DETERIORO
HUMANO (20-marzo-13)
Huyen
los años al compás de los suspiros,
el
tiempo emigra a la velocidad de un rayo,
la
mente es un tapiz de recuerdos placenteros
que
se esfuman en las lágrimas eternas.
Los
días fugan como el viento embravecido, ,
las
horas llegan impregnadas de aventuras,
el
soma muy sensible asimila la perfidia
aflorando
claridad en el paisaje oscuro.
El
cuerpo no es eterno, ni renuente al rigor,
descienden
las montañas y suben los pesares,
disminuye
el entusiasmo y la apatía arrecia,
la
ansiedad despierta como el eco sofocante.
La
depresión se ahoga en el remanso insensible
minando
la natura y anidando la abulia,
los
efectos temporales a la piel arruga
y
la magra cobardía resquebraja el alma.
El
organismo va pasmando la dinámica función,
el
ego efervescente adormece la emoción,
las
cadencias habituales van frenando el ritmo
expoliando
hábilmente las vivencias taxativas.
Los
sueños misteriosos diseñan fantasías,
las
olas agitadas anhelan perpetuarse,
reposan
en las aguas atrofiando sus esquemas,
el
descanso sedentario agota el equilibrio.
El
potencial acelerado fragmenta impíamente,
candelabro
peregrino que debilita fortalezas,
manantial
azaroso que neutraliza voluntades
vibrando
el corazón fácticos y fértiles latidos.
Por
el tiempo trajinado y el descuido ignorado
la
maquinaria humana descontrola la unidad,
la
disfunción de un sistema discordante
deteriora
el ser humano sin opción a resarcir.
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