martes, 4 de octubre de 2011

"VERSOS POR ESPIGAR": Dulce hogar. Alucinación, de Javier CALDERÓN ÁVILA.



Nací un 4 de junio de 1942 en Salpo. Mis padres: Augusto Calderón Lezama y Tránsito Ávila Flores.
Estudié la Primaria en la Escuela 255 de Salpo.
La Secundaria  en el Politécnico Regional del Norte N. 6 "Marcial Acharán" y la Superior en las Universidades Nacional de Trujillo-Profesor de Primaria y en la Nacional Mayor de San Marcos Lima-Licenciado en Administración.

Me he desempeñado como Profesor en la Escuela Normal "Víctor A. Belaúnde, Jaén-Cajamarca y  de Director en los Colegios: José Sabogal-Lima, José Carlos Mariátegui-San Germán-Lima y "Perú-Japón", Lima.

Me he proyectado a la comunidad ejerciendo los cargos: Ser Presidente  de la Asociación de Propietarios- Barrio Obrero- San Martín de Porres, Presidente de la Agencia Municipal N. 4, Presidente de la 3a. Asamblea Cívica Popular-Municipalidad, Presidente de la Mesa de Concertación. Presidente de la Comisión Organizadora del Frente de Defensa de los intereses de San Martín de Porres. Delegado Pleno a la Asamblea Nacional Popular, Presidente del SUTE Base N. 3022 y Delegado Pleno al 10mo. Sector-San Martín de Porres.-
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"La poesía es la ambición  de un discurrir que aspira a verse cargado de más sentidos y ungido  de más música que el lenguaje ordinario lleva o puede llevar consigo". Valery.

DULCE HOGAR.

Modesto y hermoso fue mi hogar primerizo
situado entre dos vías del Barrio Usquil;
de paredes resistentes que no hacían mella el temporal:
sus ambientes los recuerdo con clara nitidez.

Su terrado prodigioso y amplio almacén,
lugar de provisiones para el sustento anual;
aves y ovinos se hospedaban en el corral,
cerdos y conejos completaban el redil.

"Zambo" el vetusto y celoso perro guardián
con sus fuertes ladridos  ahuyentaba al satán;
el audaz y vigilante gallo "Montaraz" entonaba su cantar,
alterando el sueño de todos en cada estación.

En el patio de entrada enclavado estaba el batán,
granítica roca que ocultaba un botín
con el rítmico uso  en la molienda diaria
y el trémolo espanto en la aciaga oscuridad.

Un tesoro escondido en el fangoso corralón,
en él brotó un cerdito de áureo color,
esfumándose en el mínimo descuido
quedando sólo una huella profunda en un rincón.

Mi dulce casa al notar mi ausencia,
enardecida y con violenta fuerza se inmutó,
cediendo al capricho de la rabia,
toda su estructura ¡a la naturaleza cedió!

   ALUCINACIÓN.

   Caminando taciturno en un mundo desolado,
   sumergido en la negra sombra de la noche,
   los fragantes rayos de luna guiaban mi sendero,
   atizando la soledad de un ser sin proteccióon.

   Advertí que un siniestro lumpen me seguía;
   con voz autoritaria le inquirí la razón de su presencia,
   y con sórdido mutismo la respuesta omitió,
   motivando la ira enardecida de reproche y desazón.

   Luego de avanzar con sigilo un largo trecho,
   noté que persistía afanosamente su intención,
   obligándome nuevamente reprochar su actitud:
   ¿Qué insinúas falso duende con tu caprichoso afán?

   Otra vez osó ignorarme y ocultarse en el silencio,
   se mofó grotescamente sin el mínimo escrúpulo,
   reincidiendo en su consabido silencio sepulcral,
   con paciente quietud de un ser adormecido.

   Al final de la escena inquisitoria,
   la paciente tolerancia se agotó,
   con la furia de una tromba volví a replicar:
   ¡Apártate de mi diestra vil traidor!

   Burdamente persistes en alterar mi libertad;
   la calma / la paciencia y el sosiego se agotan,
   horadando lo más profundo de la intimidad,
   generando el caos en la entraña espiritual.

   La esfinge dejando la ironía y la falsa vanidad,
   con trémula voz y magra decisión respondió:
   "Tu ingenuidad sucumbe en el ocaso,
     como un barco zozobra en altamar;
     el furtivo intolerante que te sigue,
     es la penumbra que proyectas al andar"...

   Queda entonces disipada,
   tu ingenua y neófita alucinación.

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