Una sicóloga nos sugiere algunas formas de descifrar los enigmas oníricos.
Aunque la ciencia está aún muy lejos de ofrecernos una explicación cabal y congruente de los sueños, sabemos ahora, por investigaciones modernas, que la mayoría reflejan de algún modo lo que nos ha preocupado uno o dos días antes : sucesos, pensamientos o sentimientos. Los sueños se expresan en un lenguaje especial de imágenes, y yo estoy convencida de que tal lenguaje es peculiar de cada persona. En otras palabras, quien sueña posee su repertorio particular de símbolos procedentes de sus vivencias propias. Por tanto, para entender el significado de nuestros sueños es necesario comprender el lenguaje de nuestra vida afectiva o no regida por la razón.
Mi enfoque de este asunto evolucionó gradualmente. Dediqué cinco años en un laboratorio a observar, con ayuda de aparatos electrónicos, los movimientos de los globos oculares en personas dormidas y a anotar sus sueños. Luego me sometí a un análisis freudiano (que resultó inútil) para explicar los míos mediante una teoría rígida. Hace varios años, en unión de unos cuantos profesionales y legos igualmente desencantados de las teorías del sicoanálisis ortodoxo, decidimos averiguar por nosotros mismos qué significan los sueños.
Y mediante el método experimental llegamos a la conclusión de que las guías más seguras para interpretar un sueño son la intuición y el raciocinio del propio soñante, que posee las claves en lo profundo de su ser. Nuestras reglas básicas para tratar de entender un sueño son las siguientes :
· Si el contenido del ensueño es una persona o una cosa reales, habrá que interpretarlo al pie de la letra. Si no cabe la interpretación literal, la imagen simbolizará algo o alguien que obra en nuestra vida exterior, o bien una parte de nuestra personalidad que la subconsciencia trata de colocar en el primer plano de la atención del sujeto. Por ejemplo, si soñamos con artistas de televisión o de cine y no tenemos trato directo con ninguno de ellos, busquemos si hay alguien con igual nombre o apellido que obre en nuestra vida. De no ser así, preguntémonos qué nos evoca su nombre o sus cualidades.
· Los sueños siempre se inician por algo que ocupa nuestros pensamientos o sentimientos en el momento en que los soñamos. En los ensueños no recordamos sólo por recordar. Si aparecen en el sueño personas e imágines que estuvieron alguna vez estrechamente ligadas a nuestra vida, es porque representan voces del pasado que persisten en nosotros y siguen ejerciendo influencia en nuestra conducta actual, o bien porque quieren indicarnos que en nuestra situación presente hay algo comparable o semejante a otra situación pretérita.
· El tono de un sueño da a veces la clave de su sentido. Por ejemplo, si se me aparece un perro meneando la cola, y me aflijo porque no responde a mi amistosa llamada, esta imagen podría interpretarse al recordar cuánto me molestó la tarde anterior el comportamiento de mi marido en una fiesta. Quizá el sueño reproducía mi indignación al ver que él no me prestaba ninguna atención, porque estaba distraído jugando al “perro alegre”.
· Los sueños no surgen para decirnos lo que ya sabemos de la gente que nos rodea o de nosotros mismos. Pueden servir para aclarar nuestros pensamientos o para instarnos a hacer algo que resuelva un viejo conflicto. Por tanto, el símbolo onírico sólo se interpretará bien cuando le encuentre sentido el sujeto en relación con su vida, y cuando lo inicie a cambiar y vivir más constructivamente. (La interpretación incorrecta dejará a la persona desilusionada o deprimida). Por ello, aconsejo a quien estudie los sueños, que escriba brevemente su interpretación del significado de esos sueños y lo que piensa hacer en vista de ella.
El contenido de algunos sueños de mi colección demostrará los elementos que considero más importantes en su interpretación.
Contenidos oníricos que no tienen carácter simbólico.
Juan, integrante de uno de nuestros grupos de estudiantes, narró este ensueño :”Estoy en una habitación de la escuela. A través del patio veo mi habitación ; en la cama está Susana con mi amigo Raúl. Mientras los observo, Raúl comienza a besarla. Corro a mi dormitorio y, cuando llego a él, Susana y Raúl siguen en el lecho, aunque solamente están conversando”.
Como entonces Susana era novia de Juan, y Raúl un amigo de ambos a quien trataban diariamente, el significado del sueño parecía muy claro. Sin embargo, quedaba por averiguar si reflejaba una percepción objetiva de la situación o sólo una sospecha neurótica de Juan. Después de confiar a Susana ese sueño, Juan escribió : “Ella convino en que Raúl le hace la corte insistentemente. Creo que mi subconsciencia sacó a flote mi preocupación respecto a las intenciones de mi amigo”. El sueño advertía a Juan lo que podría ocurrir si permitía que tal situación se prolongara más de la cuenta.
Imágenes simbólicas.
Jaime, estudiante de uno de nuestros grupos de Inglaterra, tuvo este extraño sueño : “Ando por la calle de una aldea. Veo a un sastre frente a su tienda que cuelga unos trajes en un perchero, pero de mala gana y con deliberada lentitud, y entonces advierto que va vestido con cuello de clérigo”.
A primera vista aquello era incomprensible. Jaime no había ido al pueblo el día anterior ni había visitado a su sastre. había pasado, por cierto, la mayor parte de la jornada hablando con su abogado y esforzándose en vano para apresurar los desagradables trámites de su divorcio, que había iniciado desde hacía ya cuatro años.
Pero, al pensar en el sastre, Jaime recordó a otro sastre que había tenido autoridad sobre él en su niñez. Agregó que se apellidaba Ash y entonces se percató con asombro de que ese era también el apellido de su abogado. Así deshizo el equívoco : el abogado retardaba a propósito los trámites, resistiéndose a “sacar los trapos al sol” (En sueños la subconsciencia usa continuamente equívocos o juegos de palabras para expresarse, aunque no lo haga la mente despierta) Jaime había culpado a su esposa por la tardanza, pero sin duda subconscientemente veía la situación de otra manera : el responsable era el abogado, lleno de prejuicios religiosos contra el divorcio, como lo indicaba simbólicamente en el sueño el cuello eclesiástico del sastre.
Así quedó muy claro lo que debía hacer Jaime : cambiar de abogado y apresurar las diligencias.
El caso de María demuestra la técnica llamada “monólogo creador”, apropiada cuando se nos dificulta aclarar alguna imagen onírica. Nos narró el siguiente sueño:
“Estoy en mi casa, y mi cocina de gas no funciona bien. Pienso que debo mandarla arreglar cuando ocurre un estallido que hace volar la parte superior del aparato”.
Siguiendo nuestras reglas, María examinó el aparato para ver si el sueño trataba de señalarle algún peligro. Como no encontró nada defectuoso, se preguntó qué significaba para ella la palabra “cocina”, pero sólo la veía como un artefacto para guisar los alimentos. Le pedimos que tratara de encarnar en esa imagen y describirse a sí misma. Entonces habló como si ella fuera el artefacto : “Soy una cocina de gas ; me utilizan cuando me necesitan y me olvidan cuando he terminado mi trabajo. Y si no se ocupan pronto de mí, voy a estallar”.
Al interpretar que la cocina de gas era una parte de ella misma a punto de estallar, María agregó : “Una voz interior me reprocha sin cesar mi conducta, pues antepongo olas necesidades del prójimo a las mías. El mensaje del sueño es que debo prestar atención a mis sentimientos y expresarlos ; en caso contario, estallaré”.
Elena, profesora universitaria, se enfrentó a un problema que podemos considerar de interpretación más difícil. Tuvo en una misma noche tres sueños, a saber :
El primero : “Veo tres terrenos baldíos, uno pequeño, otro de tamaño mediano y otro grande. sin saber por qué, les atribuyo un significado sexual”.
El segundo : “Pertenezco a un equipo de baloncesto y vacilo entre ser delantera o defensa”
El tercero : “Enseño los vestidos de mi armario a mi amiga Aurora. Ella me aconseja que cosa algunos botones (jeans). Recorro las habitaciones de mi casa (que no parecen familiares ) y me asombra ver dormitorios amplios y limpios, debidamente preparados para que varios huéspedes pasen en ellos la noche”.
Al principio estos sueños no parecían estar vinculados ente sí. Pero Elena recordó que el día anterior había comentado con algunas amigas suyas su posición ambivalente respecto a la maternidad. En la época de su sueño tenía algo más de 30 años y aún no era madre.
Según la técnica del monólogo creador, se dijo : “Soy un terreno baldío a punto de ser sembrado…” Estas pocas palabras revelaron que el campo era un símbolo de la matriz, y que Elena deseaba quedar embarazada. Esto sugirió inmediatamente el posible significado del segundo sueño : Elena se preguntaba si debía “ir adelante” con la fecundación o “defenderse” contra ella.
El tercer sueño contiene un equívoco que lo vincula con los otros dos de aquella noche. Aurora señala que a los jeans (genes) de su amiga le faltan botones, forma en que la subconsciencia expresa las dudas de Elena respecto a sus caracteres hereditarios. Y escribió : “Una vez soñé con mi hermano menor, y en ese sueño acusé a mi madre de ser causa de sus deficiencias mentales. El sueño reciente parece revelar mi preocupación inconsciente de pasar esa falla a mis hijos. Pero me muestra que mi casa (que siempre asocio a mí misma y a mis posibilidades) es mayor de lo que yo pensaba, y que en ella hay lugar de sobra para huéspedes (¿niños?)
Varias semanas después del sueño Elena nos escribió que estaba embarazada y se sentía feliz.
El PROPÓSITO de la interpretación de los sueños es buscar los mensajes que nos puedan traer. Es importante que cada persona lo haga por sí misma, sin dejarse sugestionar por interpretaciones de los demás. Si fracasamos en nuestro afán de comprender el ensueño, debemos solicitar ayuda a otros sueños. Antes de dormir, pidámosles que nos indiquen el sentido de algún símbolo difícil, o que vuelvan a mostrar cierta imagen enigmática de manera que podamos aclarar su significado. Hemos comprobado que esta técnica resulta sumamente eficaz.
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