miércoles, 15 de mayo de 2013

INESTABILIDAD HUMANA / Porfirio BARBA JACOB


Porfirio Barba Jacob la describe muy bien en su Canción de la vida profunda.

“Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la dicha nos sonría.
La vida es clara, undívaga y abierta como el mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo que tiembla de pasión.

Bajo el influjo próvido de espirituales lluvias
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña oscura de oscuro pedernal.
La noche nos sorprende con sus profundas lámparas
en rutiles monedas tasando el bien y el mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos
- niñez en el crepúsculo, laguna de zafir-
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza
y hasta la propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar su seno
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el canto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.

Más hay también, oh tierra, un día, un día, un día
en que levamos anclas para jamás volver.
Un día en que discurren vientos inexorables.
¡Un día en que ya nadie nos puede detener!”         

No hay comentarios:

Publicar un comentario