martes, 14 de enero de 2014

MENSAJE A LA JUVENTUD / Harcourt BRACE JOVANOVICH

Una gran lección que no pierde actualidad
Condensado de “Lincoln Steffens Speaking”. 

Un grifo está flojo y gotea.
Trato de arreglarlo, pero no puedo. Aprovecho el incidente y llamo a mi hijo, de siete años de edad, para darle otra lección de una de las materias que más me importa enseñarle. El niño trata de cerrarlo bien y tampoco lo consigue.

-¿Qué pasa, Pedrito? –pregunto  al chiquillo.

Me mira con cierto aire de triunfo y responde:
-Cosas de adulto, papá.

   Efecto de la propaganda, por supuesto. Yo mismo lo he inculcado que nosotros, sus mayores, no podemos hacer bien ni siquiera un grifo. Y que él, si se lo propone, lo hará bien algún día. A Pedrito y a los de su generación les espera una tarea en la fontanería o en cualquier otra actividad.

   He aquí lo que enseño a mi hijo y a todos los niños en todas las etapas del aprendizaje: preescolar, de escuela elemental, media o superior y hasta a los jóvenes que ya salieron de la universidad.

   Nada está hecho definitiva y perfectamente.

   No sabemos nada en forma positiva y cabal.

   Agrego a estos principios las siguientes reflexiones:
El mundo es de los jóvenes. Les pertenece por entero. Hay en él una infinita variedad de cosas que a ellos les corresponde descubrir y hacer, o hacerlas de nuevo y hacerlas bien.

   No tenemos ahora, ni jamás hemos tenido en el mundo, en ninguna época histórica ni en ningún país, un buen gobierno.

   No existe hoy ni ha existido nunca un ferrocarril, una escuela, un diario, un banco, una fábrica o una tienda perfectamente administrados; no hay ni jamás se ha organizado, financiado o dirigido como es debido ninguna empresa, pero todo esto habrá que hacerlo algún día , tal vez cuando los jóvenes de la actualidad tomen el timón.

   Lo que acabamos de afirmar como la verdadera situación, de los negocios y la política es gloriosamente aplicable a las profesiones, las artes y los oficios, las ciencias y los deportes. En efecto, aún no se ha pintado el mejor cuadro; el más grandioso poema está por cantarse; nadie ha escrito la novela más interesante y profunda; ningún gran compositor, ni siquiera Bach, ha concebido la música más excelsa. En el ámbito de la ciencia es muy probable que nos falte descubrir el 99 por ciento de todo lo conocible. ¿Qué sabemos de astronomía? Casi nada. La química y la física no pasan de ser un chispeante amasijo de dudas. En cuanto a los deportes, vemos cada año que los jóvenes de uno u otro sexo rompen una y otra vez nuestras viejas marcas.

   Y pienso que a la juventud de ahora, como a mí, le agradará saberlo: algo pueden descubrir, decir, pensar y hacer. Pero… ¿dije “algo”? No; debí decir: “todo”.


-Harcourt BRACE JOVANOVICH

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