“La raíz: ¡Acuso! Mi vida que soñaba
sueños inefables en la lobreguez de las profundidades, la sacaste a la luz.
Agotaste el deseo.
La copa: ¡Acuso! Mi rayo que beatíficamente
tendía a la luz lo retuviste en la sorda oscuridad.
La raíz: ¡Gracias! Por poder dar. Pues tú
eres la consumación.
La copa: ¡Gracias! Por poder dar. Pues tú
eres el alimento.
La raíz: Yo soy tu límite; calor y patria. Mi
muerte te renueva.
La copa: Yo soy tu medida; solución y
plasmación. Mi asesinato te forma.
La raíz: Retornas a lo siempre idéntico y
presente, a mí.
La copa: Surges hacia lo siempre nuevo y
cambiante, hacia mí.
La raíz: Yo soy equilibrio y polo. Cada nueva
rama que va hacia la luz necesita nueva fibra que penetre en la oscuridad.
La copa: Yo soy polo y equilibrio. Cada nueva
fibra que penetra en la oscuridad necesita una nueva rama que vaya hacia la
luz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario