viernes, 3 de enero de 2014

ECOLOGÍA MENTAL

ECOLOGÍA MENTAL, UNA INNOVADORA CORRIENTE QUE AYUDA MUCHO AL CRECIMIENTO HUMANO.
EFE REPORTAJE. Según una innovadora corriente de pensamiento denominada ecología profunda” o “ecología mental, la falta de armonía, así como los conflictos y problemas que existen entre los seres humanos y su medio ambiente natural y otros seres vivos, obedecen al tipo de mentalidad que impera en las personas.
Afirman que esta forma de pensar explotadora, dominadora y ególatra se traduce en una sociedad centrada en el ser humano como única referencia y amo absoluto del universo. De allí surgiría el conflicto con las demás formas de vida y con el propio planeta.
Los partidarios de esta tendencia proponen  un cambio cultural hacia una nueva mentalidad y forma de vivir en la que la gente consiga armonía con la vida y la naturaleza -y no “sobre” o fuera” de ella-  al mismo nivel que los demás seres vivos. Para algunos psicólogos y terapeutas, esta propuesta ecológica de hermandad planetaria o algunos de sus componentes, en los que subyace la idea de que todos estamos interconectados entre nosotros y a su vez con la vida y el medio ambiente, también puede aplicarse al ámbito de la mente y las emociones humanas.
“La ecología mental (EM) es un concepto integral de crecimiento humano que parte de la idea fundamental de que todos somos uno en esencia y  de que todos compartimos un mismo entorno mental, en donde aparentamos separación y diversidad, explica Jorge Lomar, master en Psicología Transpersonal y coordinador de la asociación Conciencia.
Según este experto, que organiza talleres de EM, “el entorno mental es el mundo en que vivimos, consecuencia de nuestras creencias y programas basados principalmente en el ego.
Mente, la gran herramienta del cambio
“La mente es el espacio personal en donde gestionamos nuestro hacer, nuestro hablar, y mucho más importante, nuestro sentir, por ello decimos que nuestro pensamiento es creador. No solo es creador de nuestra experiencia, sino que nuestra experiencia construye la experiencia grupal y global, señala Lomar.
Así, “nuestros pensamientos salen ahí fuera y afectan a toda la realidad. Afectan  la mente global, afectan  la cultura,  la sociedad,  nuestro entorno,  nuestra historia y a nuestros hijos. Y todo es originado en nuestra mente, según el experto.
Por otra parte, para Lomar, el universo es “un sistema dinámico que está permanentemente equilibrándose y ajustándose a sí mismo. Nada ni nadie existe aisladamente, todos formamos parte de un sistema mayor: la familia, el trabajo, las amistades y la sociedad en general.
En ese contexto la EM abre una nueva dimensión de trabajo personal, consistente en cuidar y mantener limpia la mente para emitir energía emocional ecológica y armónica, para convertirse “en un foco de luz de dentro hacia afuera.
Por ello, para los seguidores de esta corriente psicológica, nuestra mente merece una atención especial y todo un tratamiento de depuración y limpieza.  “Las creencias, adicciones, roles y papeles inconscientes, disfraces emocionales, patrones y esquemas limitantes, son las malas hierbas’de nuestro jardín -afirman-. Cuando quitamos las capas de contaminación a nuestro pensamiento, nos volvemos más   alegres y  desapegados, dice  Lomar.
La ecología  mental
Según los seguidores de estas técnicas, con la EM “se aprende a mantener limpia la mente y a aumentar la vivencia de nuestra verdadera identidad por encima de papeles, disfraces, roles y patrones, y también se es consciente de las ‘identidades adquiridas’ que todos poseemos. Otras claves de la EM son, al decir del experto,  conocer el modo en que funcionan nuestra mente y emociones, identificar las distintas adicciones al dolor y al sufrimiento en forma de pensamiento, palabra y acción que repetimos en nuestro diario vivir.”
   NOS INTERESA conocer, ahora,  el pensamiento del pionero en esta materia, el defensor de la Tierra, Leonardo Boff, quien está visitando lugares como España y Suiza y tiene una página semanal, producto de sus investigaciones y está presente en los Congresos de esta índole;  es pues, una voz autorizada en la materia.
Ecología mental según Leonardo Boff.

