CANTO a las
mujeres que en una eres:
a los valles
de tus mundos donde camino.
A tus ríos en
donde sacio mi sed.
A la ribera
de tu alma donde obtengo la flor de tu ternura.
Le canto a tu
luz que cada día me hace amarte más;
A tus
rincones donde soy dichoso amante;
A tu mirada
infinita de amor;
A tu sonrisa
que me da vida al recordarte.
Canto a las
esferas que nacen de tu vientre;
A tu corazón
guardián de mil tesoros;
A tu palpitar
que llena mis latidos de paz y alegría;
A tu palabra
de auroras donde nacen armonías;
Al universo
construido por la unión de nuestras almas.
Canto a tu
cuerpo que es mi sangre;
A tus labios
donde bebo sueños;
A la
inmortalidad del instante continuo que forjamos;
Canto a tus
lágrimas de amor y tristeza por esta humanidad…
Amado ser
cuyas alas a veces temen los vientos.
Canto a tu
canto que deshace los silencios;
A tu habla de
soles que iluminan mis sentidos;
A tu majestad
sin par a quien doy mis sueños e ilusiones…
Y este canto
de amor, porque tú, amada compañera,
haces el
prodigio de que germine y de que florezca y por ende viva y sea.
Gracias…
Tu
amante compañero.
E.
Rojas
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