FOLIOS
DE LA UTOPÍA
LUCHÓ
EL ÚTERO MATERNO
1.
El sentido humano
En
la guerra con Chile de parte del Perú luchó la familia en contra de un ejército
bestializado. Porque al lado del padre estaba el hijo, y al lado de este el
hermano.
Y
al lado de este el pariente, el amigo, el colega entrañables. Y todos cayeron
juntos. ¿Qué ejército es el hogar y el útero materno? Nunca pueden serlo. Por
eso aquellos que se precian de tener ejércitos poderosos son aberraciones del
alma y del ser humanos.
Nosotros
no éramos ejército sino hogar, que salva y sale a defender. Y lo que defiende
el hogar es la vida. Y nosotros defendimos la vida, que es lo inverso al botín
que busca el invasor.
No
éramos ejército entonces, éramos moral básica y fundamental de la vida que sale
al frente a interponerse contra la muerte.
¿Quién
debe estar entonces orgulloso? ¿Los vencedores de la guerra o los defensores de
la vida? ¿Los esbirros o los generosos que donan su sangre y su existencia a
fin de que no se pierda el sentido humano de la historia?
2.
El repaso
¡Por
eso, en esta guerra preparada con premeditación, alevosía y ventaja, vergüenza
para la eternidad a quienes la perpetraron y para quienes a esos engendros les
han erigido estatuas!
¡Por
eso, al lado o detrás de las huestes de luchadores iban las mujeres! Por eso,
¡es de allí de donde debemos nacer de nuevo y siempre!
Iban
las madres con sus criaturas tiernas en los brazos o en la espalda. Peleaba entonces
la familia.
Ahí
estaba el párvulo recién nacido. Las niñas que consolaban al moribundo y
sepultaban su cuerpo al morir.
Y
muchas veces las bayonetas de la horda atravesaron el cuerpo candoroso de esas
mujeres.
Porque
el ejército de Chile practicó en esta guerra el “repaso”, con corvo y bayoneta
encajada en el fusil, ultimando a todos los caídos.
3.
Heroica y sobrehumana
Su
consigna era: “¡No hay heridos, todos muertos!”. Y ahí estaban las mujeres para
auxiliar a los caídos dándole el último adiós.
Y
para exponer su cuerpo con resignación e identificación plena con el ser
querido.
¿No
es esto supremo? Hasta en la guerra somos familia.
Hasta
en la guerra le ponemos humanidad a la iniquidad y a la infamia, cariño y
estima a las actitudes protervas de los mezquinos y cicateros.
Era
su mujer. No era la cantinera de los ejércitos europeos. O la cantinera del
ejército invasor, porque hubo cantineras en aquel ejército.
Aquellas
que les proveían de licor para obnubilar sus conciencias. En nuestro caso, no.
O
era la hermana, o era la madre, campesinas siempre. Era la resistencia andina,
heroica y sobrehumana.
4.
Pelearon los más pobres
El
nuestro fue en aquella contienda un ejército de arcilla, de humus, de entraña
de la tierra.
Un
ejército de dignidad, de emoción pura. De hombría que da el coraje de saber que
se defiende una causa sacrosanta.
De
estar envestidos de honor y de gloria, porque la gloria no la corona una
victoria sino la causa que se defiende.
Porque
al final perdimos militarmente, pero ganamos moralmente. ¡Esto que no se te
olvide jamás!
Victoria
íntima, ética y contundente, de la cual a veces no nos damos cuenta.
Por
eso, ¡no traicionemos a quienes ofrendaron su vida augustamente!
Porque
pelearon los más pobres. Ya lo dijeron ellos: las “abigarradas bayetas”.
5.
Categoría de seres humanos
Lo
anoto y lo advierto, para que sepas en quién confiar, para que sepas quién sabe
defender, quién pone aquí más coraje y más pundonor. ¡Son los del pómulo
morado!
Fueron
ellos, los más pobres, los que lucharon desde el principio hasta el final. ¿No
es esto de moral suprema?
Es
el hombre gleba, es lo andino incorruptible, es el serrano, el cholo, el
indígena invencible, quien está ahí con su sufrimiento y su heroísmo.
Son
los Ejércitos del Inca, ¡ecuánimes, probos, austeros!
¡Glorioso
ejército de runas de piedra!
Son
los Ejércitos del Inca, civilizadores, protectores, que sabían que lo que más
engrandece son las virtudes morales.
Los
Ejércitos del Inca que en el fondo somos todos nosotros para siempre.
Porque
se puede perder una guerra, pero no perder nuestra categoría de seres humanos.
6.
Paso al entendimiento
Son
los Ejércitos del Inca, que jamás hicieron pillaje, ni incendiaron aldeas, ni
violaron mujeres, ni remataron heridos, ni impusieron cupos a las poblaciones
inermes.
Son
los Ejércitos del Inca que jamás aplicaron el “repaso”, ultimando a los hombres
caídos en batalla, ni a las mujeres que los socorrían.
Que
ni siquiera eran militares sino civiles.
En
vez de arrasar, quemar, hacer esclavos, ofrendaban culto a los dioses del
lugar, enaltecían a sus autoridades, rendían pleitesía a sus costumbres.
Celebraban
fiestas en honor de los pueblos anexados y trazaban un plan de obras públicas
para dotar de agua, caminos, edificios y templos a las poblaciones que
encontraban a su paso.
Son
los Ejércitos del Inca que persuadían, enviaban ofrendas de paz y estaban
atentos a cualquier gesto para dar paso al entendimiento.
7.
Alertas y preparados
Este
ejército no dinamitaba fábricas, molinos ni mataba ganado para dejarlos
tendidos y sangrantes regados en la pampa, no hacían volar en astillas los
trapiches, los tambos, las casas haciendas, los edificios públicos o cualquier
bien que no podían sustraer o llevárselos consigo, haciéndolo explosionar.
Por
eso, al final ganamos una guerra, porque nos envestimos de entereza y de
gloria. Por eso somos desde antes y lo ratificamos allí, una de las siete
grandes culturas de la civilización humana.
Por
eso es que tenemos razón de ser en el universo. Y aquellos que agredieron no la
tienen porque no es un fin supremo de la vida hacer pingues negocios.
Porque
estamos investidos de valor y coraje que la muerte no apaga. Porque fue la
guerra que asumieron los indígenas del Perú milenario, andino y eterno.
¡Solo
que ahora hay que estar alertas y preparados en todo campo, asunto y detalle;
puestos en pie de guerra y alertas en cada atalaya.*
*Archivo personal de Tomás Castillo Vásquez-Bélgica, quien al paso comenta: "Hablando con uno de los chilenos que vive por aquí, le pregunté un día ¿Y por qué hicieron esa guerra, dejando a Bolivia sin mar y arrasando con todo en el Perú? Su respuesta fue de verdad cínica: Es que había riqueza, hermano" . ¿Puede ser justificativo? Lo de hermano, nunca podré sentirme hermano suyo.
A la fecha, ya ha sido desenmascarada la actitud de Chile por Luis Ernesto Vásquez Medina con su libro: LA VERDAD DETRÁS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO-El Imperio Británico contra el Sistema Americano de Economía en Sudamérica /ARQUITAS, Junio de 2012:
*Archivo personal de Tomás Castillo Vásquez-Bélgica, quien al paso comenta: "Hablando con uno de los chilenos que vive por aquí, le pregunté un día ¿Y por qué hicieron esa guerra, dejando a Bolivia sin mar y arrasando con todo en el Perú? Su respuesta fue de verdad cínica: Es que había riqueza, hermano" . ¿Puede ser justificativo? Lo de hermano, nunca podré sentirme hermano suyo.
A la fecha, ya ha sido desenmascarada la actitud de Chile por Luis Ernesto Vásquez Medina con su libro: LA VERDAD DETRÁS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO-El Imperio Británico contra el Sistema Americano de Economía en Sudamérica /ARQUITAS, Junio de 2012:
"La Guerra del Pacífico de 1879 no fue una simple confrontación regional entre Chile, Perú y Bolivia, somo comúnmente se cree. Ni fue sólo una una confrontación en la que uno de sus bandos, en este caso Chile, fue apoyado por intereses comerciales británicos ávidos de apoderarse de los recursos naturales peruanos y bolivianos. Fue eso y más.
No es posible entender esta guerra si no se le considera como parte de la confrontación estratégica entre los dos grandes sistemas económicos y políticos mundiales cuya pugna viene modelando el mundo desde casi 250 años: por un lado el sistema oligárquico imperial británico y por otro el sistema americano de repúblicas soberanas..."
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