martes, 1 de diciembre de 2015

A JESUCRISTO / Anónimo


           Colgado estás del áspero madero
cual lábaro de paz en las alturas;
dislocadas las finas coyunturas;
pidiendo amor con grito lastimero.

            Veinte siglos así… y hasta el postrero
sol que ilumine las ignotas desventuras
remachadas las férreas ligaduras
te ofrecerás al universo entero.

            Plúgote así para que el hombre insano
torne al bien, sus oráculos inciertos
deje y no tema la cautiva mano.

            Para que por ciudades y desiertos
pueda hallarte el pecador humano
los amorosos brazos siempre abiertos.

          Anónimo.

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