PENSADORES CATÓLICOS CONTEMPORÁNEOS.
(Condensado por el editor)
(Pruebas de la existencia de Dios).
DE LA REALIDAD CUYA EXISTENCIA HA DE
DEMOSTRARSE UNA VEZ HECHA LA
HIPÓTESIS “DIOS”.
Esta Realidad no puede ser una
realidad cualquiera, pues los datos reales que sugieren que se haga la hipótesis
de “Dios” piden la demostración racional de una realidad adecuada para resolver
los problemas implícitos. Tales problemas son: a) el origen del mundo y del
orden mundano; b) el origen del espíritu que es la esencia del hombre y, por
tanto, del orden de la verdad y del bien que en él han de encontrarse, que le
hacen capaz de conocer y de querer, capaz de pensar la verdad y de actuar
conforme a una ley moral, con libertad y responsabilidad; c) la finalidad del
universo, la de cada ser espiritual por separado y la de todo el conjunto de la
historia humana.
En consecuencia, la definición nominal de Dios como Ser inteligente,
trascendente todo, existente por Sí
mismo y todopoderoso, implica que Dios (la hipótesis en cuestión) es el Ser que
es el Creador Infinito, enteramente autosuficiente, incondicionado,
omnipotente, etc. Ante esta hipótesis, obtenemos una noción más clara de
nuestra propia finitud (y de todas las cosas), de nuestra situación precaria,
de nuestras limitaciones e insuficiencias: en pocas palabras, de nuestra esencial dependencia con respecto a esta
realidad que por el momento hemos admitido hipotéticamente. De hecho, ante Dios
la creatura (el creyente) cae en la cuenta de su propia “nada”. O, de otra
manera: es tan inmensa la desproporción entre tal Ser y el ser finito, que al
encontrarse éste ante Aquél advierte su propia nadería y desea aniquilarse; si
bien esta advertencia no le priva de caer en la cuenta de que también él es un ser, de que la creatura es un ser
(que vive, siente, piensa y quiere realmente) y no un puro fenómeno. De esta
forma, el ser finito, embriagado con el Ser –según la expresión de Juan de
Santo Tomás -, siente cómo su potencia se multiplica hasta el céntuplo y cómo
invade una irresistible necesidad de derramarse en múltiples operaciones.
La hipótesis “Dios” surge de la realidad integral del hombre y del
mundo. Requiere una respuesta filosófica
que responda adecuadamente a esta integridad.
La hipótesis “Dios”, nacida de la condición de toda la realidad humana y
natural, es, en sí misma, el tema de
la discusión (a ver si puede ser “racional o razonable”), de tal modo que, en
caso de respuesta afirmativa, aquella realidad pueda tener su explicación
total, y la religión, la garantía de un fundamento racional.
La hipótesis “Dios” ha nacido de una problemática realmente humana; a la
investigación racional le compete el confirmar o rechazar tal hipótesis; esto
es, decir si, y hasta qué punto, la existencia de un Ser inteligente y
trascendente, creador y providencia del mundo, puede ser una verdad
racionalmente demostrada y, por lo tanto, objetivamente válida, o una pura
verdad de fe, o acaso un puro flatus
vocis.
* De Filosofia e Metafisica.
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