La ecología mental, llamada también ecología profunda, sostiene que las causas del déficit de la Tierra se deben al tipo de sociedad que actualmente tenemos y al tipo de mentalidad predominante, cuyas raíces remontan a épocas anteriores a nuestra historia moderna, incluyendo la profundidad de la vida psíquica humana consciente e inconsciente, personal y arquetípica. En nosotros existen instintos de violencia, voluntad de dominio, arquetipos sombríos que nos alejan de la benevolencia con relación a la vida y a la naturaleza. Dentro de la mente humana se originan los mecanismos que nos llevan a la guerra contra la Tierra. Y se expresan mediante una categoría: el antropocentrismo. El antropocentrismo considera al ser humano rey/reina del universo. Los demás seres tienen sentido si ordenados al ser humano; están ahí para su disfrute. Esta interpretación rompe con la ley más universal: la solidaridad cósmica. Todos los seres son interdependientes y viven dentro de una intrincadísima red de relaciones. Todos son importantes.

No es posible que alguno sea rey/reina y se considere independiente, sin necesidad de los otros. La moderna cosmología nos enseña que todo tiene que ver con todo en todos los momentos y en todas las circunstancias. El ser humano olvida esa intrincada red de relaciones. Se aleja de ella y se sitúa sobre las cosas, en lugar de sentirse al lado y con ellas en una inmensa comunidad planetaria y cósmica. Es necesario recuperar las actitudes de veneración y respeto a la Tierra.


Eso solamente se conseguirá si primero rescatamos la dimensión de lo femenino en el hombre y en la mujer. Por lo femenino el ser humano se abre al cuidado, se sensibiliza por la profundidad misteriosa de la vida y recupera su capacidad de maravillarse. Lo femenino ayuda a rescatar la dimensión de lo sagrado. Lo sagrado impone siempre límites a la manipulación del mundo, pues da origen a la veneración y al respeto, fundamentales para salvaguardar la Tierra. Crea la capacidad de re-ligar todas las cosas a su fuente creadora que es el Creador y Ordenador del universo. De esta capacidad religadora nacen todas las religiones. Hoy precisamos revitalizar las religiones para que cumplan su función religadora.


El reciente artículo, de Boff, ¿Seremos una célula cancerígena a ser extirpada?, da cuenta de su constante preocupación por el problema planteado a la humanidad. El título es muy sugestivo y apocalíptico si no reaccionamos, logrando el equilibrio y el grado armónico, fruto de la ecología mental.

Siendo la ecología la ciencia que estudia a los seres vivos, su ambiente, la distribución, abundancia y cómo esas propiedades son afectadas por la interacción entre los organismos y su ambiente: “la biología de los ecosistemas”, importa al hombre seguir cuidadosamente los conocimientos  hasta hoy aceptados y seguir investigando con conciencia crítica sus efectos en bien de la naturaleza que en definitiva es para él mismo.

En el ambiente se incluyen las propiedades físicas que pueden ser descritas como la suma de factores abióticos locales como el clima y la geología y los demás organismos que comparten ese hábitat.

La ecología es una ciencia multidisciplinaria que utiliza herramientas de otras ramas de la ciencia, especialmente Geología, Meteorología, Geografía, Sociología, Física, Química y Matemática (la estadística y los modelos matemáticos).

En todos estos campos, se tiene la posibilidad y oportunidad de interactuar diligentemente para bien de la naturaleza y no ser extirpados, en breve tiempo, como células cancerígenas. El mal ya ha comenzado.


Se trata de desarrollar la ecología mental, racional, la propia del hombre con todas sus potencialidades para no ser ecocida con el planeta, y tener sensibilidad ecológico-social, especialmente.

(Adaptado por el editor para tener un tema global de esta corriente)

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