sábado, 3 de diciembre de 2011

"VERSOS POR ESPIGAR": Ironía del destino. Fugaz impresión. Fidelidad eterna, de Javier CALDERÓN ÁVILA.

IRONÍA DEL DESTINO

   Con toda lucidez recuerdo
el irónico instante que te ví,
ávidamente despojarte  de tu anillo,
para entregarme con toda ansiedad.

   Soy albacea de la sagrada joya,
la conservo con reverente amor,
porque la valiosa alhaja representa
palpable prueba de tu amor.  

   Al fin  de todo me conformo,
evocando escenas que me hicieron muy feliz,
porque llegaste al fondo de mi alma
y cambiaste la existencia de mi ser.

   A cada instante al Divino imploro,
que te salve y acoja en su mansión,
y desde allí, el reino celestial logrado,
orientes y guies mi existir.

   Con el corazón herido y la cerviz fascinada,
te prometo ser fiel a mi conciencia,
soñar contigo en el limbo de la gloria
y hablar en lenguaje espiritual.

     FUGAZ IMPRESIÓN

   Postrado en el mármol de una plaza
contemplé aquella noche tu grácil figura,
irradiaban tus ojos centellas luminosas
y tu acecho iluminaba el verdor de los jardines.

   El fluir de tus miradas despertaron a las flores,
quedándose pasmadas ante una moza jovial,
husmeando ledamente tu mística imagen
vibrando con jolgorio y sutill encanto.

   En tal instante la fronda remecía
con elocuente ritmo y singular compás,
masajeando con cariño la tersura de tu faz,
rindiéndose a la diestra de una gran beldad.

   Abstraído por tus mágicas virtudes,
intenté huir del embrujado edén,
pero la hipnótica fuerza de tus iones
implícitamente me lo impidió.

    FIDELIDAD ETERNA

   Viví un torbellino de amor,
porque el amor se siente,
porque el amor se vive,
como fuente perceptible de luz y de fe.

   Abstraído a tu lado,
absorbido por tu amor,
sumido a mi mundo
y mi mundo fuiste tú.

   Atraído por tu esencia,
la congoja desaparece en mí,
se filtran los recuerdos de la mente,
vivencias que me hicieron muy feliz.

   Sé que andas a mi lado,
guiando mi diario trajinar,
alumbrando muy oronda mi camino
que conduce sagazmente hacia el confín.

   Mi vida mengua cada día,
se consume la energía cada vez,
la eversión cala sin piedad,
embotándose el ansia de vivir.

   Cuando el sol sucumba en lontananza,
brillarán sus rayos sin vigor,
menguando la alegría de las flores,
mutilando el apetito y la sed.

   Hasta aquí plasmo mis penas,
mi clemencia y mi dolor,
escapándose íntimos suspiros,
que navegan en el viento hacia tí.

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