(El drama humano se va desarrollando o presentado a través de muchas escenas y en distintos escenarios; en ellos hay papeles protagonistas que encierran mensajes que van calando en lo más profundo del corazón. Muchos cuadros pueden ser coincidentes...
En nuestro caso, es él, el esposo, quien recibe el confortamiento de la fiel esposa... Muchas de sus palabras y sentimientos, las encontramos en las fervientes palabras de este autor, anónimo, que encajan perfectamente en esta Memoria, dedicada a Isaac, Max y Leo, esposo e hijos, respectivamente.
Ada Pereda, más conocida como Irene Valdés, fallece el 9 de junio del 2013.
Nace y se educa en Cuba; trabaja, se casa y vive en Miami y Perú; fallece en Morton y es sepultada en Hialeah, Florida-Estados Unidos.
Ada Pereda, más conocida como Irene Valdés, fallece el 9 de junio del 2013.
Nace y se educa en Cuba; trabaja, se casa y vive en Miami y Perú; fallece en Morton y es sepultada en Hialeah, Florida-Estados Unidos.
La recordaremos mañana, 9, en la Misa de Réquiem).
***
Si me voy antes que tú, no llores por mi
ausencia; alégrate por todo lo que hemos amado juntos.
No me busques entre los muertos, en donde
nunca estuvimos; encuéntrame en todas aquellas cosas que no habrían existido si
tú y yo no nos hubiésemos conocido.
Yo estaré a tu lado, sin duda alguna, en
todo lo que hayamos creado juntos: en nuestros hijos, por supuesto, pero
también en el sudor compartido tanto en el trabajo como en el placer, y en las
lágrimas que intercambiamos.
Y en
todos aquellos que pasaron a nuestro lado y que, irremediablemente, recibieron
algo de nosotros, y llevan incorporado –sin ellos ni nosotros notarlo- algo de
ti y algo de mí.
También nuestros fracasos, nuestra
indolencia y nuestros pecados serán testigos permanentes de que estuvimos vivos
y no fuimos ángeles, sino humanos.
No te ates a los recuerdos ni a los objetos, porque dondequiera que mires que hayamos estado, con quienquiera que hables
que nos conociese, allá habrá algo mío. Aquello sería distinto, pero
indudablemente distinto, si no hubiésemos aceptado vivir juntos nuestro amor
durante tantos años; el mundo estará ya siempre salpicado de nosotros.
No llores mi ausencia, porque sólo te
faltará mi palabra nueva y mi calor de ese momento. Llora, si quieres, porque
el cuerpo se llena de lágrimas ante todo aquello que es más grande que él, que
no es capaz de comprender, pero que entiende como algo grandioso, porque cuando
la lengua no es capaz de expresar una emoción, ya sólo pueden hablar los ojos.
Y vive. Vive cada día, y más que antes.
Porque yo no sé cómo, pero estoy seguro de que, desde mi otra presencia, yo
también estaré creando junto a ti, y será precisamente en ese acto de traer
algo que no estaba, donde nos habremos encontrado. Sin entenderlo muy bien,
pero así, como los granos de trigo que no entienden que su compañero muerto en
el campo ha dado vida a muchos nuevos compañeros.
Así, con esa esperanza, deberás continuar
dejando tu huella, para que, cuando tu muerte nos vuelva a dar la misma voz,
cuando nuestro próximo abrazo nos incorpore ya sin ruptura a la Única Creación,
muchos puedan decir de nosotros: si no nos hubiesen amado, el mundo estaría más
triste.
-Anónimo
El Mensaje de Ada Irene a su esposo e hijos.
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