L'Osservatore Romano
Ecos de la entrevista al
Pontífice Antológico Papa Francisco
"La Iglesia que no es
cercana, no es Iglesia. Es una buena ONG"
Redacción, 23 de enero de
2017
El Papa Francisco: "No
veo la TV; Dios me lo pidió e hice esa promesa"
Francisco: “No estoy
haciendo ninguna revolución. Estoy tratando de que el Evangelio vaya adelante”
La condición de "Papa
callejero" de la que hace gala y se vanagloria en tantas ocasiones, le
facilita el encuentro con las demás personas
(Antonio Aradillas).- Como
tanto en su manera de ser, de comportarse y de hablar, el papa Francisco
resulta ser ciertamente "antológico", aprovecho la sana, santa y
eficaz ocasión facilitada por el director de "El País", en reciente
entrevista, para destacar algunas frases de su florilegio pontificio.
"El peor mal que hay en
la Iglesia es el clericalismo; cuando el pastor se convierte en
funcionario..." Muchos creyeron, creen y creerán que el verdadero mal era,
y es, precisamente el anticlericalismo. Es decir, la negación y condena del
afán, rubricado por multitud de testimonios, de que la Iglesia- Iglesia habría
de tornarse burocráticamente presente y activa en instituciones, obras,
partidos políticos, escuelas y entidades bancarias, siempre, y vestidos sus
miembros con sotanas, hábitos y trajes talares, y con signos que se apostillen
"cristianos". "Pastorear" es oficio y ministerio evangélico
y evangelizador. Y es gratuito. Dios y el "César" reclaman adoradores
distintos. Su mezcla -amalgama- es, de por sí, indecente y ofensiva, además de
causar perversión en los planes de Dios.
"La Iglesia que no es
cercana, no es Iglesia. Es una buena ONG". Y es que la cercanía -la
"encarnación"- en los otros -en el "Otro"- con todas sus
consecuencias y compromisos, humanos y divinos, es su definición, en conformidad
con la teología, la liturgia y los cánones, y pese a que unas y otras
disciplinas, asignaturas o ciencias contribuyan negativamente en este
ministerio y tarea. Por poner un ejemplo, los símbolos, los ritos y las
ceremonias hoy "litúrgicos", hacen lejanas, pasada, ausente y remota
a la Iglesia. Cristo- Iglesia e inaccesibilidad, jamás se coordinarán
salvadoramente entre sí.
"En el centro del
sistema económico está el dios dinero y no el hombre y la mujer..." Se
trata de un diagnóstico certero, que explica tantas situaciones de paganía y
decrepitud ético social, que determinan y glosan la realidad de nuestro mundo
en el que, por supuesto y desgraciadamente, no habrá de sentirse ajena la
institución eclesiástica. La pobreza -los pobres- son y hacen Iglesia. Pero
ocurre que, por teológico y pastoral que sea y se considere este principio, la
Iglesia, y más en sus esferas jerárquicas, -salvo raras excepciones-, adolece
de credibilidad en su ejecución y puesta en práctica.
Por lo que respecta a la
mujer, que aparece en la cita pontificia, el drama es tan desoladoramente real
como vergonzoso, tal y como el mismo papa Francisco reconoce en otro de los
apartados de su florilegio, reseñado en estas palabras: "La esclavitud de
la mujer es una de las cosas más desastrosas que suceden, y se siguen
registrando, en la actualidad". El número y las circunstancias de las
muertes de mujeres, a manos de parejas, exparejas o aspirantes a parejas,
configuran un listado de nombres a punto de superar, en malos tratos y en
derramamiento de sangre, la misteriosa letanía de los martirologios... La
discriminación de la mujer, siempre a favor del varón, dentro de la misma
Iglesia, y por su propia constitución, es ya acicate y justificación más que
suficientes para que ellas -y ellos- tomen medidas más radicales, audaces y
reformadoras.
"En la Iglesia hay
santos, decentes y corruptos..., pero me preocupa más una Iglesia anestesiada
por la mundanidad y la lejanía de los problemas de la gente..." Sí, Papa
Francisco, intentar vivir ya en otro -en el otro-, mundo, y no hacerlo en este,
con sus gozos, tristezas y esperanzas -propias y ajenas- es una acongojante,
inútil e irreligiosa desgracia. Es anticristiano. La condición de "Papa
callejero" de la que hace gala y se vanagloria en tantas ocasiones, le
facilita el encuentro con las demás personas -COMUNIÓN- , que es la síntesis de
la Iglesia.
"Si me piden un consejo
especial para los españoles, les digo, y les repetiré, que dialoguen entre
sí". Agradecido a su consejo, pero previo el reconocimiento penitencial de
que ni en las escuelas, ni en las familias, ni en la Iglesia se nos educó jamás
para el entendimiento, el diálogo y el encuentro, y sí, y con multitud de
razonamientos "religiosos", para el desencuentro, las cruzadas, las
defensas, condenas y ofensas entre unos y otros, con predilección e
indulgencias, cuando se trataba de "los enemigos de Dios y de la
Patria".
Gracias por el testimonio
pontificio de "no ver la televisión, dado que Dios me lo pidió un día del
año 1990, que fue cuando efectué tal promesa..." No obstante, la
televisión es, o puede ser, un auténtico don de Dios. Depende de multitud de
factores y de los botones, teclas o artilugios de los que se haga uso para
encenderla, apagarla o cambiar de canal. Creo que Jesús, San Pablo, los apóstoles
en general y algunos santos -aunque tal vez no san Francisco-, hubieran hecho
uso de este medio de evangelización. Hay retransmisiones de partidos de fútbol,
que probablemente serían de su agrado bonaerense. También lo serían alguna que
otra -pocas- programaciones "religiosas". Hoy por hoy, la que en
España es conocida como la "13-TV" cadena propiedad de la Conferencia
Episcopal, apenas si es recomendable, al menos si se tienen en cuenta sus
índices oficiales de audiencia...
DE MI ÁLBUM
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