Todo el mundo
sabe –o al menos casi todo el mundo—que los barberos fueron en un tiempo
también cirujanos y que tal parte de su oficio originó el diseño tricolor de
las muestras que indican sus establecimientos.
Pero la
profesión médica se ha “diversificado” aún mucho más que eso, durante la larga
historia que comenzó con curanderos y sus pociones y que ha llegado en nuestros
días a especialistas modernos y sus recetas.
Como ejemplo de
una de estas especialidades que no practican hoy todos los médicos tomemos la
obstetricia.
En un tiempo, en
todos los países del mundo se consideró la obstetricia como disciplina
exclusiva de las comadronas, mujeres generalmente viejas que tenían la misión
de traer al mundo nuevos niños. En algunas naciones se utilizan todavía,
generalmente comadronas en casos de obstetricia. Hasta en ciertas partes de los
Estados Unidos y la Gran Bretaña se conceden aún títulos de comadronas.
William Hunter,
conocido en la historia de la medicina como “El comadrón” fue responsable de
uno de los grandes cambios en la práctica de la medicina, tanto como su hermano
John que echó las bases de la cirugía moderna.
William nació en
Lanarkshire, Escocia, en 1718. A instancia de su padre estudió Teología y tuvo
intenciones primero de profesar el sacerdocio. Sin embargo, posteriormente
cambió de modo de pensar y decidió hacerse médico.
Estudió con un
amigo, William Cullen, y después concurrió a conferencias sobre medicina en la
Universidad de Edimburgo, en aquella época y aún en nuestros días, una de las
más respetadas escuelas de medicina del mundo.
En 1740, Hunter
se trasladó a Londres tanto para continuar sus estudios como para ejercer su
carrera. Fue discípulo del anatomista James Douglas, con la hija del cual se
casó después. Su hermano quien también había decidido hacerse médico, le siguió
a Londres.
En aquella época
no se consideraba correcto que un hombre estuviera presente en el nacimiento de
un niño, ni siquiera para prestar auxilio en caso de necesidad. William Hunter
terminó, de una vez para siempre, con tal remilgo.
Sus dos
especialidades fueron anatomía y obstetricia o partería, como se le llamó en su
tiempo. En 1748 fue designado director de la sala de obstetricia del Hospital
de Middlesex y un año después pasó a ocupar cargo idéntico en el Hospital Lting
In.
La pericia de
Hunter venció los escrúpulos y gradualmente fue aceptada por el público como
especialista en obstetricia. Fue ardua tarea convencer a la profesión médica de
su pericia y sentido de responsabilidad, pero Hunter lo logró.
Poco antes de
morir, a los 40 años de haberse instalado en Londres, hasta la Reina de
Inglaterra se había acostumbrado ya a utilizar los servicios de un médico para
asistirla en el nacimiento de sus vástagos reales.
También hizo
notables contribuciones al conocimiento de las enfermedades del corazón.
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