Sé que no debería gustarme esta música, pero siento cierta debilidad por
ella…Es música de cine, “vulgar”.
Este comentario era típico de una crítica de Respighi hasta hace pocos años.
Incluso ahora, algunos críticos “políticamente correctos” califican a su música
como estridente, y al compositor de ser un productor de pastiches sin ningún
estilo distintivo. Lo más dañino para él es que se le acusó de apoyar al régimen
de Mussolini.
Respighi, un hombre muy tímido, no estaba interesado en la política ;
prefería permanecer al margen con su música. Pero su obra fue relacionada con
la causa fascista, e incluso en 1979 las celebraciones de su centenario
contaron con la oposición de los políticos italianos.
La trilogía romana, relaciona a menudo con el fascismo, ha atraído las
críticas más feroces. El admirador más ardiente de Respighi debería admitir la
existencia de pasajes sospechosos, pero toda crítica se desvanece ante la
exquisita orquestación del Festival de Octubre. A pesar de estas críticas,
Respighi nunca ha andado corto de defensores: Tosacanini, Reiner, Dorati y
Koussevitzky se inspiraron en su música. Rachmaninov le encargó un arreglo
orquestal de sus Etudes Tableaux, y los discos actuales de sus obras
menos conocidas permiten una evaluación más objetiva de la sanitaria de
Respighi.
Veamos las óperas : la intensa tragedia de Lucrezia, con una
orquesta de tamaño convencional, supera al mismo Strauss en voluptuosidad. Sus
arreglos radiantes y orquestaciones de Bach, Frescobaldi, Rossini, Monteverdi y
Vitali son siempre fieles al original, y a veces lo ennoblecen. El amor de
Respighi por la música medieval eclesiástica italiana inspiró algunas de sus
obras maestras más refinadas, Aires y danzas antiguas, Los pájaros y el
Concierto Gregoriano. Su reputación como maestro supremo de orquesta no
tiene discusión ¿Quién podría evocar con tanta magia serpientes siniestras en Impresiones
Brasileñas? Deberíamos intentar acercarnos a esta figura sin tantos
prejuicios.
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