"LA PRESENCIA DE DOÑA MARÍA JULIA": SOLILOQUIO.

Martes, 3.

REFLEXIONES ÍNTIMAS:
                                                      ALMA, rosa torturada por el simun de la incomprensión yerta estás. Tu capullo no había terminado de abrir. Mano fiera te destruyó en el tallo. Caíste en tu propio rosedal.

   Alma, ¿yaces en oscura soledad? No. La lumbre de tu esperanza se ha de prender. Tu agonía no se prolongará por una eternidad. Vivirás porque luchas diariamente. Ya vibrarás.

   Alma, ¿quién te da la fuerza que escondes? Yo lo sé: es el dolor, que no es crujir en estertores; no es ronco sollozo; no es carcajada hueca ni sonrisa irónica. Es la fuerza que te impulsa en marcha decidida hacia delante, mostrando ante el mundo una mirada tierna, y una plácida sonrisa.

   Alma, no tornes la mirada hacia atrás. Déjala donde se quedó. ¿Qué, vas sola? Eso, ¿qué importa? Mañana encontrarás a alguien en un cruce del camino.Quizá, como a ti, algún peregrino te acompañará. Tal vez, al igual que a ti, algún peregrino te acompañará. Tal vez, al igual que a ti, le hayan herido. Sin palabras te lo sabrá decir.

   Alma, si encontraras quién te comprendiera, no pensarías en morir. No dejes que te mate la hidra de la desesperación.

   Alma, tú no puedes morir; no has muerto. Tan sólo te han herido. Tú eres fuerte, ten valor. El amor da vida, y él, cual Cristo a Lázaro, te volverá a decir: "Vive, te lo ordeno, levántate".

   Alma, rosa tronchada. Capullo que estrujó mano impiadosa. Tú vivirás para volver a amar. Lo vaticino: tú vivirás por el amor. Amor más hondo, más sentido.
          -- María Julia LUNA TIRADO.