Comparativamente, esta película me hace recordar los hechos de tres jerarcas de la Iglesia Católica que han dejado huella durante los últimos setenta y cinco años. Me quiero referir a la obra de tres Sumos Pontífices; dos de ellos, [los dos últimos] pronto serán oficialmente declarados santos y se elevarán a los altares:
PÍO XII, JUAN XXIII Y JUAN PABLO II . EL BUENO, EL MALO Y EL FEO.
En 1939, la doctrina católica estaba ligada directamente al EXCLUSIVISMO que afirma: “no hay salvación fuera de la Iglesia”, modificada gradualmente y reemplazada parcialmente en el CONCILIO VATICANO II. Al estilo cinematográfico, hago un “flashback” de mi niñez y me encamino por el sendero de mis recuerdos. Décadas atrás, cuando cursaba el segundo grado de primaria, se presentó en el salón de clase, un grupo de señoritas; éstas conformaban el equipo de "colecta para el Papa”, llamado también “óbolo de San Pedro”. La mayoría, por no decir todos, no entendíamos nada de lo que se trataba; en cuanto me percaté de aquel tarrito con una ranura para meter monedas, decidí que mi exigua propina se quedaba conmigo.
-Señorita, quién es el Papa?, preguntó alguien. La respuesta fue rápida y contundente: "Es el representante de Cristo en la tierra, niños".
Con el pasar de los años, mis inquietudes con respecto al mundo que me ha tocado vivir, sólo han cambiado de forma; si soy lo que pienso, me doy cuenta que mis preguntas se han convertido en el péndulo de la duda que oscila entre la verdad y la mentira. En aquel entonces, no sabía que la Iglesia de Cristo, es dueña de bancos e incontables empresas, se sigue haciendo mantener de limosnas, siendo las más cuantiosas las que llegan de Estados Unidos, Alemania, Francia, España y México.
Nací durante el mandato eclesiástico del llamado PAPA NAZI. En la historia, son muchos los sucesores de San Pedro involucrados seriamente en polémica; protagonizaron en siglos pasados desde asesinatos, guerras y orgías. Pero Eugenio Pacelli, quien adoptó el nombre de PIO XII y estuvo al mando de la Iglesia de 1939 a 1958, se marcó el estigma de mostrarse indiferente ante las atrocidades del nazismo. Mientras el racismo y el antisemitismo se esparcían por Europa, las cámaras soltaban gas y los hornos ardían; el Vaticano guardó silencio. En sus múltiples alocuciones por Radio Vaticano, el Papa nunca expresó una sola palabra de protesta contra Hitler;o al contrario, celebró una misa por su salud después de un atentado fallido que tuvo este engendro del mal. Los judíos eran llamados “pérfidos” y “asesinos de Cristo”; en el campo de concentración de Auschwitz, los cristianos nazis asesinaron a novecientos sesenta mil judíos.
Marcantonio, Carlo y Giulio Pacelli, sobrinos de PÍO XII, heredaron de su tío ochenta millones de marcos en oro y valores, son presidentes y consejeros de bancos y sociedades, en inmobiliarias, en la industria farmacéutica y en el Banco de Roma. Entre los tres, han amasado una ilimitada fortuna; hoy promueven la canonización de su querido tío Eugenio. A pesar de la mala fama pública de su memoria, en el 2009, BENEDICTO XVI inició los trámites para su beatificación. ¿Hizo algún milagro?... Bueno, no, todavía, pero recogió a unos niños judíos para salvarlos de los nazis y les invitó a desayunar.
Corre el año 1959, la Iglesia opta por el INCLUSIVISMO que dice: “los no cristianos, pueden ser cristianos anónimos”. Esto quiere decir que las personas que están en un estado espiritual y responden al Evangelio, si se les enseña adecuadamente, se encontrarán con Jesús en el momento de su muerte.
Giuseppe Roncalli se hizo llamar JUAN XXIII, considerado como el PAPA BUENO (¿los anteriores no lo fueron?) ocupó la silla de San Pedro de 1959 a 1963. Cuando una vez le preguntaron, qué cosa es el OPUS DEI… pensó un momento y contestó: ”espero ir al cielo para averiguar en qué consisten tres cosas: la pobreza de los franciscanos, la obediencia de los jesuitas y el Opus Dei”. Con esta respuesta, el Pontífice parece presentir la llegada de apocalípticos jinetes montando malignos corceles.
El período de JUAN XXIII fue de profundos cambios y durante una época que fue testigo de los acontecimientos más destacados del siglo XX; se inició como protegido de PIO XII, fue Arzobispo de Areopolis, delegado apostólico en Bulgaria, Turquía y Grecia, Nuncio apostólico en Francia, Patriarca de Venecia y Cardenal de Santa Prisca. De Papa fue a visitar a los presos, a los enfermos de los hospitales, a los niños de los orfelinatos y a los ancianos de los asilos. Supo enfrentarse a los compinches de la mafia del Colegio de Cardenales que se oponían a su elección como Papa.
