ven a su manera, en determinado tiempo, destacándose la
crítica puntual al estilo de Quevedo por parte del BLASÓN
Elia Álvarez del Villar y Francisco Pereda Calderón
(Andante
Señorial)
¡Es Trujillo
Verde y Amarillo!
La ciudad de
todos los que van al trote:
¡Estete y
Almagro, Pizarro y Quijote!
Pueblo de inmigrantes.
de los estudiantes,
de los comerciantes
y los mendicantes…
¡Es Trujillo
esmeralda
verde, blasón amarillo!
¡Qué guapas matronas
van llegando a viejas
detrás de las rejas
de limpias y claras casonas!
¡Rejas que
son sueños dormidos
de los reyes
y virreyes
fenecidos!
¡Casonas
donde los marqueses,
Los conquistadores
y libertadores
doscientas mil veces,
por doscientos besos,
se quedaron presos!
¡Es Trujillo
penitencia
verde, fervor amarillo!
¡Cuenten sus
iglesias… Una, dos y tres.
¡Cuéntelas si
quieren… Ocho, nueve y diez.
“San
Francisco”, incienso Carmelo,
la parroquia
vieja de mi viejo abuelo.
“San
Lorenzo”, pobre como yo soy pobre,
donde oigo mi
misa sin pagar un cobre.
“Santa Ana”, olvidada
por los terremotos
y por los
devotos.
“Santa
Clara”, limpia monjita,
siempre
solitita.
“El Carmen”,
retablos barrocos.
“Catedral”,
monaguillos locos.
“La Merced”,
sin los mercedarios.
Y “Santo
Domingo”, con sus novenarios.
Y “San
Agustín”,
con sus
frailecitos, los de Serafín
Y “Belén”,
caminando a
Lima y diciendo amén.
Una, dos y tres…
Ocho, nueve y diez…
¡Es Trujillo
caña verde, valle amarillo!
En el
“Ingenio” de Cartavio
(sin agravio)
En Casa
Grande y en Laredo
(ya da miedo),
como en
Chiclín y Chiquitoy
(en convoy),
El oro dulce
se fabrica,
en costales
por quinta
en costales
por
quintales
se va a New
York o a Martinica.
¡Es Trujillo
Un mar verde,
puerto amarillo!
Puerto
Huanchaco, ¡marinero
sin zapatos y
sin sombrero,
que en tiempos mejores
de mejores leyes,
recibía
Obispos, Virreyes
y Libertadores.
Buenos Aires,
¡proletario!
No vale porque
es balneario.
¡Vale por
Morillas, por ese cebiche
que compite
con los cuyes de Mansiche!
Moche, ¡mitimae!
De día o de noche,
se resbala o cae
Quien bebe la
jora de Moche…
¡Que Dios a
todos nos asista!
Pero hay que ir a Moche,
de día o de noche,
para
ser compadre,
para ser comadre,
para
ser turista…
¡Albricias,
albricias
para
las Delicias,
medallón de
espuma, medallón de gracia’
humaca de la
aristocracia!
¡Y una sonrisa a la Garita
de Salaverry, que suspira,
que espía y me mira,
un poco bonita
un poco altanera,
un
poco espera,
como señorita!
¡Una
esperanza a la Garita
de Salaverry,
Puerto abierto
que todavía
no se ha muerto!
Verde y amarillo,
¡Viva mi Trujillo!
EL OTRO LADO
DE BLASÓN
(Largo…de
aquí)
¡Verde y
amarillo, semáforos de Trujillo!
Señorial
ciudad de Virreyes,
fundada por
un pastor de cerdos y bueyes.
Este es
Trujillo, ciudad de flores y de olores.
Perla que
brotas del arenal
como lágrima
de un triste animal
que pasta en
su verde dejando su amarillo
ya sin
brillo.
Ciudad de
alcurnia y abolengo,
tres
haciendas es todo lo que tengo,
ciudad de
inmigrantes, indios y mestizos,
de italianos,
chinos y cochinos.
¡Verde y
amarillo, semáforos de Trujillo!
Tienes
iglesias que dan vida a cada esquina,
Santa Ana,
donde te veo con la fulana
después de la
misa de las seis de la mañana.
San
Francisco, copia y sucursal de España,
donde el
catecismo se da con mucha maña,
el bingo y la
kermesse, una vez al mes.
Santa Clara,
abierta tarde y mañana,
que con tus
cánticos y rezos
alegras a los
enamorados con sus besos
cuando se
transportan al Nirvana.
El Carmen,
donde las señoras se reúnen por la mañana
a rezar su
misa cotidiana,
de las limosnas,
el altar y la campana
mejor
hablamos la próxima semana.
San Lorenzo,
¡Uy! Qué incienso en la misa dominical derrama,
Patrona y
consejera de la calle Ayacucho
del olor a anticucho,
no serás como
Notre Dame
pero das para
comprar el pan.
San Agustín,
donde se toca hasta el violín,
se canta y en
voz alta se lee,
no permitas
que en tu puerta cualquier perro se mee.
¡Oh! Catedral
Metropolitana
donde ya se
entra sin sotana
ya no es como
antaño
cuando el
Arzobispo, Don Alayo, Landauro y Juan Quiroz
en los
bautizos se trataban de tú y vos.
Tu atrio es
cama de algún borrachín
o de algún
orate sin fratres.
¡Verde y
amarillo, semáforos de Trujillo!
Trujillo,
ciudad de clubes, festivales y desfiles internacionales,
de conciertos
y concursos de belleza,
de polvo,
basura y pobreza.
El hambre es
tu Porvenir y Esperanza
y un Alambre,
el pan de cada día.
A la mamá de Cortijo
no le alcanza
para la leche de su hijo,
Tus niños
necesitan menos golpes y más pecho
y tus padres
más educación en lugar de un sermón.
¡Verde y
amarillo, semáforos de Trujillo!
De tus cines,
ni hablar,
del listín ya
sacaron a Chaplín
a Hardy y Laurel, como también a Fernandel,
como dijo el
párroco de Monsefú
el cine sólo
es, sexo, chinos y F.B.I
balas, karate
y kun-fu.
Si existiera,
qué diría hoy el Gran Chimú
éste es el Ideal de un Trujillo con Libertad
o una
barbaridad.
Tus balcones coloniales
contemplan admirados
a tus calles
en acción.
Gamarra, qué
agitación, otra vez como antes
ya llegan los
ambulantes,
relojes de
cuarzo, revistas, juguetes y pasteles,
caramelos,
turrones y maní confitado,
es para lo
que la calle ha quedado.
Los precios
de hoy, ayer y el otro día
son mejores
que en “Tía”.
Junín y
Ayacucho, qué jirones,
de un empujón
te quitan los aretes y los calzones,
o en Bolívar
en una apretera
te llevan la
cartera
o te sacan
del brazo tu Omega o Longines
cuando menos
te imagines.
En Grau y
Almagro, dicen que hay un loco
enseñando más
de un poco.
Hidalga calle
Pizarro, que a la casa de la equidad alberga
y también a
la Municipalidad,
en donde se
hace un corte a la justicia,
encerrando al
parco y soltando al narco
como decían
Sócrates, Aristóteles y Platón,
la ley griega
no es para perro, gato ni ratón.
Pasaje San
Agustín, tus vecinos se acuestan y levantan
oliendo el
orín de los que salen de las cantinas y “El Tabarín”,
o de los
cargadores del Mercado Central
que hacen de
tu calle un basural.
¡Verde y
amarillo, semáforos de Trujillo!
El Pacífico a
tus playas baña.
Buenos Aires,
a donde chicos y chicas van a toda caña,
en
convertible y a todo volumen el rock and roll,
van a jugar
la bola, y tomar Inka Kola
o tal vez un
“Jaibol”
en pleno sol.
Y los precios
de Morillas… te sacan de tus casillas,
además, el
cebiche es mejor en Mansiche.
Huanchaco,
balneario de alegre y de suave brillar,
tus aguas
vieron a Chan-Chan florear
y al Deán
Saavedra en sus rodillas caminar.
Los
Piminchumo se están haciendo humo,
prefieren la
lancha motora
que al
caballito de totora.
¡Albricias,
Albricias, se sale las Delicias!
Viene
arrastrando camarón, cangrejo y langostas,
se lleva
casas grandes, chicas y angostas,
el viento y
la marea corren a la gente que se asolea.
Salaverry,
gran puerto de faro y espigón,
Tus bravas
olas a Ionel Arroyo se llevaron
y las dos
mujeres con el susto se quedaron.
Por tus aguas
han pasado, barcos grandes y galeones,
“El Bolognesi”
y hasta “El Hope”.
Alguien dijo
anoche
que en la
campiña de Moche
se hacen
milagros en el día y en la noche,
pues dicen
que doña Meche
puede
convertir el agua en leche.
Laredo,
cooperativa azucarera del Perú, número uno,
por ti
tomamos un dulce desayuno,
tu azúcar
llega al Rímac y Surquillo
y hasta llena
del “Tío Sam” su bolsillo,
está en
Londres y París, en México y Madrid,
en Durango,
Tulsa y Sonora,
¡Vaya hombre
en buena hora, esto es “Made in Trujillo”,
Esto me da
mala espina
dijo el chino
de la esquina, esto mal me huele,
dejar a
Trujillo con colas y endulzando con chancaca…
ESO NO SE
PUELE!
¡VERDE Y
AMARILLO, ESTE TAMBIÉN ES MI TRUJILLO!!!.