?
Se había sugerido, tanto en Inglaterra como
en los Estados Unidos, la existencia de una capo superior de aire que rodeaba
la Tierra, que actuaba como una especie de espejo o reflector y que impedía que
las señales de radio se “escaparan” y desaparecieran en el espacio.
En 1924 Appleton (1892-1965) persuadió a los
ingenieros de la British Broadcasting Company para que proyectaran hacia el
espacio, directamente, sus más poderosos haces de señales radiales.
Por medio de complicados cálculos
matemáticos --algo parecido a la forma
en que se determina la profundidad de los océanos calculando el tiempo que toma
a una señal en “rebotar” desde el fondo de ellos—Appleton confirmó que existía
en el espacio este gigantesco reflector.
Calculó también la altura a qué estaba sobre
la superficie de la Tierra. Este fue el principio de lo
que luego se conoció como investigaciones de la “ionosfera”” que tiene dos
capas distintas, la capa Heaviside (nombrada así por Oliver Heaviside, otro
científico británico) y la capa Appleton.
Posteriormente, Appleton calculó la densidad
de los electrones en la atmósfera superior y halló que no era consistente o
uniforme. La cantidad de electrones que pasa por una zona específica de
“espacuo” (flujo) difiere en momentos distintos.
Appleton demostró que esta actividad y el
flujo y reflujo de los electrones en el espacio se debían a la actividad de las
manchas solares y de ondas de radio. También comprobó que la fuerza de gravedad
de la Luna afecta a la ionosfera.
Obtuvo el Premio Nobel d física en 1947 y la
medalla de la Real Sociedad de Londres en 1950. En 1941 fue hecho caballero.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue director del Departamento de
Investigaciones Científicas e Industriales del Reino Unido. El Papa Pío XII lo
designó miembro de la Academia Pontificia de Ciencias.
En los Estados Unidos, que visitó
frecuentemente, fue objeto también de múltiples honores.
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