TODOS
anhelamos vivir en paz, y ese anhelo es un objetivo alcanzable si cada uno de
nosotros se compromete a aportar lo mejor de sí para lograrlo.
Aprender a
convivir en amistad debe ser uno de nuestros objetivos fundamentales de cada día.
Aprender a
convivir en amistad es desarmar el espíritu de todo sentimiento de agresividad,
de rencor, de odio, de envidia.
Aprender a convivir
en amistad es abrir nuestro espíritu y nuestro corazón a la comprensión, para
quien comprende acepta o compadece.
Por eso la
comprensión es propia de las almas grandes; no en vano decía un sabio: “Cuando
alguien intenta ofenderme, me coloco tan por encima de él que su ofensa no me
alcanza”.
Aprender a convivir
en amistad es también permanecer dispuestos al perdón, pues nada engrandece
tanto al hombre como comprender y perdonar.
Aprender a
convivir en amistad es fomentar la generosidad (bien entendida) para servir y
ayudar al otro, especialmente al más necesitado.
Aprender a
convivir en amistad es participar activamente en la generación de un clima
amable en el lugar en el que nos encontremos.
Aprender a
convivir en amistad debe ser pues un objetivo de aprendizaje de todos los días
y de toda nuestra vida.
-Anónimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario