lunes, 1 de julio de 2013

UN ARTE DE VIVIR... / John D. ROCKEFELER, hijo

   CREO en el valor supremo del individuo, en su derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
   Creo que todo derecho implica una responsabilidad; toda oportunidad, una obligación; toda posesión, un deber.
   Creo que las leyes se hicieron para los hombres y no éstos para aquellas; que el gobierno debe ser el servidor del pueblo, y no su amo.
   Creo en la dignidad del trabajo, sea manual o intelectual; que la sociedad no le debe el sustento a ningún hombre, pero sí la oportunidad de ganarse la vida.
   Creo que el ahorro es indispensable a la vida bien ordenada, y que la economía es la base fundamental de toda estructura monetaria sana, ya sea ésta gubernamental, comercial o particular.
   Creo que la verdad y la justicia son fundamentales en cualquier sistema social perdurable.
   Creo en la santidad de las promesas; en que la palabra empeñada vale más que cualquier fianza; y que el carácter (y no la posición económica, de autoridad o social) constituye el valor supremo.
   Creo que el prestar servicios útiles es el deber común de la humanidad, y que sólo en el fuego purificador del sacrificio se consume la escoria del egoísmo y se liberta la grandeza del alma humana.
   Creo en un Dios omnisapiente y bondadoso, sea cual fuere el nombre por el que se le conozca; y que las realizaciones más altas del individuo, su mayor felicidad y su más amplia utilidad, se encuentran en vivir en armonía con su Divina Voluntad.
   Creo que el amor es lo más grande que existe en el mundo; que sólo él puede dominar el odio; que el derecho puede triunfar, y triunfará, sobre la fuerza.

-John D. Rockefeler, hijo

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