OMAR KOYYAM
Omar Koyyam, toda existencia es parecida
a las rosas de tu parque violento.
Despojarse es vivir. Cada momento
se lleva pétalos de vida.
Mas sería un sutil remordimiento
morir como las flores,
lleno de vida.
Por eso a todos los amores
les doy mi carne vana
hoy mismo, que será tarde mañana.
Despojándome sigo.
Y a la Muerte diré: Perdona, hermana,
yo también soy mendigo.
VENTURA GARCÍA CALDERÓN.
A L C I Ó N
Treparé el pino de un cerro, la trinchera de un valle;
haré flamear mi cuerpo como pendón de carne.
Cantaré mi canción con mi nerviosa vida
y mi espíritu nuevo.
Mis venas surtirán como vertientes,
y haré vibrar mi sentimiento
con plenitude existencia.
Fecundaré mi huerto de escepticismo eterno,
que madura en el alma y crea el pensamiento.
Haré fuerte mi brazo que orientará la yunta
de mi ethos cristiano;
abriré surco en la tierra y en el surco
del viento sembraré mis granos
con mis propios esfuerzos.
Domaré los caballos de mis instintos.
Me bañaré en el Nilo del alba
y correré desnudo bajo el árbol del sol.
Nutriré la mirada de bruces en la pampa,
y auscultaré el secreto de lo que no se alcanza.
CARLOS ALBERTO GONZALES
P O E M A
Un grito de angustia
ancló
en mi corazón.
Y desde hoy -- desde aquel hoy--
me voy rastreando
el alma de mi
madre.
Cada huella de sus pasos es una
estrella,
y donde ha descansado
hemos brotado
nosotros,
con unos desafíos
al cansancio del caminante,
que se desentumece ante el
grito.
JULIÁN PETROVIK
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