lunes, 31 de octubre de 2011

ANTOLOGÍA. POETAS JÓVENES DE AMÉRICA: Alberto GUILLÉN. ECUADOR.

FANTASÍA EN TONO MENOR

   La tarde estival se inicia
en la celeste sonata
con sus oros y delicia
de plata.

   Juega la flauta del ave
y hace una noche importuna
o una lánguida y suave
de luna.

   En sus dulzainas armónicas
van repitiendo las brisas
ecos vagos y sinfónicas
sonrisas.

   A la lira del poniente
van mil quejas en tropel
a formar rima muriente,
cruel.

   Las palomas, angustiadas
por los ayes del ocaso, buscan la selva en bandadas
de raso.
 
         HUMBERTO FIERRO.

EL AGUA

   El agua fluye,
el agua huye
por la campiña,
y va cantando bajo la fronda
como una niña.

   El agua huye sobre la gualda
alfombra de hojas de los eneros
y va cogiendo dentro su falda
rosas marchitas, luna y luceros.


   El agua corre por la campiña.
El agua llega, y a tientas busca el verde estanque
como una niña
que fuera ciega.

   El agua sueña, bajo la sombra,
en torsos blancos, flores y niños.
El agua nombra
nombres de amantes desconocidos.

      MIGUEL ÁNGEL LEÓN.


POEMAS DE MI TIERRA.

   La única amistad que tengo
es la del patio de mi casa,
la calle íntima y clara,
entrañable a pesar de conocerla.
No tiene esta ternura de ventana en el cielo
dónde secar la ropa blanca
y poner unos tiestos, y colgar aun sin pájaro una jaula.

   El patio es el aljibe
que trae el cielo a la casa;
todo el día lo miro
y recuerdo a la abuela de las tardes
que me espulgaba y me decía cuentos.

   Sólo le falta al patio una guitarra,
y aunque no tiene rondas, yo lo pueblo
de mi entusiasmo de chiquillo
montado en un carrizo.

   Lo único que siento
es que cuando yo me muera
tal vez no encontraré otro patio
donde se pase todo el día el cielo.

               JORGE REYES.

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