martes, 1 de enero de 2013

LAS LECCIONES DE LA HISTORIA / WILL y ARIEL DURANT


                                                                   En La Historia de la civilización, obra de diez tomos, culmina un magno trabajo de erudición contemporánea calificado por el eminente historiador Allan Nevins como “una de las grandes obras de la historiografía norteamericana”. Durante los 40 años trascurridos desde que los Durant iniciaron sus investigaciones se han vendido más de tres millones de volúmenes de la serie.
   Las lecciones de la Historia es el compendio  de esta empresa monumental, la síntesis de lo que 20 civilizaciones, en un período de 4000 años, nos enseñan acerca de la larga peregrinación del hombre a través de la guerra, la conquista, la creación y la exploración de sí mismo. Es una obra profunda y original, llena de ingenio, advertencias y esperanza en nuestra herencia humana.
AL LLEGAR  a la culminación de sus estudios, surge ante el historiador un grave interrogante : ¿de qué le han servido sus desvelos? ¿Conoce mejor la naturaleza humana que el hombre de la calle, el hombre que no se ha tomado la molestia de abrir siquiera un libro?
   ¿Hemos descubierto nuestra condición actual y hemos obtenido una guía para nuestros juicios y políticas, alguna salvaguardia contra las sorpresas? ¿Es posible que la Historia no nos haya enseñado nada, y que el pasado, con su duración inmensa, no haya sido sino el monótono ensayo de equivocaciones que el futuro está destinado a cometer en escala mayor?
   Tal nos parece a veces, y nos asalta una muchedumbre de dudas. Nuestro conocimiento del pasado es siempre incompleto, probablemente inexacto, nublado por hechos polivalentes y relatos de historiadores parciales, y quizá distorsionado por nuestro propio patriotismo o nuestras preferencias religiosas. La mayor parte de la Historia es adivinación; el resto, prejuicio.
   Además, no conocemos la totalidad de la historia del hombre. Probablemente hubo muchas civilizaciones antes que la sumeria o la egipcia. Así pues, hemos de manejar conocimientos incompletos y contentarnos con probabilidades. En la Historia, como en la ciencia y la política, la relatividad manda, y debemos sospechar de todas las fórmulas fijas.
   Tal vez dentro de estos límites podamos preguntarnos qué nos enseña la Historia en cuanto a la naturaleza, la conducta y las perspectivas del hombre. Es empresa precaria y sólo el necio trataría de comprimir cien siglos en unas pocas páginas de aventuradas conclusiones.

   Esté atento a los siguientes títulos : Dones de la tierra. Ni libres ni iguales. La Historia no distingue los colores. Una unidad secreta. Vicio y Virtud. El Este es el Oeste.  La minoría manda. Debate del general y el filósofo. ¿El futuro repetirá el pasado?. Un patrimonio más rico. (Los viernes, como referencia)

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