JUAN XXIII suprimió el adjetivo “pérfido” usado en la liturgia de la Semana Santa para designar a los judíos. Después de su muerte, su sucesor PAULO VI volvió a la vieja costumbre de los pérfidos judíos, que no habían querido reconocer a Jesús como el Mesías y que lo habían matado. En este período histórico extraordinario, de alta tensión internacional, JUAN XXIII lanzó un contundente mensaje de paz al mundo entero; la Iglesia se volvió hacia él como nunca antes en la historia de la Cristiandad. Fue el primer Papa que manifestó que la religión debe caminar de la mano con la ciencia, poniendo en cuestión el poder de la Iglesia en el CONCILIO VATICANO II que dio origen a la TEOLOGIA DE LA LIBERACIÓN de los católicos de Latinoamérica y su situación actual, contradiciendo al designio histórico de Dios en un mundo donde la pobreza es un pecado social, toda una revolución que hizo a la Iglesia católica reflexionar sobre sí misma y sus hipocresías a lo largo de la historia, que la habían ido alejando progresivamente del verdadero mensaje de Cristo, así como de las nuevas necesidades del hombre moderno. En 1962, el Perú cantó al unísono un himno jubiloso por la canonización del mulato peruano Martín de Porres.
El polaco Karol Wojtyla, quien se hizo llamar JUAN PABLO II, ocupó la silla de San Pedro de 1978 a 2005. En su mandato de veintiséis años, diez meses y diecisiete días, protagonizó el tercer papado más largo de la historia y el más viajero. Conocido como el PAPA PEREGRINO, viajó más de un millón de kilómetros en jet privado, en sus ciento cuatro viajes apostólicos que lo llevaron a ciento treinta países de los cinco continentes; se adjudicó ser la voz de los pobres dando discursos en once idiomas, besando pistas de aterrizaje e impartiendo bendiciones desde su papa-móvil; más que todos los papas anteriores juntos, realizó mil trescientas beatificaciones y cuatrocientas ochenta canonizaciones.
Como en todo poder político, el papado es un puesto muy codiciado, por lo tanto el proceso para tener la autoridad absoluta sobre la Iglesia católica sigue siendo muy politizado, ya que tiene que ver con intereses de carácter político, social y económico. Si bien para sus admiradores JUAN PABLO II conquistó el corazón de mucha gente y se le atribuyen hechos que conmueven al mundo al lograr la recuperación inexplicable de un aneurisma cerebral de Floribeth Mora, todo un milagro que hoy lo hace santo, su obra como Vicario de Cristo no está libre de críticas y escándalos.
Con el inicio del mandato de PAULO VI, porque a JUAN XXIII no lo querían, el OPUS DEI ha sido la favorita del Vaticano. JUAN PABLO II, se encargó del proceso de beatificación y el de canonización de don José María Escrivá, quien fue protegido de Francisco Franco y PIO XII, se hicieron rápidamente, en sólo veintisiete años, un tiempo récord desde el siglo XVI. El 6 de octubre de 2002, día de la canonización de Escrivá, el Papa ante trescientas mil personas dijo: “Siguiendo sus huellas, extended por la sociedad la conciencia de que estamos llamados a la santidad, sin distinción de razas, clases, cultura o edad”. Sin embargo, no concedió audiencia a la comisión de ciudadanos salvadoreños que proponía la beatificación del arzobispo Óscar Romero, a quien la gente pobre lo consideraba un iluminado al ser testigos de una transformación de un pasivo clérigo, a un ferviente luchador y defensor de su Iglesia y su pueblo, fue asesinado cobardemente mientras celebraba misa. Se dice que el OPUS DEI dictó la política social de JUAN PABLO II, nombraba y quitaba obispos y nuncios, siendo la organización católica conservadora más rica y poderosa; máxima opositora del control de la natalidad. En 1981, JUAN PABLO II creó importantes instituciones político-religiosas como: El CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA, que se oponía al aborto, y LA ACADEMIA PONTIFICIA Pro-Vita, que se oponía a los anticonceptivos, esto ha contribuido a aumentar dos mil millones de habitantes a la población mundial.
