miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL IMPULSO MUSICAL DE RICARDO LARCO. Por Francisco PEREDA. 7-noviembre-2011.

     Los cuatro pasos en la vida de acción en los hombres prominentes:
El conocimiento mutuo (el encuentro), el trabajo en común, el impulso para crecer más,
y el legado por realizarse..., el arte.

   Como músicos nos hablan en terminología  propia; sin embargo, inteligible por todos.

   Conocí a Ricardo en julio de 1982. Desde aquel entonces, siento que el tiempo no ha pasado, pero sí ha dejado huella. La noticia de su partida (primeros días de noviembre) se transforma en hilo conductor entre la Música y el recuerdo que renace en mi mente en forma de sinfonía. Compartió el escenario conmigo en programas de Música de Cámara como solista y en conciertos sinfónicos.

   I: Allegro con optimismo

   "Hagamos música"... fueron su primeras palabras. En 1982, Trujillo se preparaba para dar la bienvenida a su renaciente Orquesta Sinfónica; se presentaban conciertos esporádicamente; los contactos de Ricardo con las autoridades musicales de la época dieron como resultado que se programara con la OST el Concierto de Brandenburgo N° 4  BWV, 1049 de J. S. Bach, con las partes solistas a cargo de los flautistas Ricardo Larco, Marianela Ávalos y Francisco Pereda al violín, el director, el maestro inglés David Haslam; sumidos en el mundo polifónico interdisciplinario y matemático de esta música, nuestra colaboración se iniciaba con el anhelo de luchar por un arte puro y optimista. Con la maleta llena de esperanzas Ricardo dejó el país para irse a estudiar a Alemania. Para marzo de 1986, en uno de sus viajes de vacaciones en el Perú, coincidimos nuevamente en un concierto de Música de Cámara del ENSAMBLE DE CUERDAS  MICHAEL RABIN; se trataba del Cuarteto para flauta, violín, viola y cello K. 285 de W. A. Mozart, con Ricardo Larco, flauta, Francisco Pereda, violín, César Chicco, viola y José Pacheco, cello. Dimos evidencia de la gracia, prominencia y versatilidad de esta obra.

   II: Moderato meditativo

   "Hemos estado buscándote para tocar algo"... expresó Ricardo cuando nos encontramos en forma casual en un pequeño restaurante de la Plazuela del Recreo; lo acompañaba Francis Alarcón. Para agosto de 1996, mucha agua había pasado bajo el puente de nuestras vidas. En esta oportunidad soy invitado dirigir la OST, ejecutando la Sinfonía N° 5, Op. 107 "Reforma" de Felix Mendelssohn. No podía ser más evidente la participación de Ricardo en el solo de flauta al inicio del IV movimiento, en donde se anuncia, con el himno de la Liturgia Luterana, la presencia de una fortaleza omnipotente : "Ein feste Burg ist unser Gott", literalmente, "Nuestro Dios es una Fortaleza". Aún permanece en mis oídos esa celestial melodía. El comentario que me dio después es que se sintió motivado por la colaboración del oboísta mexicano Miguel Salazar quien se encontraba en calidad de invitado en Trujillo. En enero de 1999, una noche de verano, entre brindis y brindis en la Plaza del Recreo, el anochecer se convertía en amanecer, al igual que nuestros sueños y proyectos; estos momentos dieron como resultado la presentación de una monumental obra de Cámara: La Ofrenda Musical BWV, 1079 de  J. S. Bach. Se programó para el VI Festival Internacional Bach con la participación de Katya Palacios, piano, Ricardo Larco, flauta , Francisco Pereda, violín y Francis Alarcón, cello. En este festival Ricardo se presentó además como solista de la Orquesta de Cámara del Festival con la Suite en Si menor BWV, 1067 del mismo compositor.

   III: Adagio mesto

   "El concierto va a salir cañón, hermano"... me dijo en agosto del 2009; durante la semana de ensayos lo noté distante; me quedé pensando: "No me puedo imaginar un peor destino para alguien tan entusiasta, honesto y alegre; siento que te persiguen fantasmas diurnos y nocturnos, una profunda amargura te está perturbando a tal punto de hacer desaparecer tus ideales en una oscuridad terrible. Daría mucho por verte bien otra vez; durante el concierto nunca antes había sentido la tristeza tan cerca de la Sinfonía N° 8 de Dvorak. El tiempo se portó severamente al no permitirme programar el Concierto para Flauta y Oboe de Antonio Salieri que tanto te gustaba y querías tocarlo".

   IV: Allegro jubiloso

   "Trujillo es Trujillo, pues, Panchito"... éstas fueron las últimas palabras que cruzó conmigo en julio del 2011. Nunca pude entender si se refería a ilusión o desilusión; tal vez esta agridulce sensación con sabor a la sonrisa de Mona Lisa representaba el momento que estaba viviendo.
    Hoy he dedicado y escuchado en tu memoria las tres obras maestras que las recreamos juntos: el Concierto Brandenburgués N° 4, el Cuarteto de Mozart y la Sinfonía "Reforma" de Mendelssohn. Ahora que el cosmos es tu país y esa Fortaleza Omnipotente tu casa, desde aquí te digo: "Gracias, Ricardo, por convencerme de que la Música suena mejor cuando se hace entre amigos".

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