TODO lo tienes, Ozanam. Eres sabio, eres poeta, eres santo. ¿Qué más podías ser?
SABIO
Todo lo ahondas: filosofía, historia, letras, derecho; sabes hebreo, sáncrito, alemán; Ampére te asocia a sus experiencias. Casi adolescente, admiras en la cátedra de la Sorbona a los maestros.
Eres erudito inmaculado; tu honradez científica quiere la verdad precisa, sólo la verdad y toda la verdad. Eres erudito descubridor: cavas en minas vírgenes y revelas tesoros nuevos. Eres erudito creador: muchos se hunden en el pasado y se momifican; tú te hundes en el pasado y lo resucitas. Así en tus Estudios germánicos, en La civilización en el siglo V. La Edad Media, tan incomprendida, en ti se incorpora, vive, impone a la admiración moderna su grandeza original. Así en Dante y la filosofía católica en el siglo XIII, en tus Estudios sobre las fuentes poéticas de la Divina Comedia y en tu revelación de Los poetas franciscanos, "esos trovadores místicos del siglo XIII - dice la Pardo Bazán- que así lanzaban enérgicas invectivas a los tiranos y prevaricadores, como dirigían el enamorado serventesio a la dama Pobreza; arpas que exhalaban el quejido del éxtasis, cantores de un renacimiento religioso y artístico, franciscanos por el fuego del amor, pléyade que precedió a Dante como las estrellas al sol, y derramó por Italia un aura de inspiración, de libertad y santidad".
POETA
Todo en ti es armonía
Quien te oyó en la Sorbona, dice que "pensando como filósofo, hablabas como poeta". La belleza es tu ambiente, la ternura tu fuerza, la delicadeza tu fisonomía. Tienes "una de esas naturalezas poéticas, copas de puro cristal en quienes todo choque produce una vibración musical larga y misteriosa".
Tu vida es una estrofa perfecta
Todo en ti es armonía.
SANTO
Sabes que no es cristiano quien no es apóstol. !Y qué fuego de amor el tuyo! !Y qué imán de simpatía!
Amas al pobre, amas al pueblo. Y diciendo a tus jóvenes amigos: "pongamos nuestra fe al amparo de nuestra caridad", fundas en París las Conferencias de San Vicente de Paúl, que no dan la limosna a un cobrador ni en la puerta de una sala de baile: van en persona a visitar y consolar al hermano que sufre. Y aquella creación de muchachos sin dinero, se dilata y arraiga por el mundo y va dando sombra a millones de desamparados.
La cuestión social te preocupa, y en la prensa, en la cátedra y en la vida trabajas por la pacífica reivindicación de los oprimidos.
Ves que la falta de luz extravía a muchas almas bien intencionadas, y a instancia tuya se establecen las conferencias científico-religiosas de Nuestra Señora, iniciadas por la elocuencia de Lacordaire.
Eres valiente y eres dulce. Tu espada es la sonrisa. la verdad en tus labios invita y enamora. Y tu salud precaria, y tu temprana muerte a los cuarenta años, te encuentran fiel en la resignación apacible y en el inflamado amor.
***
Ozanam, estoy cansado. La lucha pesa y amarga. Se batalla por amor, !pero qué pocos lo entienden! Y a veces, contra nuestro querer, lastimamos: y acaso retraemos en vez de atraer.
!Ozanam, hermano menor de Francisco de Sales: dame tu dulzura!
Enero de 1925.
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