Extirpa de nuestros
corazones. Oh Señor
Dios, toda autosuficiencia
y vanagloria, todos los
pensamientos altivos y vanos,
todo deseo de excusarnos
por nuestros pecados
o de compararnos
orgullosamente con los otros;
y concédenos que tomemos
como maestro y rey a Aquel
que eligió ser coronado de
espinas y morir
en la deshonra por los otros
y por todos nosotros, tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo.
Deán VAUGHAN.
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