DE "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"
Cuando las señales
de la edad empiecen a marcar mi cuerpo
(y aún más afecten a mi mente);
cuando el mal que debe
disminuirme o matarme
me llega desde afuera
o nazca en mí;
cuando llegue el doloroso
momento en que súbitamente
me despierte al hecho
de estar enfermo o viejo;
y especialmente al final,
cuando sienta que ya no tengo
dominio sobre mí
y esté absolutamente pasivo
en manos de las grandes
y desconocidas fuerzas
que me han formado;
en todos esos momentos
oscuros, oh Dios
concédeme que pueda
comprender que eres Tú
(siempre que mi fe sea
lo bastante fuerte)
quien está separando
dolorosamente las fibras
de mi ser para penetrar
en la médula misma
de mi sustancia y llevarme
dentro de Tí.
-Pierre Teilhard e Chardin
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