Otra de las organizaciones favorecidas por JUAN PABLO II, fue LOS LEGIONARIOS DE CRISTO. Según el mexicano Marcial Maciel, Cristo se le apareció en 1936 y le ordenó que fundara una secta de sacerdotes para propagar “el Reino de Cristo”. En 1941, este joven teólogo de veinte años de edad fundó con doce seminaristas LOS LEGIONARIOS, él como jefe representaba a Cristo. En febrero de 1997, una noticia que recorrió el mundo entero causó un gran escándalo; el padre Marcial Maciel fue acusado de haber abusado sexualmente de nueve seminaristas legionarios y un sacerdote en España e Italia, declararon que Maciel afirmaba que tenía el permiso de PIO XII para hacerlo. Los implicados, ya habían denunciado esto en 1978 y 1989 al Papa JUAN PABLO II quien no les hizo caso, por lo que decidieron hacerlo público. Maciel en lugar de ser castigado fue favorecido al ser nombrado Canciller de la Orden Pontificia REGINA APOSTOLORUM, fue además el encargado principal de la última visita de JUAN PABLO II a México. El escándalo más grave a finales del siglo XX y principios del XXI se relaciona con abusos sexuales; una investigación encargada por obispos norteamericanos reveló que, entre 1950 y 2002, habían habido en Estados Unidos más de cuatro mil sacerdotes acusados de abusos sexuales con menores. En octubre de 2003, a una sola arquidiócesis de Boston, el Vaticano le pagó ochenta y seis millones de dólares a quinientos cincuenta y dos querellantes representados por más de cuarenta abogados, para acallar sus demandas contra los pedófilos en cuestión.
En una oportunidad, JUAN PABLO II invitó a desayunar a doce de los más grandes científicos de nuestro tiempo; el objetivo de este encuentro era para pedirles que continuaran investigando los misterios del universo; pero que no fueran más allá porque esos dominios sólo corresponden a Dios. El físico inglés Stephen Hawking quien se encontraba entre los ilustres invitados, declaró posteriormente que su curiosidad era muy grande y optó por no prestar atención al Pontífice. Sus trabajos de investigación causaron gran polémica dentro y fuera del Vaticano, sus conclusiones fueron: nuestro universo como muchos otros posibles surgieron de la nada, porque su creación no necesita la intervención de ningún Dios o ser todopoderoso, sino que el universo procede naturalmente de las leyes físicas.
Según la religión, un milagro es en sí un hecho sobrenatural que viene de Dios por medio del cual manifiesta su amor a los seres humanos, pero desde el punto de vista médico, un milagro es la aceleración inexplicable del proceso natural de curación y no se considera una contradicción de las leyes de la naturaleza por intervención milagrosa.
De acuerdo a mi experiencia personal desde que tengo uso de razón, todos los milagros se relacionan con curaciones de enfermedades devastadoras del cuerpo. ¿A quién de los seis mil quinientos treinta y ocho santos con los que cuenta actualmente la Iglesia Católica nos encomendamos para las enfermedades incurables que corroen el alma?... La envidia y la corrupción, son igualmente devastadoras como el cáncer y el sida; estas pandemias humanas, y otras de igual calibre, no se han podido erradicar, han logrado convertir el espíritu del hombre en cenizas.
Me atrevo a pensar por lo tanto, que la forma de interpretar "un milagro", depende de la creencia de cada individuo, y no define al hecho en sí, sino solamente a la persona que lo interpreta, considero que estos "hechos inexplicables" representan al negocio de la fe con un enorme poder, basado en la manipulación mental y económica de sus seguidores.
En el film de Leone, el BUENO y el FEO logran repartirse el botín, el MALO muere en el intento. A diferencia de la película, la línea de hechos y acciones que separa a cada uno de los tres Vicarios de Cristo, está bien definida. Usted, amigo lector, puede o no determinar quién merece tal o cual calificativo.
A manera de epílogo, quisiera comentar algunos hechos importantes de Albino Luciani, más conocido como JUAN PABLO I. Tuvo un Pontificado de solo 33 días, entre septiembre y octubre de 1978; se negó a que fuera coronado con la Tiara papal y se opuso a que lo llamaran "Su Santidad". Tal vez cometió un error al criticar abiertamente al siciliano Michele Sindona, banquero de la Cosa Nostra y a Roberto Calvi, conocido como el "Banquero de Dios", presidente del Banco Ambrosiano, quienes se encargaban de las finanzas oscuras y secretas, de las intrigas e intereses internos del Vaticano. En condiciones sospechosas, el Papa Luciani amaneció muerto; nunca se autorizó la autopsia correspondiente.
Mi deseo es que entre el idealismo del Papa Luciani y Mario Bergoglio (FRANCISCO), quien a diferencia de otros Vicarios de Cristo, es el primero en adoptar este nombre e inicia un Pontificado marcado por la austeridad, se cree un arco iris de esperanza y se logre un pacto marcado por el PLURALISMO: "no hay una única verdad o fe verdadera, todas las creencias son igualmente auténticas y salvíficas".
Ya lo dijo el poeta: "Las lámparas son distintas, pero es la misma luz; viene de más allá”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario