un corazón firme,
al que ningún afecto indigno
pueda arrastrar hacia abajo;
dame un corazón invencible,
al que ninguna tribulación
pueda agotar;
dame un corazón recto,
al que ningún propósito
indigno pueda seducir.
Concédeme también, oh Señor,
Dios mío, entendimiento
para conocerte,
diligencia para buscarte,
sabiduría para encontrarte,
y fidelidad para poder
finalmente abrazarte,
por Jesucristo
Nuestro Señor, Amén.
-- Cristianismo, Santo
Tomás de AQUINO.
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